sábado, 29 de agosto de 2015

EL Nono Ortolani. el memorioso




Los chanchos (*) en la cárcel de  Villa Libertad, Resistencia, Chaco.
Sanción habitual: Un mes. Los porqués varían de acuerdo a la inventiva del oficial de guardia. El motivo es siempre el mismo: quebrar resistencias reales o supuestas.
Todo esto lo sabríamos con el tiempo.
Ahora, los diez o doce primeros castigados caminamos en círculos, cada uno en su celda de 2 x 3 metros, piso de cemento y sin más mobiliario que una ventana minúscula, igual enrejada, a más de dos metros de altura.
El silencio se interrumpe a ratos por algún carro que pasa chirriando, lejos, por el pasillo central. El calor arrecia, así que los pájaros no aportan. De tanto en tanto algunos golpes en una pared cercana dan cuenta de una charla por morse. O una partida de ajedrez. O ambas.
En el silencio, que de todos modos se impone, se escucha una voz grave, densa, pesada y calma. "Compañeros: Soy Ortolani, me dicen 'el Nono'. ¿Que les parece si nos vamos presentando, siguiendo el orden de las celdas?" .
El morse y las caminatas se detienen y , algunos por primera vez otros repitiéndose,  todos nos presentamos.
Comienzan los comentarios. Que todos estaremos allí por un mes, que nos eligieron, que el régimen de la cárcel se endurece, que el que está en la celda más cercana a la reja de ingreso puede escuchar cuando entra el yuga (**) y avisar con un par de golpes.
Y ya nos ponemos de acuerdo: Un golpe para tal cosa. Dos para tal otra. La charla se va apagando cuando vuelve a resonar la voz del Nono: "¿Que tal si  contamos algún cuento?". " “¿Quien se acuerda?" Pregunta el de la segunda celda. "Cuentos de qué?" Pregunta el de la quinta celda de enfrente.
" Si quieren, yo puedo largar con el primero", apunta el Nono y agrega: "Funes, el memorioso por Jorge Luis Borges".
Tras un silencio, el Nono comienza el relato Y Lo recuerdo (yo no tengo derecho a pronunciar ese verbo sagrado, sólo un hombre en la tierra tuvo derecho y ese hombre ha muerto)…” En algún momento, lo que es texto de Borges se mezcla con el texto que va armando el Nono sin detenerse hasta llegar al “fin”.
No lo interrumpe una sola voz. El carro parece que ya no va con comida u ollas vacías hacia el pabellón de "comunes" (***), los pájaros siguen su siesta. Sólo existe la semblanza y virtudes de ese personaje uruguayo, algo resentido con los argentinos, más agobiado por tanto recuerdo. El Nono es, no sólo por su fidelidad al cuento sino también por los matices que le imprime a cada situación, a cada referencia, Funes. Pero a diferencia de aquel que imaginara Borges, este memorioso tuvo la virtud de despertar el Funes que dormía en cada uno. En una tarde, la primera en esos chanchos, cuerpo a tierra, la cara de costado para que su voz saliera por la hendija inferior de la puerta y llegara a diez, doce tipos cuerpo a tierra, la oreja pegada a la hendija de su puerta, el Nono fundó la rutina diaria para la hora de cada siesta en ese mes de chanchos que todos habríamos de pasar, sin colchones, comiendo una vez al día y a veces menos, con alguna que otra guardia sacándonos de uno en uno a las patadas con el fin de cambiar lo que no habían podido: una actitud de dignidad que los presos no abandonamos ni después de Margarita Belén.
Desde al final de cada relato escuchado cuerpo a tierra hasta el inicio del siguiente un día después, el próximo relator, entre las caminatas, el recordar canciones, poemas, algo para decir y escucharse en voz alta, el sueño mal dormido sobre el cemento y la vigilia forzada en el día para que la noche no lo encuentre en vela, entre las repetidas acciones que te permiten ilusionarte con seguir siendo vos, el próximo relator se esforzará por recordar párrafos, alguna palabra clave o al menos la situación que se volcara alguna vez en la escritura de Cortázar, Benedetti, Sarmiento (el Facundo también terció en esos días).
Y todos sabíamos que el Nono lo contaba mejor, así que nos esforzábamos por acercarnos a su altura.
El Nono Ortolani no fue detenido por contar cuentos, al menos esos cuentos y de ese modo, sino por militar en el PRT, conducir una parte de la apoyatura al conflicto de Vila Constitución, tener, al momento de su detención decenas de años de militancia. De ahí “El Nono”.
En otro momento, de palabras intercambiadas por personas que no se ven, el Nono negoció en la noche y a la distancia con un vocero de los represores, la rendición de los compañeros que quedaron dentro del penal de Rawson, tras la fuga de 1972.
Ya en la nueva dictadura, antes de llegar a Villa Libertad, estuvo un año en otra cárcel, no recuerdo cuál. Aislado. Lo sacaban de cuando en cuando a caminar por el patio. Solo.
Cuando lo supe me pregunté cuánto tuvo que poner de sí en ese año de soledad para seguir siendo quien era este tipo que se comunicaba con tanta naturalidad, que tenía tanta avidez por charlar, compartir con los demás, tanta que pudo convencernos a todos de agregarle horas de piso de cemento a nuestros cuerpos para escucharlo, para escucharnos.
Después vendrían otras cárceles, libertades a tiempos diferentes, vidas un poco menos heroicas pero más cerca de lo humano y lo vivible. El perderse de vista entre el mar de nuevas relaciones, amores, familias.
Nos vimos en ocasíón de convertirse el aeropuerto de Trelew en Centro de la Memoria. Entramos a la cárcel de Rawson, pude “probarme” la celda que habité en 1974. Entre exclamación y exclamación nos contamos algunas cosas. Tanto era lo vivido que no se podía juntar en un relato como los del Chaco.
Hoy, mi ex mujer me manda un whatsapp. “¿Conocías al Nono Ortolani?. Nada… te imaginás. Sí se murió. Estamos grandes”
Sólo esperar que en estos años que le escamoteamos al genocidio el Nono haya vivido con tanta plenitud como la que ponía en sus relatos. Y recordarlo
(*) Chanchos: pabellón de castigo
(**)  Yuga: carcelero
(***) Comunes: se llamaba así a los presos por delitos "comunes" antes de los Redondos

