Por cuestiones de salud ya no soy perito de parte de Milagro Sala , función legal que cumplíamos con Jorge Rachid en el marco del Equipo de salud que formamos para asistir a las presas y presos políticos de Jujuy desde la Comisión de Salud del Instituto PATRIA
ES TIEMPO DE CONSTRUIR LO NUEVO En los mejores días, decíamos "Gracias Flaco y Cristina x hacer lo que dijeron que iban a hacer y parecerse tanto a lo que fuimos y somos". Intentamos un continente en que crecer con solidaridad, inclusión, diversidad, equidad y justicia. Hoy la situación es otra: Un gobierno dirigido realizar su "revolución" conservadora, saquear al pueblo, arrasar derechos y legalizar el nuevo estado de situación. AHORA ES TIEMPO DE IMPEDIRLO Y LO HAREMOS RESISTIENDO UNIDOS
miércoles, 29 de junio de 2022
MILAGRO. LA DEMOCRACIA PRISIONERA
lunes, 27 de junio de 2022
PÁJAROS SIN VUELO, EL MUNDIAL '78 Y LA CÁRCEL
Un pájaro en actitud de levantar un vuelo imposible, por su tamaño y su torpeza. Por peso del metal brillante extendiendo su brazo. La silueta del yuga se recortaba en la pasarela. Emponchado, una frazada con un tajo en el centro le servía allí, para cubrirse del frío de esa tarde. En el pasillo aún atronaba el parlante.
Ese año no tuve
visita.
Mis viejos llegaron
unos días antes a Resistencia, me enteraría un año después, tras juntar peso por
peso para bancar el costo de los pasajes.
En la entrada de la cárcel de Villa Libertad les dirían: "está sancionado por inconducta. No tiene visita". Traducido: 30 días de dormir en el piso en "los chanchos", comer poco y salteado, baños de agua fría, caminar en círculo por una celda de 3 x2. Tres veces hacia la izquierda, tres veces hacia la derecha, para que rodillas y pies izquierdos y derechos tengan el mismo esfuerzo. Recitar mientras camino a la derecha, cantar mientas camino a la izquierda. Un poco para ejercitar la memoria y los afectos que viven en esos versos, otro poco para sufrirlos menos.
Y el escozor en el
estómago que va cediendo con los días, hasta que sólo aparece cuando anticipo con
el pensamiento mi regreso al pabellón. Los abrazos de los compañeros, la leche
que fueron reuniendo para que recupere carne y kilos, para que me prepare para
el seguro próximo chancho.
La cárcel había
incorporado en aquellos días la política de los "movimientos
vivos". Un oficial, Brocaz, era el abanderado de la humillación y las
sanciones.
Durante años, nuestra
negativa a llevar las manos atrás, a fijar la mirada en el piso, a cumplir órdenes
como "cuerpo a tierra", "salto de rana" o "abra el
libro" era un límite de dignidad que no habíamos cedido. Tras los
asesinatos de Margarita Belén ese límite podía parecer una nimiedad, pero era
sin embargo una señal de resistencia. “Somos presos políticos. Mientras los yugas
vean eso, lo poco que podemos aportar desde acá estará cumplido. Cueste lo que
cueste”.
Días enteros de
discutir esto celda a celda, pabellón a pabellón. Y las idas a los chanchos se
fueron sucediendo sin que esa señal de dignidad desaparezca.
Ya entrados en el
otoño del '78, un nuevo debate se instala de celda a celda, de pabellón a
pabellón: "¿Qué posición tener ante el Mundial? "
Con lo poco que nos
llegaba por alguna visita y luego circulaba de ventana a ventana, desde manos
cada día más rápidas transmitiendo el mensaje “de afuera” a las miradas también
más perceptivas, los presos de Villa Libertad armábamos algo parecido al
devenir de las sombras en la pared de la caverna de Platón: una referencia,
algo que nos ordenara la vida colectiva, algo a lo que atar nuestros recuerdos y
el día a día de cada prisionero.
