domingo, 25 de octubre de 2020

COVID19: AQUEL MITRE, ESTE LARRETA


"El aislamiento se corre al interior", refirió el artículo de Página 12 a propósito de los anuncios oficiales sobre COVID19. Pero los recursos provistos por Nación siguen malutilizandose en CABA en lugar de, reducción de contagios mediante, poder trasladar una parte allí donde las situaciones más criticas lo requieran.

Es recomendable cruzar los cuadros de las páginas 4 y 9 del informe en basó su intervención nuestro presidente.


Hay provincias al borde del 100% de ocupación de camas UTI, 12 por encima de lo controlable a corto plazo. Parece, desde una mirada metropolitana, un problema serio "del interior", "de las provincias", pero visto con sentido nacional es un problema "del país".

Por la entrada del COVID19 vía viajeros, por el rescate masivo que se realizó con esas y esos compatriotas, por la expansión que tuvieron los contagios en CABA y su proyección al AMBA, los recursos nacionales contra el COVID19 se emplearon predominantenente en esta área. Era lógico, en tanto los casos se concentraban allí, desplegar la acción allí de modo de reducirlos y proveer, mediante controles estrictos, a evitar su expansión al resto del país. 


Pues bien, a caballo de las aperturas de CABA y el crecimiento de contagios que generaron allí y en AMBA, del movimiento comercial y de alguna impunidad en personas que evitaron controles, el COVID fue cruzando fronteras municipales y provinciales hasta alcanzar el 65% de nuevos casos fuera del núcleo inicial de infección.

Entonces la situación es desesperante en las provincias, se podría concluir. Pero no. 

Si el gobierno de CABA hubiera trabajado para reducir sustancialmente los casos (eso es "un avance" Larreta y Quirós, no seguir montados en una meseta inviable), si hubiera atendido no convocar trabajadoras y trabajadores no esenciales residentes en el AMBA, buena parte de lo invertido en su zona se podría hoy redistribuir en todo el país, atento a la emergencia de cada provincia. 

Camas UTI, personal, equipos para el personal, etc. Pero no. 

Montados en su mentalidad mitrista, Larreta y su gente "siguen avanzando" con apertura de escuelas a un mes del fin de las clases, apertura de shoppings, etc. , sin miras de devolver al Estado nacional siquiera una parte de lo invertido para frenar al COVID. 


Un ejemplo: cuando la desidia de Larreta y sus funcionarios respecto a la provisión de agua en la Villa 31 generó una explosión de COVID, el Estado nacional acudió con el plan detectar y no se restringió a ese barrio, siguió con 1-11-14, 21-24, en una tarea que, además, el clasismo del Cambiemos impide pensar y menos atender. Cuántas personas, equipos, fondos, puede disponer hoy el gobierno de CABA para devolver en asistencia lo que recibió? NADA. Porque sigue parada en dos mesetas. La epidemiológica, un número de casos que hacen imposible reducir recursos sanitarios aunque sean prestados. Más si se piensa en ampliar cada semana la circulación. La meseta político ideológica desde la que miran al resto del país. Son unitarios fuera de tiempo, pero con la misma desidia y rapacidad que la de sus antecesores. 

El Estado nacional está hoy acuciado por la pandemia, pero también por los costos de volver a poner en marcha el país desguazado y desarticulado que dejó la gestión macrista. De no activarse una política nacional de restricción que interrumpa el jolgorio irresponsable y reduzca los contagios en AMBA, la provincias marchan a una catástrofe provocada, como tantas en la historia, por políticos porteños que se piensan en otro país y solo se acuerdan de la Nación a la hora de necesitar ayuda.

jueves, 22 de octubre de 2020

EL MILLÓN DE CONTAGIOS Y LOS PRO COVID19

Pagina 12 publica el artículo de Pablo Esteban sobre el millón de contagios en Argentina, con aportes de un bioinformático, Rodrigo Quiroga y el sociólogo Daniel Feierstein. 

Es necesario, indispensable, preguntarse por qué llegamos al millón de casos . 

El tema es que para pensar soluciones necesario, el abordaje debe hacerse con profesionalidad y si bien Quiroga, integrante del equipo de Aliaga, lo hace, el abordaje sociológico no avanza sobre las cuestiones prioritarias ni distingue responsabilidades a la hora de explicar cómo una pandemia que comenzó con cientos de contagios ha pasado el millón y lo que se cuenta hoy por cientos son las personas que fallecen cada día. 

Las pandemias son en primer lugar un problema de Estado. 

Es el Estado el que define qué hacer y qué no. Por supuesto que sus propuestas deben ajustarse a las formas culturales de su ciudadania, pero atentas al límite de evitar al máximo los perjuicios de la pandemia. En nuestro caso, las "flexibilizaciones" con las que se fue desarticulando el ASPO no tuvieron que ver con lo que Feierstein llama "enfoque médico", ni con presiones sociales masivas, ni con hábitos predominantes en nuestra población, sino con una disputa de poder. 


LAS DOS BATALLAS

Mientras el gobierno promovía restringir la circulación, el gobierno de CABA, la mayoría de los medios de comunicación y buena parte del sector empresarial más concentrado fueron boicoteando esta política a la vez que accionando sobre todos los malestares que puede provocar una cuarentena. Ello implicó dos frentes para el gobierno: la agresión del COVID19, la de la oposición pro-COVID.

¿Es posible que haya algunos sectores que accionaron de modo que se favoreciera la expansión del COVID19? Es posible a partir de una confluencia entre intereses diferentes.
Económicos: el Estado amenazaba y de hecho concretaba la traslación, hacia lo sanitario y lo social, de recursos estatales de los que que los sectores de mayor riqueza gozaron durante los cuatro años de Cambiemos. Con la frazada más corta, IFE, medicamentos gratuitos, aumento de jubilaciones, el rescate del sistema sanitario son inaceptables para quienes venían mediando de la especulación, la fuga de divisas, la apropiación de bienes públicos. 

Una de las batallas centrales en la que se fue modificando la correlación de fuerzas justamente la generó un líder de ese espacio: Roca, despidiendo a 1400 trabajadores en medio de una prohibición por ley. No se trataba sólo de esos 1400 trabajadores sino de la percepción social de ese conflicto. Si aún siendo denunciado por el presidente Fernández el carácter miserable de la decisión de Roca, la empresa no volvió atrás en su decisión, el resultado fue que uno de los sectores más convocados por  la  cuarentena, las y los trabajadores asalariados, tomaron nota de la fragilidad de su situación. Conservar el empleo, buscar algo alternativo, se hizo prioritario a cuidarse del COVID19.