lunes, 17 de agosto de 2015

Inundaciones 3: un operativo en Maquinista Savio

Con residentes del Prim Lanus Residencia Interdisciplinaria en la Estación Maquinista Savio, Partido de Escobar.
Comenzamos a atender en el Hospital Móvil que envió el Ministerio de Salud de Provincia de Bs. As, durante el operativo por las inundaciones.
Quienes pudieron movilizarse vinieron hasta la plaza.
A quienes no, los vimos recién retornados a sus casas, en el barrio Colman. También en el barrio Amancay. 
Las familias de Colman estuvieron refugiadas mientras el agua no bajaba en la Escuela 21, que funcionó como centro de evacuados. 
Ahora, de regreso, limpian lo que pudieron salvar, dejan fuera de sus casas lo que no y se miran unos a otros sabiendo que están bien pero habrá mucho por hacer. 
Las calles ya no son ríos, el barrial no ayuda a meter cámaras y micrófonos para el espectáculo televisivo, ya no son noticia, sólo familias a quienes se acerca la verdadera solidaridad. 
Un compañero de la zona nos traslada zigzagueando su camioneta entre el agua y barro. Saluda al pasar y algunos gritan "Eh! El Mago". Bernabé comercia cloro, dona para quien necesita, milita, nos guía. Y hace shows de magia en la zona. Los chicos, sus familias, no lo olvidan. 
En Colman otros compañeros nos conectan con esas familias. 
En la escuela 21 hicieron los tramites por el plus en la AUH para quienes se inundaron. 
Les avisamos del subsidio para quienes fueran afectados. Que hay que tramitarlo en la ANSES. 
El miércoles la gente de la ANSES irá a casa de uno de ellos para atender a todos. 
Los lotes están demarcados en el barrio, se lotearon hace un par de años. 
¿Vender tierras que pueden quedar cubiertas con un metro de agua? ¿Quién vendió?¿Quién aprobó?
Las calles no tienen nombre ni numeración. La mayoría de las casas avanza con material y chapa. Charlamos que hagan una asamblea para nominar las calles, aunque sea con números para que puedan sostener los trámites, recibir el correo.

