viernes, 17 de agosto de 2018

LOS CUADERNOS, LA ESTUPIDEZ Y EL PODER REAL


A diario, tanto los medios que actúan como usina del gobierno como los medios que juegan la propia y aquellos que tratan de llegar a la verdad e informar al pueblo, dedican horas a una causa armada con papeles inaccesibles, fotocopias dudosas, declaraciones esquivas, arrepentimientos que culpan, culpables que pasan a la inocencia con sólo acusar a otros de cosas que ellos “no tuvieron más remedio” que hacer.
Cada día, la sucesión de entradas, salidas y encausados que muestra Comodoro Py se asemeja más al circo de Intratables, un programa de anticipación que no supimos comprender en su momento y hoy la vida cotidiana convierte en pasado.
Como si sucediera en otra dimensión, nuestro país avanza hacia la quiebra, un velo de impericia similar al que se le supone a las maniobras de Bonadío parece trastornar a quienes deciden qué hacer con el dólar, las importaciones, el empleo, la producción, la supervivencia misma de nuestra existencia como Nación.
Tal vez la figura no alcance, pero es lo que tengo a mano: es como mirar a un ómnibus que se dirige directo y a toda velocidad a estrellarse contra un edificio y buscar la explicación del suceso por quien va vendiendo biromes y no por quien conduce.
Que Macri sea un estúpido, Caputo un lavador, Dujovne el alcahuete de algún fondo buitre, que Quintana se quiera quedar con todo el negocio de medicamentos del país o todos sean un grupo de ladrones de alta monta no explica la situación que se ha disparado en Argentina, es la superficie rugosa de la tormenta desatada en otro nivel.
¿De dónde saca poder un asesino por la espalda, argumentador de solapas de libro y juez venal como Bonadío? ¿Quién tiene las espaldas suficientes para jugarle de igual a igual al Banco Central en el tira y afloje por la cotización del dólar, los subes y bajas que van y vienen a cada renovación de lebacs? ¿Quién puede embarcar al FMI a tirar guita en apoyo a un gobierno que huele a cadáver sin que nadie atine a cerrar la canilla? ¿A quién le sirve que nuestra sociedad se encamine a un espiral de deterioro institucional, violencia y disolución sólo controlable a sangre y fuego? ¿Quién incluso se beneficiaría de llevarnos a una situación como aquella de las guarimbas en Venezuela? Situación, recordemos, con la que nos querían asustar hace unos meses y hoy, a la vista de cada medida de gobierno parece más cercana.
Algo ha sucedido en nuestro continente y es hora de que si no se ha percibido se tenga en cuenta y si no se ha mensurado en todo su valor se lo haga: los EEUU reestablecidos como policía de la mayor parte del mundo, con el control de todo el acceso a energía de que fueron capaces vía OTAN + ISIS + “primavera” árabe, etc., dotados de un gobierno dispuesto a priorizar el interés interno como hace años no se veía, embarcados en una dura guerra comercial con los otros polos de poder mundial, han vuelto la mirada hacia lo que consideran su patio trasero y emprenden una lógica acción geopolítica: van por el dominio pleno del continente de modo de sustentar en cualquier mesa de negociación o en cualquier confrontación de otro tipo nuestra ubicación estratégica, nuestras riquezas actuales y por venir como un recurso propio.
Y lo hace de modo integral, como corresponde a un imperio. Donde sea posible, vía compra de voluntades y bienes a precio vil, donde sea necesario, desestabilización, donde no alcance, balas. En todas partes, sacudidas económicas y salvatajes que devienen en apropiación de lo útil y desguace de lo que no les sirve o confronta. En todos los casos, también ocupación directa vía corporaciones, asesorías y bases.
Yendo a nuestra situación como país, es preciso diferenciar, replantearnos viejas afirmaciones, reconocer lo nuevo: los EEUU logran por primera vez en nuestra historia manejar de modo directo, casi sin intermediarios, los hilos de nuestra vida política y económica mientras avanzan a redefinir nuestra sociedad toda y con ella nuestra soberanía y democracia.
Nada de lo que nos sucede hoy puede ser simplificado o explicado por fuera de una estrategia con la que, o confrontamos con ella o nos lleva puestos.
El macrismo nos ha llevado al borde de la bancarrota tal vez con algo de impericia, pero con mucho de eficacia si se piensa desde la estrategia de los EEUU. Ya se vislumbra la dolarización como salida final y grillete eterno con sus intereses.  
En la coyuntura, algunos sectores empresarios fueron buscando su preservación sea por la vía de especular, vaciar o fugar divisas, sea por la vía de tomar distancia de un gobierno que ven en retirada.
La disparada de los cuadernos viene a reinstalar algo de disciplina en el bloque de poder interno mientras la crisis sigue su curso y avanza a llevarnos puestos a todos. Pero: ¿de quién viene esa movida?
Suponer que los cuadernos son sólo una jugada de Macri sería no considerar el poder del empresariado afectado. Macri no es un primus inter pares. Ni la banda presidencial lo pone a la altura de los Roca, los Roggio, Cartellone y el resto de los que amplían la lista de Comodoro Py.
¿A quién beneficia hoy abrir más frentes de crisis ante una crisis casi terminal?
Vale recordar que Brasil, por ejemplo,  está en recesión desde que empezó el lavajato y retrocede su presencia económica en todo el mundo gracias a una estrategia similar de su “justicia" local.
Ya lo anticipamos: los EEUU se instalan como nunca en nuestro país a decidir y apropiar espacios de negocios que el macrismo ha llevado a remate.
Por primera vez el imperio no tendrá que pasar por la caja del empresariado agrario, industrial y financiero. Ahora avanza a instalar bases, incluirnos en la guerra mundial económica, “antinarco” a veces, “antiterrorista” otras, para por fin convertirnos en un semi virreinato.
Macri, desde la llamada al FMI hasta los cuadernos transita de miembro mediano de los dueños del país a lumpen burgués manejado desde la embajada de EEUU.
Si hay dudas, basta revisar las declaraciones del nuevo embajador de los EEUU: " (voy a trabajar) con los abogados y jueces de la Argentina para mejorar el sistema judicial y fortalecer la confianza de la gente en el sistema judicial". La estrategia de guerra jurídica (lawfare) es el corazón de la ocupación estadounidense en aquello que considera su patio trasero.
Tanto si nos detenemos en la denuncia de algunos escritos a mano en improbables cuadernos como si seguimos enumerando los males que el macrismo viene acumulando en contra del pueblo vamos por caminos de derrota.
Cada denuncia aumenta las dudas de nuestra gente respecto a la política toda, deteriora instituciones que si bien no nos benefician lo suficiente son irreemplazables hasta tanto otra representación política acceda al gobierno y pueda iniciar la dura tarea de reparar el daño social, productivo y soberano producido por Cambiemos a las vez que reconstruir nuestro Estado para hacerlo más afín a los intereses del pueblo.  
Esta mañana recordábamos al Nono Frondizi en el que fuera quizás su lugar en el mundo más propio, los Talleres Protegidos, a propósito de descubrir una placa en su homenaje. Una frase del Nono resaltó entre los discursos: "No importa el color de la bandera. Mientras no sea amarilla VENITE".
Ese es el espíritu, esa es la empresa, unir a quienes el macrismo está destruyendo y avanzar todas y todos  camino a la victoria.
Lo que nuestra sociedad necesita ante tanto embate en su contra es justamente la señal de que ese otro Estado, ese otro país es posible y estamos encaminados a retomarlo en 2019.