Lo del gobierno de CABA tiene un tinte menos productivista que el "que trabajen y que se contagie el que se tenga que contagiar" roquista, pero aportó a la misma campaña. Toda la economía capitalina gira alrededor del área de servicios, por lo que Larreta fue invocando cada espacio como una "demanda social", desde los corredores nocturnos hasta las peluquerías y bares.  

Y el ideológico, compartido, al igual que el económico por los medios afines: disputar contra cada decisión del gobierno nacional. Larreta y Acuña, reclamando clases a mes y medio del fin de calendario, son un ejemplo que ahorra argumentos. La aceptación forzada de esa "propuesta educativa" es indicativa del estado de debilidad en que quedó la propuesta "médica", en realidad sanitaria, en la disputa de poder descrita. 

Increíble que no se citen las advertencias del ministro y el vice ministro de salud de la Provincia de Buenos Aires, Gollan y Kreplak respecto a que cada apertura en AMBA iba a repercutir en la explosión  de COVID19 en las grandes ciudades del interior. Los trataron de "Dr. Muerte" un 90% de los medios de comunicación. Eso a pesar que no profundizaron en un plano que afectó sumanente al Conurbano. La mayor parte del trabajo capitalino lo realizan trabajadoras y trabajadores del otro lado de la General Paz. La explosión en el Conurbano tuvo que ver con esto, el virus no nada en el Riachuelo, son quienes van a trabajar a CABA quienes se contagia y lo trasladan,  apiñados en transportes legales que no pueden ser controlados e ilegales idem.

DEL ASPO A LA FLEXIBILIZACIÓN 

Es en el Marco de esta disputa que se producen y suceden las diferentes "fases" que atravesó la política antiCOVID19 y no hay forma profesional de abordarla si se ignora este Marco
Varios de los puntos que se mencionan sabemos fehacientemente que no Incidieron de modo sustantivo en el millón registrado de casos o la cifra que pueda deducirse a través de modelos matemáticos. El sociólogo nos dice que "se debió informar cuanto duraría la cuarentena". Cómo si aún a la fecha no hay modelo que acierte cuando la caída de casos no es solo un efecto temporario? "Que (la cuarentena) no debe ser muy extensa". ¿Por qué? ¿Qué es extenso? ¿Tiene algún ejemplo equiparable al COVID19 de cuarentena moderna? ¿Como lo asimila a esta? Si hubiéramos sostenido una cuarentena similar a la sostenida alminciio en AMBA, pero por cuatro meses, con habilitación progresiva de circulación restringida a lo esencial, alimentos, salud, energía, seguridad, con control estricto de circulación interprovincial hasta hoy: ¿cuántos contagios estima que tendríamos?¿cuántas muertes?
"Que no planchen la economía". ¿Qué categoría sociológica es esa? ¿planchen? Supongamos que se habla de no reducir el ritmo de la economía. ¿Quién dijo que una cuarentena necesariamente llevaría a la recesión cuando la recesión ya estaba y venía muy profunda desde el gobierno anterior? Los hospitales nuevos, la incorporación de trabajadores de la salud, toda la producción sanitaria que se disparó, indican que se puede hasta promover más actividad, siempre y cuando se cuente con fondos para eso. Más actividad no sólo en lo sanitario, tambien en otras áreas productivas de menos concentración en un lugar. Pero todo ello implica disponer de fondos y es lo que el capital concentrado no puede permitir.

La "plancha" no tiene que ver con la cuarentena sino con que actividades se benefician de los recursos disponibles. Quienes quieren llevar al dólar a las nubes para comprar activos por centavos están hoy afectando la economía más que el COVID19 y a favor de éste, ya que insumen recursos y horas hombre que el Estado necesita dedicar a parar la pandemia Y reactivar la economía. Pero el capital especulativo considera un robo el uso sanitario de recursos.  Tan acostumbrado está a medrar del Estado, de la fuga de divisas, las especulaciones cambiarias, la retención de granos (¡harina a un dólar!), etc.  No sólo se opuso, al proyecto de contribución ordinaria desde que se conoció. Ni se le ocurrió hacer una colecta básica entre sus miembros.

Las pandemias son en primer lugar problema de Estado, digo al comienzo. Agrego: y de su capacidad para enfrentar a los intereses que se benefician de su fracaso. 

Hemos logrado sacar al neoliberalismo del gobierno, pero salir del desastre en que nos dejó y neutralizar su poder económico y mediático dedicado a desinstitucionalizar el país es una tarea de más largo plazo. 

Ese es el problema principal con la pandemia. Tenemos la estrategia que pudimos implementar en medio de la disputa de poder, no la que hubieran permitido mejores condiciones económicas y de gobernabilidad.

LO COLECTIVO Y LO SINGULAR DE LA PANDEMIA
Frente a los factores que hemos desarrollado,  las costumbres, la responsabilidad, etc. de nuestros compatriotas son, en términos epidemiológicos, secundarias. 

Si el mensaje de Estado, tanto en el sentido restringido de aparato estatal, como el amplio, que integra el resto de las instituciones y medios, es contradictorio y hasta antagónico, la consecuencia social será  la dispersión, la preocupación por otros temas, el descuido.
Contra lo que suelen pensar algunos, los humanos no vivimos previniendo sino viviendo,  a cada individuo singular no lo mueve la preocupación por la la salud sino la sociabilidad, la búsqueda de satisfacción, la creación. Pero justamente referenciamos en el Estado aquello que nos atañe a todas y todos. 

Frente a una amenaza sin solución -el COVID119 aún lo es- la reacción natural no es vivir pendiente de ella sino dedicarse a la sobrevivencia y lo que sí se puede resolver. Esta ecuación sólo la puede cambiar la intervención del Estado: "ponemos toda nuestra fuerza sanitaria, legal y recursos para enfrentar la pandemia". Pero este mensaje se percibe desde lo discursivo sólo si se realiza en lo concreto. Cuando salir a correr, tomar una cerveza en la vereda o ir a la peluquería puede equipararse desde la acción de Estado a contagiarse, enfermar o morir por COVID19, no hay apelación a la responsabilidad individual que pueda equipararse.

Nuestro pueblo convive hoy con haber pasado un millón de personas por la experiencia de tener COVID19 y  padece haber perdido más de 27000 vidas. Asignarle responsabilidad por esta situación, frente a la magnitud de la ofensiva procovid que venimos soportando desde las primeras medidas de gobierno, es sumarle un cargo que no merece. 

Nuestro gobierno ha intentado, con algunas salvedades que coincido con Aliaga, dar batalla. Pero el frente proCOVID fue aún más fuerte que el virus y más  responsable de los resultados que vemos a la fecha.