No debía ser necesariamente
algo bueno, ni siquiera debía ser esperanzador. Bastaba con que el juego de
siluetas tuviera su lógica y trazas de los sueños e ilusiones que los genocidas
vinieron a aniquilar con nuestras carnes. "No van a salir muertos. No
queremos mártires, héroes. Uds. van a salir idiotas o tullidos. No van a ser
ejemplo sino a dar lástima, vergüenza". Me decía Brocaz una noche de
apaleada y negativa en los chanchos.
Nuestro mundo y el
de ellos.
El Mundial vino a
romper esa sencilla y profunda diferencia.
De un lado la
dictadura, los secuestros y asesinatos de Estado, la entrega de soberanía, los
campos de concentración, los muertos de todos y cada uno, el reino de la
perversión.
Del otro, el bien
colectivo, bañado en dolor y sangre.
Y desde algún lugar
la felicidad, esa fugacidad necesaria, indispensable, que no cede, que reclama
ser hasta por fuera de cualquier lógica.
Ahí estábamos. En
cada pabellón de Villa Libertad, divididos por el Mundial.
“Es propaganda a la Dictadura, humo para tapar los asesinatos, para ocultar el oprobio, la entrega. Es una afrente a nuestros caídos, a nuestra historia de resistencia.” Y era cierto, lo es.
“Es una necesidad. No
importa para qué sea, cuando nuestro pueblo se junta la consecuencia es su
resistencia. Aquello que se viene ocultando va a salir a superficie. Por la
actitud de algunas delegaciones, por la venida de la CIDH, porque nuestros
familiares van a poder moverse menos expuestos dada la mirada del mundo puesta
en Argentina”. Y era tan cierto en esos
días como lo es hoy.
Para colmo, un día
un sonido atravesó los pasillos de los pabellones y a cada celda y a todos los
presos llegó el relato siniestro de Muñoz. No recuerdo qué partido era, pero sí
aquello de demostrar que éramos derechos y humanos, que la Argentina era una
tierra de paz y de fair play.
Partido a partido
aumentaba la división y no.
Los pocos momentos en
los que podíamos juntarnos en las mesas de los pasillos, un rato a la tarde
para tomar mate con un agua inexplicablemente caliente saliendo de algunos
termos salvados de las requisas, ya no seguíamos discutiendo para no
agredirnos, pero el Mundial avanzaba y las miradas, animosas y culpables de un lado,
resentidas y serias de otro, identificaban el sentir de cada quién.
No recuerdo qué
comimos al mediodía del 25 de junio de 1978. Tal vez surubí. Los trozos dorados,
uno por cada preso del pabellón, la grasa aún derretida que los compañeros de
fajina dejarían, al terminar el reparto, en los pequeños recipientes que los “fogoneros”
manteníamos sustraídos a las requisas. Era el combustible con que calentábamos
el agua tras una requisa del ’77 que se llevó todos los calentadores y los
fósforos, pero nos dejó las pavas. Una provocación entre tantas.
Yesca, chispero, el
olor a pescado quemado recorriendo la tarde y el mate compartido. Contra las y
los presos, desaparecidos, asesinados, el dolor y el temor en cada casa, cada
fábrica, en cada oficina, cada escuela, cada barrio. Esa era la correlación de
fuerzas y esas eran las posibilidades de cada parte. Y la felicidad reclamando
espacio.
Pero esa tarde, la
de la Final, no salimos ni hubo mate compartido.
Muñoz avanzaba con
Kempes y retrocedía con cada ataque holandés. Y yo agradeciendo que
compartía la celda con “Jaines” (Hines), tucumano y del grupo de quienes
deseaban la derrota de la selección. Pero Él, en una suerte de transversalidad,
estaba de nuestro lado: ¡hay que ganar!
Pasa cuando uno
siente desde dentro de un sentir que sabe colectivo: la emoción lo invade todo,
nada la contradice, de los detalles de momento queda sólo aquello que la
alimenta. El resto desaparece.