Inundaciones 2. Anonimatos

Maria, Karina, Camila, xx. El nombre no importa. 
Porque la confidencialidad profesional no permite compartirlo. 
Porque a quienes la atendieron en la guardia del Hospital Erill, de Escobar, el nombre y ella le importaron tanto como las posibilidades que tenía de atender una emergencia de su hijo una vez fuera del hospital, de vuelta en su barrio recién desagotado del agua que entró a las casas. 
Xx, entonces, de 17 años, llega con su pareja y su hijo de 3 años al hospital móvil que antendieron residentes del Prim Lanus Residencia Interdisciplinaria hoy lunes 17 de agosto en la Plaza Maquinista Savio, Partido de Escobar. 
El chiquito tiene el rostro muy hinchado, sobre todo los párpados. 
Por lo bajo, Julia me avisa que seguro habrá que llevarlo a, hospital ya que se trata de una reacción alérgica importante. De todos modos, la Medica Generalista hace la entrevista, se informa de que este chico es el primer hijo de Xx, que también tiene una nena de un año y está embarazada, todo con sus 17 años. Su pareja la acompaña. 
Julia confirma la necesidad de administrar una medicación por vena, tener al chico en estudio, hacer analisis. 
No hay ambulancia ("el intendente no quiere tener nada que ver con el operativo provincial" nos informa la gente que colabora. "Tampoco el hospital". Completan). 
Vamos en mi auto, Lorena nos guía. Xx e viene en el asiento de atrás con su hijo en brazos. Consulta ¿"tendrá que venir mi mamá"?. Ahí me enteré de su edad, de sus chicos, de su preocupación por que no la dejen salir de la guardia, siendo menor y con un chico a cargo. La aclaramos que con el nuevo Código Civil eso no corresponde. 
Ya llegamos a la guardia, ven el informe de Julia, "guardia de pediatría, tercer piso" nos indican. ¿¡Tercer piso!?
El ascensor no funciona. No hay cartel, no hay responsable de avisar, sólo alguien que en su propia espera tiene el gesto de evitarte una espera inútil. Escaleras. 
Con mi EPOC, hace años que no subo tres pisos así. 
Pienso en todas las madres y padres que vienen subiendo con hijos en brazos, otros colgados de sus brazos, de sus ropas. Subo sin hacer comentarios. 
Llegamos, Xx entrega sus papeles. Le dicen que espere. Lorena me confirma que ya hicimos lo posible, así que volvemos a la Plaza Savio para ayudar en el móvil. 
Hora y media después me asomo a ver si quedan más chicos para ver. 
Está Xx frente a la escalera, con su hijo. Un frasco de antistaminico en su mano. 
"Me mandaron a casa. Que no era necesario nada de lo que dijo la doctora en el papel. No sé, me trataron mal. Para mí, no lo querian atender"
La escucho, miro a su pareja que no muestra enojo. Casi diría que hay una suerte de comprensión. Voy a avisarle a Julia para ver qué se puede hacer. 
Salgo: Xx, su pareja, el chiquito ya no están. 
"Dijeron que acá cerca hay gente del ANSES anotando por la inundación, que iban a ver", me comenta una señora que espera para que vean a su bebé. Puede ser. 
Mañana tratarán de buscarlos. La evolución positiva del chiquito dependerá de su suerte, de la insistencia de sus padres, de cualquier cosa menos de quienes lo eyectaron de la guardia. Ni siquiera pienso que esos profesionales se equivocaron en el diagnóstico. 
Supongamos que quien los atendió acertó al pensar que ese hincharse y desincharse que el chiquito padecia desde hace 3 días se resolvía sólo con el frasco que puso en manos de su mamá. 
En lo que no acertó es en haberlos tratado de un modo que hizo pensar en desinterés, en rechazo, en molestia hacia quien es el unico motivo para que exista presupuesto de salud, hospital, aparatos, sueldos, becas, etc., etc.: la persona que viene a requerir nuestros servicios.

Crónicas de Inundaciones 1: los unos y los otros

Barrio Colman, en Maquinista Savio. 
El agua llegó a un metro dentro de las casas. Hay un arroyo (Escobar) a 100 metros. 
"Escuchamos las bombas toda la noche", nos dicen. Las bombas de "Maschwitz privado". 
El barrio privado, paredón mediante, tiene compuertas para el arroyo. 
Con la crecida, cierran la compuertas para que no les entre agua, bombean el excedente. 
Toda el agua va sobre las casas del Barrio Colman, loteado hace un par de años.

Descripción de una inmobiliaria:
"Maschwitz Privado -Barrio Cerrado
Ubicación: Ramal Escobar Km 44. salida Ruta 26 a 1500 metros del Acceso.