Coincido también con lo que expresa Quiroga respecto a la necesidad de reconstruir el contrato social, pero creo que para ello hay que entender que ya existe un  mensaje de la sociedad: salvo sectores muy acotados, nuestra gente sale de su casa sólo  por lo indispensable. Dejemos de tomar el ruido del lobby y los medios como expresión de mayoría. Cuando se circula por los barrios pobres, de sectores medios bajos, esa es la inmensa mayoría de la población argentina, las y los que circulan lo hacen para procurarse trabajo y/ o lo indispensable para que los suyos sobrevivan. 

Si podemos hacer lo posible para cubrir necesidades y que esa circulación no sea necesaria, volveremos los contagios a un nivel manejable y sabremos que hemos hecho todo lo posible para preservar nuestras vidas, las de todas y todos. 

lunes, 19 de octubre de 2020

BOLIVIA, OTROS RITMOS. EL TIEMPO Y LA SANGRE


Ganó el MAS en primera vuelta.

Está todo por verse, pero el punto de partida de esta nueva semana, de este nuevo momento, de esta nueva fase en la lucha del pueblo boliviano, es su triunfo en la urnas, de la mano del partido que la derecha quiso destruir, a sólo diez meses de un golpe sangriento, racista, depredador, que supo reunir Fuerzas Armadas, fuerzas represivas, la fauna separatista y racista que domina la Media Luna "camba" con Macri, Bolsonaro,  la OEA y Trump.

Recuerdo los primeros días del ataque golpista a pueblos enteros, los linchamientos. Las primeras horas que se fueron extendiendo hasta la renuncia de Evo, la "asunción legislativa" de la usurpadora Añez. Recuerdo esa mezcla de espera, rabia contenida, sacrificio y algo indescriptible que parecía campear, a los ojos de nuestra militancia, en la actitud de la mayoría del pueblo boliviano.  Cada día parecía demasiado y más de uno se preguntaba por qué  el golpe sigue adelante, cuándo se lo detiene. 

Sin solución de continuidad, ya instalados los golpistas en el gobierno, todo tiempo comenzó  a parecer poco. Evo y otros referentes salvados en parte por nuestra solidaridad, los procesos a dirigentes, las proscripciones, los planes a futuro de los golpistas. Otra vez, a una mirada "desde acá", todos parecían presagios de pérdida a largo plazo de la democracia en la república hermana. 

Hay un algo en nuestra forma de ver el tiempo desde el centro de CABA, los "centros" de Conurbano, las grandes ciudades, que se ralentiza al alejarnos un poco. Es cómo vivir y siente su vivir la mayoria de nuestra gente. Pero el apuro se reinstala en nosotros apenas volvemos. Y lo peor, vivimos y pensamos como si ese fuera el único tiempo.

Hay que repetirlo, la cultura oligárquica en América Latina es una continuidad del ojo colonial. La sangre del pueblo regó independencias, el sucesor del amo (a veces el mismo amo) se apropió de lo más  y lo mejor y desde allí construyó su poder en cada nación.  De la impronta colonial y sus sucesores pudo dar cuenta Castelli, salvado de milagro de la ira de los ricos cuando llegó a lo que hoy es el territorio boliviano, mentando la hermandad americana, la igualdad entre criollos y originarios.


DIEZ MESES se tardó el pueblo boliviano, sus dirigentes, refrendados en esta Victoria como estrategas que no comprendimos del todo en su devenir, aunque sí contribuimos a su sobrevivencia.

Recuerdo el entierro simbólico del ALCA, en el Estadio Mar del Plata. La previa al acto, un buffet improvisado cerca de la entrada al palco central. De mañana, tras horas de preparativos, un café con leche en el mostrador, bancos altos. Miro a mi izquierda, un colla alto, fornido me saluda. Reconozco a Evo, en ese entonces una esperanza. Nos damos la mano y comienzo a preguntar. Y Evo, aún en el llano total, va hilando sus respuestas con una seguridad que en las últimas décadas sólo pudimos ver en Néstor, en Cristina. La seguridad de quien confía en su pueblo y confía en que va a hacer sin resbalarse lo que su pueblo necesita. La apertura de la puerta es inminente, pero encuentro espacio para una última pregunta. "Compañero: ¿cree que esta vez tendrán la suficiente diferencia y la derecha no dará un golpe?".

La respuesta: "Es el momento. Vamos a ganar y la región acompaña". La puerta se abre, vamos al palco.

No hay dos procesos populares iguales. Tampoco hay dos momentos iguales. La derrota del ALCA, Busch el primer presidente estadounidense que regresa perdidoso de una negociación internacional, la región con pueblos recuperando gobiernos, era ese momento. El momento.

No es éste. La pandemia, la guerra económica que sostiene Trump, el control del patio trasero como una de las condiciones de su fuerza, gobiernos serviles al imperio, con la única excepción de Argentina y Venezuela.

No hay dos procesos populares iguales, pero hay un denominador común que Evo y sus compañeros supieron percibir, que el pueblo boliviano señala con su conducta mayoritaria. 

La oligarquía boliviana, como la Argentina, no tienen proyecto para todas y todos los habitantes de sus respectivos países, tampoco para sus mayorías. Su único horizonte actual es conservar poder, rapiñar lo público, fugar divisas, rematar riquezas que no puedan explotar en lo inmediato, limar institucionalidad, democracia soberanía. Nada que ofrecerle a trabajadores, a los sectores medios, incluso a los menos encumbrados de su élite, más que empobrecer, perder empleo, calidad de vida, derechos. Los poderosos están más apropiados de las riquezas que nunca, pero está fuera de su horizonte compartirla. 

Esas oligarquías,  la nuestra, la boliviana, sólo tienen una posibilidad politica: medrar de nuestros errores, nuestras divisiones, nuestras desesperaciones, lograr dividirnos entre el pueblo mayoritario y sus sectores más activos, dividirnos entre pueblo y militancia, entre dirigencia, pueblo y militancia. Sólo nuestros errores pueden brindarle a ese arco que va de Etchevere a Lewis, de Roca a las exportadoras/fugadoras de cereales, lo que su incapacidad de hegemonizar en democracia les niega.

Perón,  en una ecuación que muchos sectores políticos no entendieron en su momento, dijo elegir entre el tiempo y la sangre. El bombardeo, las bombas en la Plaza, el discurso genocida explícito de La Nación, La Prensa, anunciaban una matanza masiva, a lo sumo una guerra civil con resultado cierto. 

Fue el tiempo. No sin sangre. Nunca lo es para el pueblo. Pero hubo una generación  maravillosa, otras, hubo década, doce años ganados, derechos recuperados y nuevos derechos porque se priorizó, sabemos que no siempre, el tiempo.

