Ante el comunicado de prensa de Fundación Huésped sobre la disponibilidad
permanente de tratamiento antivih desde 1988, que siempre habría estado garantizada por una Ley, es
conveniente revisarlo a la luz de las muertes y perjuicios que causaran
políticas neoliberales durante y a pesar de los 26 años de promulgada la
llamada Ley de sida.
1- La provisión gratuita de medicación, tratamientos,
controles, etc. a las personas que viven con vih fue legislada en 1988 por la
Ley 23798. Ya en aquel tiempo, militantes como Carlos Jáuregui, (incluso Pedro
Cahn) la CHA, el MEDH, Fundación R.E.D., conseguimos que se presente y sancione
una ley que en su momento fue la más avanzada de América Latina. Sorprende que
Huésped ahora lo olvide cuando en su sitio
publica el texto de la Ley. Las posteriores leyes de Obras Sociales y de
Prepagas vinieron, con luchas sociales por medio, muchos años después Y CON LA
MISMA DIFICULTAD DE APLICACIÓN QUE LA 23798, como denunciara el que fuera
director de Huésped, en un artículo de Página 12 del año 2001
2- La existencia de la Ley no garantizó por sí sola más que el
test de seropositividad y proveyó un paraguas para que las organizaciones y personas
viviendo con vih lucharan para su aplicación efectiva. En efecto, desde el
mismo momento de su sanción faltaron primero AZT y los distintos medicamentos
que se fueron generando para el tratamiento de la infección por vih y
enfermedades asociadas.
La provisión gratuita por parte del Estado de las terapias
combinadas, con eficacia demostrada ya en 1995, fue el consecuencia de 6 tomas
del Ministerio de Salud, combinadas con la presentación de un recurso de amparo
por parte de Benghalensis, Descida, FEIM, Intilla, Fundación R.E.D" y
FAPANS, que tuvo como resultado un fallo de la jueza Rodríguez Vidal obligando
al Estado Nacional a proveer las nuevas terapias, fallo que en 1996 fue
convalidado por la Corte Suprema. Huésped no participó de la presentación del
recurso porque ya alternaba algún reclamo con algún guiño a las autoridades de
turno, como vuelve a hacerlo ahora al absolver de antemano a las propuestas
neoliberales.
3- Es imposible evaluar cuántos miles de personas viviendo con
vih murieron por causa evitable ente 1990 y 1997, año en que se fue
generalizando la cobertura que ordenara la justicia. Considerando la baja en el
índice de mortalidad y morbilidad en el par de años subsiguientes es posible
afirmar que la carencia de una asistencia conforme al avance del arte de contener
la epidemia fue causal de miles de muertes evitables por las que ni el Estado
ni los responsables de cada gestión han producido ni arrepentimiento ni
reparación alguna. Abundan, para quien busque en los diarios de la época, las
denuncias de Pedro Cahn, en el país y el exterior, coincidentes con las
denuncias de personas afectadas y organizaciones. Raro que Huésped, institución
fundada por Pedro, ahora las desmienta.
4 ¿Por qué no se evitaron tantas
muertes? ¿Por discriminación? En parte sí. Es lo que se llamó la tercera
epidemia: la discriminación y aislamiento, desde las instituciones, medios de
comunicación y parte de la sociedad a las personas que viven con vih, la
estigmatización de los grupos sociales a los que se asoció prejuiciosamente a
la epidemia. Pero el responsable principal fue el achicamiento de la inversión
pública en salud por parte del gobierno menemista, coherente con el programa de
desguace y abandono de la cobertura estatal a los sectores desprotegidos que
sostuviera durante una década.
5. si esa era la política ¿por qué cambió hacia
1996/97? Por la lucha de las organizaciones y personas viviendo con vih, tomas
de Ministerio y amparos incluidos. Así, el menemismo comprendió que el efecto
de desprestigio que le causaban estas luchas era demasiado en relación al
"gasto" que venía evitando. Pero también por presión de los
laboratorios, que vieron ampliada la inversión en el Programa de sida de 8
millones de dólares a 62 millones de 1996 a 1997, con un porcentual del 90% en
medicación y reactivos
6- Principal mercado incluso por encima de Brasil, que
ya emprendía el camino de producir desde el Estado sus medicamentos. ¿Por qué
no produjimos nosotros a pesar que Brasil ofreció una y otra vez, ante la
presión contraria de los laboratorios multinacionales, aportar fondos para que
Argentina y Brasil produzcan de modo complementario? Porque el neoliberalismo
concibe y decide que esa producción debe hacerla la industria privada y el
Estado gastar lo que ella le cobre.