Superficie total: 24 Has aprox..
Cantidad de lotes: 260 aprox.
Superficie promedio lotes: 800 ms
Infraestructura: Dos amplias plazas de Juegos para chicos. Quincho SUM, Canchas de tenis y de fútbol.
Servicios: El Barrio cuenta con todos los servicios
Descripción: Excelente Barrio completamente consolidado. Muy buena calidad de casas constridas. Excelente entorno. Opción para una vida familiar y tranquila."

En el Barrio Colman las calles no tienen nombre




viernes, 14 de agosto de 2015

EL CLAN PUCCIO: LLEVANDO TRABAJO A CASA.


La vi anoche. no me da hoy y creo que tampoco me dará los próximos días, para hablar de su valor artístico, suponiendo que mi opinion al respecto valga.
Lo que sí puedo decir es que es imposible despegarse de la desazón, el rechazo, el asco con que te invade.
En "EL CLAN", los grupos de tareas son algo más que, como muestran otras excelentes películas, esos tipos que entraban a las casas armas en mano y se llevaban familias enteras.
Con Trapero, el grupo de tareas y la vida familiar de uno de los tantos ejecutores conviven una un mismo plano, la misma geografía, la misma moral, los mismos roles. Tanto es así, que la perversión y bajeza de Arquímides Puccio como parapolicial no alcanza al nivel de su perversión y la de su mujer como cabezas de familia.
Al fin ¿quién es "el comodoro"?
Por favor hagamos lo posible por que todas y todos los que conocemos la vean

SOJEROS E INMOBILIARIAS: de incendios e inundaciones



Ponele. Que un día alguien viene y te incendia tu casa.
Estás escapando entre las llamas con lo poco rescatado y el incendiario denuncia al gobierno porque no te colocó un sistema antincendios.
¿Imposible?
La patria sojera, en tren de aprovechar campos, apela a cuatro medidas que nos afectan a todos
- Canales clandestinos para drenar sus terrenos bajos cuando las lluvias los cubren de agua
- Apropiación por compra de tierras de menor valor por tener zonas a internas anegables. Luego, drenaje de esas zonas a través de canales clandestinos
- Tala de bosques para usar esa tierra para el cultivo de soja. Luego, disminución de la capacidad de retención de agua de los terrenos. En tierras más pobres, desertización
- Siembra directa. Los terrenos se van compactando, lo que reduce su absorción,  salvo en cada hueco en que se pone la semilla
La primera medida es ilegal, pero si la economía de tu zona depende en buena medida de tus negocios, es probable que se pase por alto hasta que se sufran las consecuencias.
La segunda comienza siendo legal, pero presupone un delito posterior, como quien compra efedrina previendo que fabricará luego anfetaminas.
La tercera y la cuarta son legales.
El negocio inmobiliario, más allá y en los bordes del "segundo cordón", comenzó aprovechando el empobrecimiento de hortelanos y pequeños productores agrícolas comprándoles a precio vil hectáreas que ya no rendían lo esperado por cultivo.
El paso siguiente fue cercarlas y lotearlas para que nuevos ricos y no tanto refugiaran su exclusividad en barrios cerrados.
Conforme los pequeños propietarios sobrevivientes se fueron anoticiando del negocio y aumentaron de precio sus terrenos, el negocio derivó a ir comprando, cuando no cercar tierras públicas, humedales, lagunas temporarias, etc., para luego rellenarlas, elevar su cota por encima de los terrenos circundantes y seguir lucrando con más barrios cerrados. Otro cruce entre legal y no legal.
En tanto, con las tierras encarecidas hasta lo indecible y con empleos y sueldos reducidos, los más pobres que pudieron afincarse tuvieron que hacerlo en tierras bajas, cerca de ríos y corredores de desagüe, expuestos a inundarse conforme lloviera.
No faltaron los emprendimientos sobre costa de pajonales desde el Tigre hasta La Boca, inmobiliarias e intendencias mediante.
Agreguemos intendencias que “dejaron pasar” para no aumentar en lo inmediato desocupación y caída de fondos por impuestos.
Con eso se completa la acción corporativa que potenció con los efectos del actual calentamiento global y la permanente realidad de una pampa húmeda rica pero con poca pendiente y posibilidad de desagüe. Si hubiera dudas, conviene leer el artículode hoy en La Nación sobre Sanford y Casilda
¿Y lo del incendio?
La Nación (la misma del artículo), Clarín (sí, el de Aranda, el que hizo 7 km de dique en los Esteros del Iberá), la SRA, buena parte de la oposición, se asocian para “denunciar” a gobierno nacional, provincial y municipales por no resolver una inundación que ellos causaron con negocios legales e ilegales.
Como siempre estaremos la mayoría de los argentinos, acompañando y ayudando a los afectados. Pero ya cumplida esa tarea, sería hora de ir por justicia y proteger de una vez por todas a los afectados de siempre.
De la memoria se encarga, hagamos lo que hagamos, el agua. Lo suele decir StellaMaris Alló: el agua tiene memoria.