DIEZ MESES. Puesta nuestra esperanza en que la entrega de gobierno se produzca, en que Bolivia y Argentina sean escalón para Lula en la próxima, vale la pena preguntarse qué aprender del pueblo boliviano. Quinientos años se resumen en su mirada, en su actitud, también en este triunfo.

En Argentina venimos de una historia más fragmentada, una sociedad más variopinta en sus orígenes, sus culturas, sus desfasajes y divisiones. Pero algo de Bolivia tiene que llegarnos. 


Un solo objetivo era prioritario tras el golpe: recuperar el gobierno, la democracia, la soberanía. A  ese objetivo prioritario se dirigieron todas la acciones de Evo, del MAS del resto de sus dirigentes. Resignaron proscripciones,  cárceles, exilios, sufrieron humillaciones, saqueo, muertes. Pero hoy son, a la vista de su pueblo y el mundo, la fuerza política elegida por la mayoría, una vez más, de la mano de Arce, Evo y toda su dirigencia, convalidada por el voto y por el acierto de su estrategia. 

Esa es la enseñanza. Tenemos también acá un pueblo que sabe resistir tanto como medir el momento y lonque se juega. La oligarquía nos crea cada día diferentes conflictos con un solo objetivo, hacernos perder el rumbo, separarnos en pequeñas batallas, todas alejadas del objetivo que debiera ser prioritario: bancar crisis y pandemia con la mirada puesta en consolidar al gobierno en las elecciones de dentro de DIEZ MESES. Cada afrenta, cada maniobra desestabilizadora, cada movida proCOVID19,  cada declaración destemplada de las y los derrotados de 2019 debe ser evaluada a la luz de este objetivo. 

Cuando sintamos urgencias, pensemos en lo que pasó el pueblo boliviano en peores DIEZ MESES, en lo que pasan acá nuestros hermanos sin empleo, dependiendo de la ayuda del Estado, ninguneados uno y otro por el discurso y las acciones de la derecha. Pensemos en Cristina, anunciando su vicepresidencia para cerrarle la última salida a la derecha.

Es momento de tender la mano al que necesita, ignorar al que provoca, buscar justicia ante la agresión y el saqueo. 

Las grandes batallas requieren de una situación local y regional que recién estamos construyendo.

jueves, 15 de octubre de 2020

IDEA: LOS DUEÑOS DEL PAÍS, LA PROYECCIÓN DEL MAL

El presidente Alberto Fernandez participa del coloquio virtual de IDEA, en su perspectiva de dialogar con todos los actores sociales. Varios caracterizados participantes, mientras habla el presidente, escriben lo que la periodista Florencia Barragán llama en Página 12 "un muro de falta de respeto." 

Coexisten en el coloquio algunos dueños y muchos CEOS. Son, como se ha dicho, dueños de un país que detestan, compatriotas de un pueblo que detestan y se sienten rehenes de una institucionalidad que también detestan. Son incapaces de gestar un país grande, desarrollado, inclusivo, a pesar de haberse apropiado malamente de alimentos suficientes para trescientos millones de habitantes, del séptimo territorio del mundo, de una de las cuencas fértiles más importantes del mundo, de la existencia de una mano de obra de altísima calificación a la que despojan del mar de riquezas que ellos gozan.

Tilingos al punto de comentar en un muro lo que no son capaces de poner a la discusión pública más que en sus casas, corporaciones y encuentros endogámicos. Brutos por esa falta de roce social, formados para imponer antes que para cooperar, envidian todo liderazgo genuino porque nunca lograron más apoyo que el corto periodo que fue de 2015 hasta que el curso de la realidad y la resistencia popular, desnudaron sus construcciones mediáticas, el lawfare y la cadena de negociados, saqueo del Estado y de la población.     

Les habla en el coloquio el presidente de la Nación, la autoridad máxima de esta república, votado por la mayoría del electorado y apoyado hoy por más, pero no son capaces, no de respetar su palabra, lo que ya es mucho, sino de argumentar de modo claro y preciso qué es lo que quieren, cómo lo harían, para qué y para quienes. 

"Setenta años de intervencionismo estatal". Ni sumar bien. Son setenta y cinco los años en que les arrancamos de a pedazos, en lo material y en lo temporal, la posibilidad de incidir en los destinos de nuestra Patria, tras décadas y décadas de verlos moldearla a imagen y semejanza del invasor colonial, de quien son herederos en su forma depredadora, autoritaria, expulsiva y de sometimiento a toda forma de trabajo.

El peronismo les duele porque cada vez que volvemos los obligamos a cumplir con los derechos conquistados y ceder parte de lo que fugan, evaden, malgastan. Se sienten robados con una intensidad equivalente a su expoliación de la población y el país todo. Nada más proyectivo, cercano a lo paranoico que la mirada y el discurso oligárquico y su antecesor: el colonial. Desmembraban indios, robaban sus mujeres porque vinieron, no a trabajar sino a saquear en bandas masculinas, pero construían en relatos y textos escolares el mito de "la cautiva". Construían el desierto en casi todo el territorio a fuerza de exterminar gauchos y originarios y luego presentaban la llegada de mano de obra despojada y hambrienta del Europa como "poblar el desierto". Construían el indio- demonio para apropiar esas tierras, como Rivadavia legalizó la leva para el "vago y malentretenido" mientras en una época y otras repartían territorio entre, justamente, vagos y malentretenidos. También apropiaron indios sobrevivientes y sus familias, como lo hacían los Bullrich, anunciando en los diarios de aquella época el reparto de estas personas  para servir a familias porteñas. Familias como los Bullrich.

Armaron bandas fascistas antes del fascismo mismo, como la Liga patriótica y se justificaban acusando de terroristas a sus víctimas. Echaron a Irigoyen para continuar el saqueo y lo acusaban de corrupción. Bombardearon la plaza y en lugar de condenar a los asesinos las tapas de sus diarios criticaban a Perón para no avisar a la población y así "salvarla". Secuestraron un cadáver, el de Evita, y aún no encuentran un delito tan siniestro para endilgarle al movimiento popular. 

Esconden y fugan granos, bienes, riqueza, se la apropian gracias a gobiernos afines, pero se quejan de que les roban. Hicieron que los genocidas nos carguen a todas y todos su deuda externa privada, pero no aceptan ni hacer una contribución para las acciones contra la pandemia. 

Rechazan a Cristina porque no soportan que una mujer sea más capaz, inteligente, valiente y querida de lo que ellos podrán serlo nunca, pero dicen atacarla por su soberbia. Son el motor de toda corrupción pero nos tratan de corruptos a quienes los exponemos. Usaron una y otra vez al Estado para enriquecerse, desendeudarse, limpiar apropiaciones siniestras, por caso Papel Prensa, pero se quejan del Estado intervencionista, Nombran miembros de la Corte por decreto, esos miembros no rechazan el nombramiento y se van a sus casas sino que asumen ley mediante y así se sienten legitimados para juzgar. 