La celda, el pájaro
monstruoso en la pasarela, el metal de los barrotes que nos separan y del FAL
en sus manos viven por esos minutos en un once contra once, con más de 70000
espectadores que los rodean, en un rectángulo de 105 x 70 metros. Bertoni
completa en el minuto 116 lo hecho por Kempes en el primer tiempo y en el
suplementario y la explosión en los pabellones a cada gol de la Selección indica
que algo fue cambiando, que ya son pocos y habrá que hacer mucho para que su
dolor decaiga, los presos que quisieran el triunfo naranja.
Pero la Argentina de esos años era un espejo negro. Ni el menor logro llegaba sin zozobra, temor, dolor y sufrimiento. Así que ni el tres a uno a favor de la Selección parece definitivo y el festejo es aún contenido hasta que Muñoz, ese antecedente indigno de lo que son la mayoría de quienes viven del fútbol sin jugar ni al metegol, dice que el partido ha terminado, que somos campeones. Y los golpes de casi todos los presos de Villa Libertad contra las puertas de las celdas y las mesas de metal se juntan en un sonido que en las rejas de nuestra ventana es roto por la ráfaga del FAL que sale a fogonazos desde el pájaro emponchado hacia el cielo de Resistencia e instala por un segundo aquellos versos de Urondo, escritos en el 73, en la cárcel de Villa Devoto: “Del otro lado de la reja está la realidad, de este lado de la reja también está la realidad; la única irreal es la reja”. Fueron segundos, un instante.
A veces resurge
la discusión sobre aquellos días, sobre el Mundial, la dictadura, el genocidio,
la memoria o desmemoria, la dignidad, el dolor, la esperanza.
Los pueblos tienen
otros tiempos y procesos que cada uno de sus miembros. Tengo para mí que ese
Mundial y ese resultado dejó muchos caminos bifurcados, pero me quedo con el
que elegí en aquel momento, tal vez algo influido por lo paradójico de estar
presos en un barrio que aún se llama Villa
Libertad, en una ciudad
capital que se llama Resistencia.
Esos jugadores, a los
que alentamos sin que nuestras voces lleguen más allá de los muros de la cárcel,
tenían que demostrar y lo hicieron que a pesar de todos los pesares nuestro
pueblo no estaba tan de rodillas como para perder un mundial en nuestra tierra.
Aunque la injusticia reinara sobre ella.
Una raya de
dignidad quedaba dibujada.
viernes, 17 de junio de 2022
OCCIDENTE: CUNA DE LO PEOR DE LA HUMANIDAD
En defensa de occidente suelen citar a Shakespeare, Cristo, San Francisco... (Siguen las firmas). Justamente: los Destacables son excepciones, aunque no siempre, a la indignidad con que convivieron.
El saqueo y la guerra como forma de relación social y de subsistencia, el esclavismo como sistema, siempre la supresión de su voluntad a les más débiles, les menos violentos. Los imperios y los tributos, la eras oscuras, de dioses terribles y representantes terrestres peores. Al fin la síntesis "moderna", el capitalismo, la reproducción de los "bienes" por encima de toda otra cuestión humana. Eso es la "civilización" occidental.
Lo mejor, lo que eternamente pinta un futuro diferente a costa de pelear presentes, aunque sea grandioso son rendijas por donde emerge lo que funda a la humanidad: lo solidario, el amor, el cuidado al otro, el ansia de libertad, el afán de crear. Porque sí aunque casi siempre los los capture el mercado.
Las "scold' s bridles" testimonian más que una forma de tortura y opresión. Muestran una época en que formaban parte de otras costumbres, una cultura
La historia de la femineidad es también historia de la cultura depredadora irrumpiendo en el mundo.
No todos los males los inventó occidente. Pudo encontrar en algunos pueblos embriones de. violencia, de discriminación, de opresión y sometimiento, pero fue su impronta la que los hizo sistema, forma de vida, razón de supremacía.
Las máscaras/jaula podían silenciar y casi ocultar rostros, pero son un alarido desde el mundo en que fueron creadas.