lunes, 10 de agosto de 2015

Las PASO, los pies en el agua



Chau Othacehé, chau Cariglino, Giustozzi, West u otros transformistas y/o patotas desplazados por listas K. Chau De la Sota (otra vez y van...), chau Del Sel, Binner. 
Barbas en remojo para intendentes que siguen, pero se encuentran con que la gente a la que le dieron el sobre en los ómnibus que facilitaban llegar a las escuelas en medio de la lluvia, al entrar al cuarto oscuro cambiaban la boleta y votaban al candidato a gobernador difamado por los medios y dejaban en derrota al que no supo o no quiso evitar farandulizarse en un canal del grupo difamador. 
El FPV perfilado para un  42/44% en un octubre sin segunda vuelta. Ganamos en 20 distritos provinciales de 24, incluso provincias no FPV como Corrientes, las senatoriales de Santa Fe, Máximo con el mayor porcentaje en Santa Cruz. Muchos resultados impensables hace un par de meses. Nos salvamos de tener un nada estadista como presidente o gobernador (entre paréntesis, el 2 ó 3% que faltó para que fuera knock out ya, lo perdimos por las veleidades de ese nada estadista). Perdió la interna Altamira, quedaron sin cupo el MST y otras expresiones de la soberbia auotrreferenciada, también DeGennaro y su CTA apócrifa.

De regreso de la Escuela 16, en sol de Oro, me pierdo por la cortina que forman la lluvia y la oscuridad, el auto casi flotando en la calle cubierta de agua. Una sombra se acerca y la silueta se aclara hasta que veo remar con los pies más que correr a una piba que fiscalizaba las PASO.

Aflojo la marcha, un poco para ver si necesita que la acerque a algún lado. También para que me oriente cómo salir hacia mi barrio.

Ella no afloja la suya, imagino por la lluvia, o por la amenaza que puede significar un auto desconocido que se va deteniendo en medio de la calle desierta.

Sigo buscando y en tanto voy descifrando cómo salir hacia casa caigo en la cuenta que no sé para qué lista fiscalizaba esta piba, pero se ve que se quedó hasta el final, como el resto de nosotros, como todos, a razón de entre 50 ó más sumando president@s de mesa, fiscales, gendarmería, policía, personal escolar, gente del correo, en cerca de cien mil escuelas en todo el pàís. Acá en Ezeiza, en toda la provincia, mientras el temporal se hacía sentir sobre los techos, en alguna filtración, en la ropa empapada de tantas y tantos que vinieron a votar con el agua hasta los tobillos, el viento que hacía poco útil cualquier paraguas.

Tres cosas, entre tantas, me hacen sentir orgulloso.

Una,  tanto sacrificio para poner un voto en una urna en una elección en que ni siquiera se eligen los gobernantes sino candidatos.

Otra, tanto sacrificio para garantizar la elección, tanta responsabilidad por una tarea solidaria, sin un beneficio individual equivalente.

La mayor, que gente común, no profesional de la política, gente a la que se suele estigmatizar por su pasar económico, su lugar de vida o su nivel educativo, muchas veces por ver programas de entretenimiento o nada en lugar de programas políticos, a la hora de decidir lo haga de modo de ir cerrando camino a quienes están contra el interés colectivo, a quienes no son genuinos, a quienes tuvieron que soportar hasta que al fin sienten que ya se puede, porque se gestó una alternativa local, porque ya el rechazo es mayoría, porque hay un contexto general que habilita terminar con esa carga.

Los tiempos de nuestra gente suelen no ser los mismos que los de alguna ansiedad militante. Pero cuando se los acompaña y se los toma en cuenta son efectivos. La ideología y su práctica se conjugan y lo que parecía difícil de resolver de modo colectivo se resuelve como debe resolverse, por la acción colectiva. Aunque sean nada más y nada menos que elecciones.

Otra elección y el FPV renueva su vigencia. 
Que otros repitan nuestras palabras, nuestros modos y consignas puede parecer transformismo, pero cuando nuestras palabras y valores se concretan en la vida de las mayorías hay que pensar que vamos consolidando una cultura.