No proyectan sobre los demás su propia carga negativa sólo por ser cínicos, mentirosos, escondedores de malas acciones a costa de culpar a sus víctimas, al estilo de Macri en el reportaje del ex vocero de los genocidas, Morales Solá, este último lunes, sino para convivir consigo mismos sin dudar ni por un momento que el mundo los necesita. 

Son, en tanto no rompan esa tradición y continuidad, una carga para la Nación, para la República, para la ciudadanía, factor de retraso y pobreza. Mientras sostengan esa cultura, quienes cada día construimos el país no podremos saber cuales son nuestros límites y nuestras posibilidades: hasta el clima parece a veces depender de su inoperancia, hasta la menor carencia,,culpa de su avaricia y rapacidad.

viernes, 4 de septiembre de 2020

LAS PANDEMIAS LAS RESUELVE (O NO) LA POLÍTICA



Como ya lo verificamos en las actividades de prevención de otra pandemia, la infeccion por vih sida, la respuesta social a una amenaza que no se puede resolver no es la prevención sino la negación. Lo natural en las y los humanos no es actuar de modo preventivo sino de acuerdo a cada momento y al interés en juego.

Hay miles, millones de cuestiones que resolver para garantizar la subsistencia propia y la de nuestras familias, cantidad de problemas, etc. En ese marco, una amenaza biológica es "solo" una parte de nuestros problemas cotidianos.

Ejemplo,año 2000: Municipio de Provincia de Buenos Aires. En el marco de un programa de promoción de del test, una persona había recibido por error un diagnóstico positivo al vih. Eso incluso derivó en ruptura de su pareja, violencia, etc. También hizo posible que recibiera algún apoyo, por ejemplo un bolsón con leche, alimentos frescos, aceite y harina para ella, sus hijas e hijos. La convocamos a la consejería para informarle que su serología era negativa, es decir no estaba infectada por vih. La expectativa era que esa información la aliviara. Estamos hablando de una época en que aún el vih sida estaba asociado en el imaginario social a una muerte segura.

La señora escuchó atentamente el informe que se le dio con el pedido de disculpas del caso y contestó: ¿Y ahora cómo voy a conseguir leche y alimentos para los chicos?

En ese momento, en la situación en que esta persona se encontraba, saberse sana le apareció como un problema, EL PROBLEMA, ya que le quitaba el acceso a recursos para sus hijos.
Ese es el problema para quien actúa frente a una pandemia. El riesgo se transita no sólo condicionado por el conocimiento sino también por momentos.
Lo que en un momento se impone a mi atención y cuidado con mucha claridad en otros es desplazado por otras prioridades, lo que necesito, lo que deseo, lo que estoy habituado a hacer, lo que me identifica, lo que me resulta posible: allí es donde se potencia o no la posibilidad de contagio.
Hasta aquí llega mi cercanía con el texto Coronavirus: ¿Por qué fracasan todas las estrategias para frenar los contagios?, que publica Página 12 este 2 de setiembre, a propósito de un hilo que publica Daniel Fierstein en su tweeter.
El autor acierta en que la respuesta (necesaria) a una pandemia no es médica, pero emprende un camino igualmente monotemático cuando responde que la respuesta es sociológica y amplía que el miedo puede ser un camino para reducir los contagios.
El miedo no es la vía para resolver los obstáculos a la prevención de una enfermedad. Al contrario, es el temor a algo que no se puede resolver el que dispara la negación, el obstruye una respuesta preventiva.
Si mis mensajes e intentos preventivos apuntaran a aumentar el temor, tendrían un efecto de sumatoria de rechazo, formación reactiva es el termino que corresponde, o de más negación.
Vale otro ejemplo bien estudiado en EEUU: el cartelito del Ministerio de salud que traen los paquetes de cigarrillos con fotos de sarcoma y otras patologías posibles de adquirir por fumar. Lejos de provocar miedo en quien fuma, ese agregado tiende a ser absorbido mayoritariamente como un mensaje de la autoridad sanitaria, pero despojado de su contenido ("Oh! El paquete trae un mensaje del ministerio de salud"). Resultado: "si hay un mensaje del Ministerio estoy protegido, no tengo que preocuparme. Fumo tranquilo".
Basta con estos ejemplos para comprender que las conductas humanas ante el riesgo no necesariamente responden a la lógica formal sino a la del deseo.
Así que la solución no es promover "el cagazo", como se cita a propósito de la parcial reducción de casos en Europa, por dos motivos.
Uno, porque la promoción del miedo refuerza negacion y promueve otros mecanismos de defensa.
Otro: porque los profesionales no tenemos ningún derecho a usar el conocimiento que nos habilitó la sociedad para asustarla usando nuestras herramientas profesionales.
¿Entonces? ¿No hay solución?
Sí la hay y está tan cerca del ejercicio de la sociología o de la psicologia como de la epidemiología o la estadística.
Hay que dar clara explicación de la situación extrema en que estamos, no para dar miedo sino para encarar una lucha histórica por nuestro futuro, nuestra cultura, nuestra identidad colectiva y singular que se verían arrasadas por décadas si la pandemia sigue el curso actual.
¿Alguien imagina cómo se vería afectada la identidad de las próximas generaciones tras una mortandad que pudo evitarse y que produjo un número de fallecidos mayor que la suma de todas nuestra guerras externas? ¿Qué efectos devastadores tendría en nuestra salud mental saber que hemos dejado que mueran decenas de miles de personas por priorizar after offices, take away, runner y el montón de divertimentos que se pusieron al mismo nivel que la vida de nuestros viejos, nuestras amigas y amigos, nuestros hijos, de quienes nos cuidan, de quienes producen lo que comemos, lo que nos cura, lo que nos abriga?
Hablo de promover una épica del cuidado, no sólo por el interés singular sino por el trozo de sobreviencia humana que se juega hoy y acá en Argentina, para restaurar restricciones hasta bajar los contagios a un nivel relativamente controlable, lejos de los valores actuales, en el punto en que estemos seguros de no volver a ascender hacia la enfermedad y la muerte. Y proveer el recurso necesario para.sobrellevarla: alimentos, medicamentos, energía, sanidad, seguridad. Con eso funciona lavarse las manos, el metro y medio, barbijo. Sin eso, muy poco.
Esa solución es POLÍTICA y es a las autoridades nacionales que les cabe la responsabilidad de tomarla en sus manos. Nuestra labor es aportar conocimiento y fundamento para ella, para nuestros compatriotas, desplegar estos debates y conclusiones. Nada menos y nada más más