Es mucho lo que la resistencia femenina ha logrado avanzar, pero mucho más lo que queda por delante para que sea definitiva la supresión de todas las scold' s bridle, simbólicas y materiales, que aún reproducen opresión y sometimiento.
Y no es sólo una tarea de género.
jueves, 16 de junio de 2022
LOS FONDOS PARA LAS INDUSTRIAS CULTURALES SON TAMBIÉN PARA NUESTRA MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA
En la madrugada, el proyecto presentado por Pablo Carro tuvo su media sanción en Diputados.
Los espacios culturales no pueden perder a fin de año los fondos que percibían para subsidiar en parte sus producciones. Fondos, por otra parte, que salen de la misma actividad cultural.
Es necesario destacar el valor que ha tenido la producción cultural en la promoción de nuestra salud mental tras procesos traumáticos, para el colectivo y las subjetividades singulares, procesos tales como el último genocidio, Malvinas, la oleada neoliberal, las trazas de la violencia oligárquica y su impronta excluyente.
Sin "Los fusilados de la Patagonia trágica" y su resultante cinematográfica, "La Patagonia rebelde" hubiéramos vivido generaciones carentes de toda relación conciente con los hechos evocados, el despojo, la codicia, la sangre derramada y el odio resonando desde lo siniestro en subjetividades incapaces de procesar tanta barbarie.
En las proyecciones clandestinas de "La hora de los hornos" y "Operación masacre" en los barrios puede ver cómo, además de sumarse nuevas y nuevos militantes se despejaba, para quienes habían recibido fragmentos de las represiones y luchas que los precedieron, la "verdadera historia", el por qué de la bronca, miedo e identidad resistente en que crecieron.
Tras el genocidio, fueron producciones culturales, por caso Teatro abierto, o películas como "Garage Olimpo", "Nueve reinas", "Memorias del fuego", "Montecristo", "Vientos de agua", incluso "El secreto de sus ojos", a pesar de su final impresentable, las que tradujeron nuestras tragedias colectivas a historias aún dolorosas, pero relativamente sencillas y asimilables.
Sin esas "ficcionales" historias, relatos que cada sujeto singular puede soportar sin que algún mecanismo de defensa las desplace a lo no conciente, hubiera sido mucho más difícil el procesamiento colectivo e individual de aquellas tragedias, la recuperación de una relación posible de cada una y cada uno con su vida cotidiana.
Celebro como contemporáneo la media sanción de Diputados, también como padre de una luchadora,
Lo veo como un homenaje a la capacidad de resistencia de nuestro mundo artístico. Resistente en su producción, resistente en su lucha que fue, lo dijeron los diputados Carro y Yaski, la que llevó está Ley a ser tratada en el Congreso.
lunes, 6 de junio de 2022
SALUD MENTAL: HACER LO QUE HAY QUE HACER
Se repiten declaraciones y opiniones respecto a la Salud Mental en nuestro país que demuestran la necesidad de implementar del modo más integral y accesible posible la Ley de Salud Mental en todo el país.
Sin embargo, la mayor parte de lo que se publica apunta a todo lo contrario.
El problema real es que faltan dispositivos y oferta profesional e institucional para atender los problemas de salud mental. No todos los hospitales generales de todo el país tienen espacios de internación y asistencia para situaciones críticas, hay unidades sanitarias que no cuentan con profesionales de salud mental en el equipo de salud, es insuficiente y está poco federalizado el trabajo de prevención y promoción de la salud mental en la comunidad, la penalización del consumo de sustancias psicotrópicas provoca la llegada tardía de situaciones críticas al sistema de salud cuando no su llegada desde lo penal, la formación de profesionales ha sido hegemonizada en algunos aspectos, durante años, por un paradigma basado en la negación de la voluntad y derechos de las personas afectadas y por el aislamiento y y supresión de derechos de quienes se considerara "incapaces". Otro sector de profesionales ha recibido en las universidades la formación en y para el trabajo comunitario como algo secundario y sólo quienes acceden a dispositivos de atención primaria tiene la oportunidad, no siempre aprovechada, de replantear su formación en términos de lo que la comunidad condiciona y favorece.