7- Con el gobierno de la Alianza esto
pareció cambiar, pero al poco tiempo comenzaron a producirse faltantes y con
ellos la zozobra de las personas en tratamiento y sus allegados. El punto más
alto de faltantes comenzó antes de la caída de aquel gobierno, cuando la
directora del Programa Nacional de sida, Dra. Mabel Bianco, "ahorró"
fondos al Ministerio dejando de efectuar las compras periódicas de
medicamentos. En los diarios de época se puede conocer el repudio colectivo
hacia la gestión Bianco, por parte de los participantes del Congreso Nacional
de Sida y ETS realizado en Mendoza a fines de año 2000.
8- A la caída de la
Alianza, quedaba en existencia un stock para no más de un mes de medicamentos
, cosa que denunciamos las organizaciones del Foro Argentino de ONGs con
trabajo en vih sida. Huésped dice "el acceso al tratamiento estuvo
asegurado". Claro, por la acción de las ONGs y de personas viviendo con
vih, incluido Huésped, aunque ahora parece olvidarlo. ¿Cuál fue esa acción?: a-
DENUNCIA: abundan las publicaciones en diarios, la cobertura en los canales de
TV, etc., b- GESTIÓN: ante el gobierno de Rodríguez Saá primero y Duhalde
luego.
Tras la renuncia de De la Rúa y ya caído también Rodríguez Saá entramos a la casa rosada Hernán
Aguilar, de la asociación de actores, Antonio Linardi de Fundación Crisanto y quien esto escribe, integrantes del comité de emergencia del Foro
Argentino de ONGs con trabajo en vih sida, a una entrevista con Capitanich, que
si bien recuerdo, era el jefe de gabinete del nuevo gobierno. (*)
Previo a la
reunión, Pedro Chequer, delegado de ONUSIDA para la región, nos puso en
contacto con el Banco Mundial para que explicáramos la situación de emergencia.
El Banco Mundial nos interrogó acerca de cómo se garantizaría que los fondos
para una compra de medicamentos para un año esos fondos no se usarían para otra
cosa. Le propusimos que el Banco hiciera la compra por su cuenta y entregara
los medicamentos al gobierno (sobre la base de un listado que aportamos
organizaciones y activistas, ya que el Ministerio estaba desierto aún (**) .
Con
ese acuerdo entramos a dialogar con Capitanich y en quince minutos se acordó
que el gobierno adoptaría el procedimiento que discutiéramos con el Banco
Mundial.
La compra se hizo, el nombramiento del nuevo ministro de salud, Ginés González García, llevó unos días, pero ya
habíamos constituido el Mecanismo País del fondo Mundial de Lucha contra el
sida, la TBS y Malaria y el nuevo Ministro de Salud, Ginés González García,
tomó un compromiso importante con el tema.
De todos modos, NOS llevó unos tres
o cuatro años avanzar en forma relativa al acceso total y gratuito al
tratamiento para la infección por vih y enfermedades asociadas.
Si el relato le
parece a Huésped que "el acceso al tratamiento estuvo asegurado,
independientemente de quien gobernara el país" es para preguntarse qué
entiende por "acceso al tratamiento", cuánto valora los perjuicios
que cada dificultad causa a una persona expuesta a una enfermedad crónica
y aún estigmatizada como la infección por vih.
Claro que hoy no faltan
medicamentos para el vih, pero el comunicado de Huésped hace, de una cuestión
que costara vidas, sacrificio militante y la derrota del proyecto neoliberal,
algo "natural", siempre garantizado por una Ley sea quien sea el que
nos gobierne desde 2015.
Como en muchos órdenes de la vida, basta con ejercer
la memoria para saber que la salud de las personas viviendo con vih no tiene
otra garantía que evitar que el neoliberalismo vuelva a gobernar.
(*) Confiando sólo en mi memoria omití a un compañero de aquel Comite de Emrgencia que vino a la rosada, Antonio Linardi. ahora, en la nueva redacción reparo el error.
(**) Otro ejemplo de las "garantías": el listado de
compra que le entregamos la Banco Mundial lo obtuvimos del único funcionario
que encontramos al entrar al Ministerio de Salud en diciembre de 2000. No
informo su nombre porque en aquel momento pidió que no lo hagamos público, pero
su actitud salvó muchas más vidas que las "garantías" que Huésped
construye en su versión de la historia.