viernes, 24 de julio de 2020

"CERRAR O CEDER AL COVID19

La tapa de la web de Página12 titula el viernes 24 de julio con un falso dilema: CERRAR O NO CERRAR.
No hay dos alternativas de salud frente a la magnitud de la pandemia. No es "cerrar o no cerrar"
Es CERRAR para evitar de ese modo la entrada en catarata en la morbilidad, mortalidad y colapso sanitario y productivo o seguir esta no-cuarentena que se amarilló y disponernos a la peor tragedia de nuestra historia, excepción hecha de los genocidios.
La única salida es volver a una fase 1 recargada: Aislamiento domiciliario preventivo, garantizado desde la acción  de Estado. Solo circulación de quienes garanticen salud, alimentos, seguridad y energía.
El resto, todas y todos en nuestras casas, al menos hasta que la transmisión comunitaria se reduzca drásticamente.
El famoso "día después" de la pandemia será habiendo evitado la mayoría de las muertes o con un luto del que no habría memoria vigente. Ni siquiera Malvinas, por su magnitud, ni siquiera el último  genocidio, por no haberse expresado mayoritariamente en muertes reconocibles  registradas.
Es preciso dejar de tilinguizar la cotidianeidad de esta tragedia que vivimos. Y el primero que debe hacerlo es el Estado, retomando el camino que se iniciara desde la presidencia en marzo: PRIMERO LA VIDA es hoy vivir con lo indispensable, proveer a quienes no dispongan de eso y vaciar las calles y lugares públicos.
"FLEXIBILIZAR", ese eufemismo que en la últimas décadas se ha empleado para decisiones siniestras tales como volver al trabajo servil, es hoy en lo público ceder al avance del COVID19. "Apertura"es negar la magnitud de la epidemia, negar con hechos y decisiones el discurso de la prevención  y el cuidado.
¿En qué espejo engañoso se miran quienes le niegan a Argentina y argentinos la capacidad de resistir a esta epidemia desde el aislamiento y la distancia corporal, las herramientas más adecuadas con que contamos?
¿Con que respaldo científico se afirma que una sociedad acostumbrada mayoritariamente al sacrificio, la gestión y la hazaña colectiva como lo es nuestra sociedad no podría bancarse unos meses de aislamiento para salvar la vida de sus padres, sus hijos e hijas, sus hermanos, hermanas y amigos, amigas?
Está en nuestro origen histórico: decenas de lenguas y tradiciones han sobrevivido al genocidio originario por esa cultura de resistencia y sobrevivencia, decenas de nacionalidades se han proyectado en la nuestra a pesar de venir del desarraigo, las hambrunas, las guerras de todo el mundo. Millones de postergados han construido sus derechos casi desde la nada, desde nuestra independencia a la democracia, los derechos sociales, la disputa misma por el Estado.
¿Nos hemos sobrepuesto a genocidios y dictaduras feroces pero no podemos vivir un tiempo aislados hasta reducir el riesgo de colapso que hoy afrontamos?
¿Cuántas veces hemos remontado crisis, recesiones, el vaciamiento productivo y del Estado generados por gobiernos antipopulares? ¿Y nos vamos a negar hoy capacidad para reponernos de las consecuencias económicas tras superar esta epidemia?
NO HAY DOS ALTERNATIVAS DE SALUD FRENTE AL COVID19: o recreamos con más fortaleza y rigor la Fase1 o vamos hacia la morbilidad, las muertes, el colapso."

martes, 23 de junio de 2020

AMBA Y COVID19: FASE 1 IRRESTRICTA O COLAPSO

No nos merecemos que nadie nos tome de excusa para retardar una decisión de Estado inevitable y urgente
En AMBA hay que cortar el pico o nos lleva puestos el COVID19.
Vivir con lo básico del 23 de junio al 13 de julio como mínimo, es la estrategia para la mayoría.  
Aquellas y aquellos que tienen mercadería, tendrán que usarla. Aquellas y aquellos que carecen de lo indispensable, se debe proveerlos con equipos oficiales. 
Así  se garantiza una sola salida semanal de uno por familia. 
Sólo personal de salud, seguridad,  transporte y energía tiene que circular con todos los recaudos.
Si sigue la progresión actual de contagios llegamos a 1 de agosto con 300000 acumulados.
Las altas no van a compensar los casos graves y la terapia intensiva estará colapsada.  
Tambien colapsara el resto de los servicios de salud por imposibilidad de aislamiento de las y los contagiados.
Por eso, hay que bajar los contagios y aumentar el tiempo de duplicación. Esto tiene un solo camino: Aislamiento Domiciliario Preventivo en Fase1 Irrestricta
Fase1Irrestricta Ya es UNA GESTA SOLIDARIA, PATRIÓTICA E HISTÓRICA, no una gimnasia, tampoco algo natural. Es un sacrificio.
Las autoridades, los trabajadores de salud, el voluntariado, tenemos que hablar crudamente. Sólo aquello que se puede ganar en vidas y afectos compensa lo que seguro vamos a perder en comodidad, distracción y bienes. Pero la vida de todas y todos, también la integridad de nuestra sociedad y nuestra salud mental están en juego. 
La mayoría de nuestra población lleva tres meses apoyando con su cuerpo, con sus malestares y sus pérdidas la acertada estrategia de aislamiento domiciliario*, distancia fisica**, asistencia a población  vulnerada y actualización de la oferta sanitaria. Los retrocesos locales de esta estrategia en CABA nunca fueron demanda mayoritaria sino decisiones irresponsables.
No nos merecemos que nadie nos tome como excusa para retardar una decisión de Estado inevitable y urgente. El gobernante que invoque a una minoría asocial como argumento, o no tiene capacidad para hacer su labor o responde a otros intereses que la salud de nuestro pueblo.
Ahora más que nunca necesitamos conducción firme para sobrellevar no sólo el temor a la pandemia y sus efectos, sino también para contrapesar la acción promuerte de una minoría con poder económico y medios.  
A esa minoría también vamos a salvarla con #Fase1IrrestrictaYa

*El aislamiento es domiciliario, no social. ¿Hay algo más social que una acción consciente de más de cuarenta millones a la vez y por tanto tiempo?
** La distancia es física, entre cuerpos. La sociabilidad sigue en pie. 