Casi todos estos
factores son los que vino a atender la Ley de Salud Mental 26657. En tanto no
se cumpla con lo que la ley legisla, esto es: le dice a la sociedad qué es
legal, disponible dentro de sus términos y obligatorio a cada ciudadano, a cada
profesional, a cada persona que requiera algún tipo de atención de salud, que
es lo legal y obligatorio,
No es entonces la Ley el problema, sino su falta de cumplimiento por quienes deben cumplirla
o el retraso en hacerlo.
El primer
movimiento en tal sentido seria cumplir con el artículo 32 en el Presupuesto
Nacional de este año e "incluir en los proyectos de presupuesto un
incremento en las partidas destinadas a salud mental hasta alcanzar un mínimo
del DIEZ POR CIENTO (10 %) del presupuesto total de salud" (SIC)
Transformar el
sistema para que se pueda atender promoción, prevención, accesibilidad,
dispositivos y equipos de salud insertos en la comunidad, internación en los
casos que disponga el equipo de salud. Para que eso suceda son necesarios los
fondos para que prevé ese diez por ciento. Y en ese proceso modificar las
carreras de todo el país, generar convenios para que todas las provincias
cumplan efectivamente con la ley, comprometer a las y los profesionales de
salud y de los juzgados, jueces incluidos, sin pasar por alto a quienes en
lugar de cumplir la ley la ajustan a sus gustos y apetencias.
También es necesario que los medios de comunicación acepten que esta es una cuestión sanitaria y que debe ser abordada desde ese punto de vista, atendiendo a "el menor daño posible", como lo proponía la primer máxima de salud que se dejó escrito en la historia de la humanidad y al referirse a la ley y los problemas de salud mental escuchen a quienes tienen la formación y compromiso legal para responder. Yendo a los ejemplos. En el caso del Chano el problema no fue la ley sino su incumplimiento: El equipo debió asumir la responsabilidad que dispone la Ley y fuera protocolizada por la Ministra de Defensa de aquel momento, Nilda Garré, dirigir la intervención, no dejar librado al equipo policial a su iniciativa, dialogar con Chano evitando situaciones de riesgo y si su evaluación lo indicaba disponer su internación. Según le informe policial se metieron con policías dentro de la casa, se retiraron ante lo que consideraban peligroso y un policía habría quedado atrapado entre Chano blandiendo un cuchillo y la puerta de salida. La persona que necesitaba asistencia recibió un disparo.
Basta con este caso para evaluar dónde está el problema con los casos críticos. No se hace lo que se debe y esto sucede porque no se forma de modo obligatorio a las y los profesionales para hacerse cargo de lo que deben hacerse cargo. Basta leer hoy el artículo de Pablo Estéban en Pagina 12: Salud mental en Argentina: luces y sombras de un problema estructural. Mientras la Lic. Stolkiner da luz sobre la cuestión, lo de Pavlovski entra en un cono de sombra.
Si alguno o todes los profesionales del equipo de salud no pueden afrontar el dar un informe de internación a un juez de turno deben formarse para hacerlo. Imaginemos a cirujanos que se niegan a usar técnicas de laparoscopía en los casos en los que ya no se usa otra técnica. En serio se podrían justificar porque no les sale hacerlo? Si un o una profesional, ya no de salud sino contador/a, ingeniero/a, docente, siente que no puede remitirse al poder judicial en las prácticas que así lo exigen, no es idóneo para realizar esas prácticas. Deberá buscar un espacio de ejercicio de su profesión en que no necesite realizarlas y no involucrarse en aquellas que está claro no puede cumplir.
El sujeto de la salud es la persona que requiere atención, de les
profesionales a les la sociedad nos pagó los estudios y nos habilitó para
ejercer, lo que se espera es que siempre intervengamos en ese marco