viernes, 12 de junio de 2020

El COVID19 y la calle: el futuro desde el presente

En los últimos días y a propósito del COVID19 se ha ponderado el descuido de los trotadores del Rosedal y aledaños hacia sí mismos, sus familias y allegados. La sola imagen de esas personas corriendo con más cercanía de la recomendable entre sus cuerpos, conectaba con ese distanciarse de lo material-molesto que constituye un rasgo de lo milenial.
Claro que esas personas no tomaban esa distancia desde sus casas y a expensas del  mundo virtual. Era la calle, los parques y la única distancia la construían un par de auriculares mientras la estela que dejaba el/la de adelante llegaba en gotas, invisibles pero bien materiales, a sus también materiales bocas y narices. Imposible dejar de vincular las imágenes con gobernantes  prestos a “flexibilizar” la cuarentena con tanta energía como la que emplearon en ignorar los padecimientos de la villas porteñas y su vulnerabilidad respecto a la pandemia. Unos y otros miran el mundo, aún arriesgando vidas ajenas, desde un lugar diferente respecto a la mayoría que sostiene con altos costos la cuarentena.
Puesta en crisis “la normalidad” milenial que no terminó  de nacer y ya se hace vieja, las sociedades marchan llenas de dudas, de reflejos ya estériles, de trazas culturales que se muestran en un valor que permanecía oculto, a una diversidad tan difícil de prever como lo es curso de la pandemia. Las ideologías, palabra que pocos mentan, pero que en todas  y todos se manifiesta, se confrontan del mismo modo con el tamiz de esta sinuosa realidad.
La iglesia neoliberal sigue pontificando, a falta de valores propios vendibles, la desaparición de referencias sobre lo que es izquierda y derecha. En nuestras tierras  la versión  simia suma al peronismo del lado del demonio, de modo de licuar toda resistencia colectiva.
¿Qué  es ser de izquierda? Para aquellos que vivimos sin temblores la continencia popular  de uno y otro: ¿Qué es ser peronista? Quienes gozamos de compartir con millones nuestra mirada, de saber que lo mejor de nuestra historia nacional, lo mejor de lo humano es referencia de nuestra identidad singular, contamos con el resguardo necesario contra la excomunión neoliberal.
Ser peronista, ser de izquierda, referenciarse en lo popular es promover, construir, defender la inclusión de todas y todos en la cosa pública, en la propiedad y el disfrute de todo lo alcanzado por la humanidad, en el ejercicio de la soberanía y en la identificación de la comunidad como sujeto y como condición para la existencia de cada grupo e individuo. Discutible, por supuesto pero uno construye desde ahí.
La Argentina, el mundo crujen hacia un cambio que no está a la vista. Pero la acción de las derechas muestra lo que de ningún modo hay que hacer. La vieja fórmula de construir desde la crítica a lo dominante se pone al orden del día, pero reclama revisar formulas propias.
OTRAS VOCES Y OTROS ÁMBITOS
Bien. Este jueves 11 de junio se produjo una movilización en CABA del Frente de Organizaciones en lucha, con el lema “CUARENTENA SIN HAMBRE" se detuvo en la nueve de Julio para entregar reclamos por insumos y alimentos para comedores (comparto ese objetivo), luego fueron a Vicentín por su expropiación (comparto también ese objetivo).
Cierto, hay que proveer a una cuarentena sin hambre. También a una cuarentena con la menor cantidad de contagios, síntomas, internaciones, muertes. Ese es el objetivo principal del aislamiento domiciliario preventivo que runners y gobernantes porteños pasan por alto.
Habida cuenta de las condiciones económicas y sociales que encontró el COVID19 al llegar a Argentina se está haciendo mucho para que la primera consigna, “sin hambre", sea realidad.
¿Y lo de parar al COVID19? A la vista de las imágenes de la concentración, los organizadores, referentes, dirigentes de la marcha no proveen a que se haga realidad la consigna del cuidado, el no contagio, la de evitar que el COVID19  no se lleve puesta a nuestra población, a los más vulnerados en particular.
Personas que tras la marcha volverán a sus barrios, muchos a casas con hacinamiento, a pasillos con hacinamiento, a comedores, a refugios, se amontonan hacinadas hoy en plena Nueve de Julio, exponiéndose al contagio que, ya ningún referente o dirigente puede ignorarlo, basta que se produzca en unos pocos para que se termine exponiendo a todo un barrio al aislamiento, la cadena de contagios  la enfermedad y, hay que repetirlo, la muerte.
En medio y a propósito de la postergación y la carencia sumadas a las consecuencias de la pandemia, los medios proyectan hacia todos los barrios y hogares esta acción donde el descuido, la exposición al contagio, la desmentida práctica del peligro que atravesamos, se manifiestan como conducta.
Si tener una ideología popular es procurar el bien de todas y todos, ser dirigente, referente, coordinador de colectivos es hacerse cargo de las necesidades, pero también del bien de las compañeras y compañeros, proveer a su cuidado, a la protección mutua.
Cierto es que cada compañera, cada compañero tienen derecho a hacer lo que les parezca. Tan cierto como que aquel, aquellos en quienes estos compañeros se referencian sólo cumplen el rol dirigente que el colectivo les asigna cuando esa referencia está al servicio de su gente. Si no puedo garantizar una marcha con distancia preventiva : ¿por qué la organizo? Si creo que es indispensable: ¿por qué no estoy recorriendo las filas para que haya separación, barbijos, etc.? Si creo que mis pares se merecen lo mejor en esta vida: ¿por qué no trato de que no se arriesguen a perderla? Si creo que la movilización promueve cultura popular, emulación, identidad de lucha: ¿por qué la realizo de un modo que no debe ser emulado por nadie?
Así como no es la cuarentena sino el COVID19 lo que complica la actividad productiva, el contacto social, la diversión, el funcionamiento de muchas instituciones, no es la cuarentena sino el COVID19, la pandemia, lo que pone en suspenso una de las herramientas de lucha de nuestro pueblo. Lo comprendió Hebe cuando tomó la iniciativa de no movilizar el último 24 de marzo, lo comprendieron todos los organismos de Derechos Humanos cuando tomaron la misma actitud. Lo comprendió la sociedad en su gran mayoría cuando decidió quedarse puertas  adentro de sus casas, cuando lo sigue haciendo, lo decidieron millones que buscan otra manera de manifestar lo suyo o lo postergan hasta que la vida no esté en juego.
Pretender que la realidad se ajuste al designio de algunas miradas políticas, dejar de lado el cuidado de la mayoría, no es propio de una mirada de izquierda, peronista, progresista, popular, sino de malos reflejos de una realidad ya vieja.
Habrá un día después de la pandemia, una nueva diversidad que se va construyendo desde hoy. Si algo puede orientarnos en esa construcción es tomar a la comunidad, sus valores, sus tiempos, también sus cuidados, como referencia, dejar de actuar al revés.

sábado, 6 de junio de 2020

PSICOANALADAS I: chicas y chicos, realidad, COVID19

Leo resultados de un par de encuestas sobre la salud mental de chicas y chicos en cuarentena.

No da precisión sobre esta cuestión  de género.  ¿Será que entienden que la situación  es independiente del genero de quien contesta? ¿Por qué?
Sigo. Dicen que un importante porcentaje manifiesta miedo respecto al COVID 19. 
¿De qué modo lo manifiesta? ¿Contestando qué tipo de pregunta? 
Digo, porque si se pregunto a un chico o una chica si tiene miedo, así, directo, la respuesta puede depender de lo que le pasa o depender de qué supone que el adulto espera como respuesta. Lo políticamente correcto en clave infancia. Bien. No dice.
Sigo. Dicen que muchos sienten angustia. 
¿Chicos y chicas dijeron sentir un malestar sin objeto preciso? ¿lo llamaron angustia? No. Si tiene objeto, si es en referencia a ese objeto que les llega amenazador desde la mirada adulta, la actitud, el colocarse barbijo, lavarse las manos a cada rato y guardar reclusión hogareña, o llegar y no dejar acercarse a nadie hasta darse un baño y ponerse ropa limpia. O, mínimo,  sacarse barbijo, lavarlo, lavarse también, minuciosamente, las manos, etc. Si tiene objeto, si encima ese objeto le es demarcado, precisado y significado por sus padres, no es angustia, es miedo. 
Tal vez la chica o el chico no leyó a Freud, pero quien diseña una encuesta sobre salud mental y quien lo evalúa debe conocer estos conceptos, saber diferenciarlos, antes de afirmar su presencia. 
Sigo. Entonces llegamos a que la chica o el chico tiene miedo al COVID19. Lo asusta la situación de encierro, la preocupación  de sus padres, tal vez también la dificultad con que los ve moverse en el lugar que debiera ser el más amigable, su propio hogar, los malestares y problemas de relación que malocultan o no ocultan. Digo: lo asusta el COVID19, le preocupa la capacidad de los adultos que debieran cuidarlo, protegerlo. La TV que dice, además, que fuera del encierro nada puede hacerse y que es tiempo de salir porque ya son muchos días de cuarentena. Es decir blanco y negro a la vez. 
Miedo al COVID, molestia por el encierro, preocupación por la novedosa perplejidad, o intolerancia, o calma, de sus padres, del mundo adulto en general.
Cuando alguien venía a la sala a solicitar "el psicofísico", hacía mi parte en una o más entrevistas tomando nota en lo posible de lo básico: criterio de realidad, que la persona tenga correcta ubicación espacio temporal. 
Ambas estarían presentes en la situación del chico o la chica. Percibe los problemas, los afronta con sentimientos que se corresponden con ellos. 
Pero parece haber quienes creen que no ayuda a la maduración o al menos a la salud mental de chicas y chicos, percibir el peligro al otro lado de la puerta de casa, que el mundo es inhóspito, que los padres no somos lo suficientemente idóneos como para preservarlos. 
Digo: antes del COVID19 ¿no era así? ¿El mundo era por demás amigable, la escuela divertida, los compañeros siempre buena onda, la mesa siempre provista, la familia siempre feliz, la Villa 31 no existía? 
¿Y si en lugar de malconfirmar obviedades ponemos en valor lo que adquirimos en la Facultad, la experiencia clínica, nuestro propio análisis y vemos cómo aportar a la mejor comprensión de este momento?
¿Que quiero decir? Que las tensiones y dificultades que enfrentan chicos y chicas no suceden en el vacío. Dependen del contexto social e histórico en que viven, como también dependen de ese contexto y de su entorno inmediato las herramientas con que contará para  crecer en condiciones de amar, socializar y producir con relativa dificultad, conforme la siempre joven definición de salid de Freud.
Si estuvieran encerrados por decisión materna o paterna, si fuera forma de castigo o ejercicio de poder arbitrario, si resultara de alguna patología propia, etc. seguramente estarían expuestos a un padecimiento que puede desembocar en problemas afectivos, de desarrollo, alteraciones en su subjetividad de largo plazo. Porque el obstáculo a su vínculo con los demás chicos, el barrio, la escuela  el resto de sus familiares, serían aquellos con quienes construye lo elemental de su subjetividad. 
Pero si el obstáculo es externo, una pandemia por suerte y no una guerra, si ubicados los profesionales en esa realidad ayudamos con nuestra labor profesional a construir con chicas y chicos la realidad de ese peligro, la realidad del esfuerzo que está haciendo toda la sociedad, desde sus padres al Estado, para superarlo, para que no lo afecte, habremos dado un paso importante para que así sea. 
Una cuestión de criterio: aunque nos dirijamos a chicos y chicas nuestro mensaje público, fuera de consultorio, casi siempre llegará a través de la actitud de los padres. los adultos son nuestros interlocutores en medios y redes. Esto lo comprenden bien los que quieren hacerles hacer cosas, por ejemplo, ir contra la cuarentena.
El mundo viene desde hace siglos resultando cada vez menos amigable para el ser humano en general, pera los chicos y chicas en particular. Sin embargo la mayoría pudo ir construyendo su subjetividad aún en las peores circunstancias en tanto desde sus padres o quienes cumplieran esa función, la misma se realizara superando los obstáculos que existieran. 
La función colectiva de trabajadores y trabajadoras de salud mental es aportar a ello. Y cuando se trata de chicas y chicos, más.

domingo, 31 de mayo de 2020

LA MUERTE DE ARAMBURU Y LA VERDAD EN LA HISTORIA


En un texto titulado "La muerte de Aramburu, asesinato o ajusticiamiento", que publica Página 12 este 1 de junio, José Pablo Feinmann propone la ardua tarea de discernir este dilema a partir de considerar la existencia de dos verdades, la de Aramburu y los suyos y la de Montoneros..
Si se tratara de un análisis literario diría que esta bien escrito.
Si me atuviera a lo filosófico, como sé que Feinmann sabe que quién dijo que la verdad es una construcción de poder fue Nietzsche, me preguntaría por qué desplaza la autoría a Foucault. 
Tal vez justificar la duda entre las eternas "dos campanas" que van de punta a punta del artículo y que motivan y motivaron todos los tropiezos de este hombre, hasta el de hacerse reportear en La Nación justo en el momento en que arreciaba la catarata oligarca contra la entonces presidenta Cristina y decir en el reportaje que a Él "también lo inquietaba el origen de la fortuna de la presidenta" (sic).
Pero no se trata sólo de literatura y filosofía. 
La muerte de un dictador, cuya dictadura no nació de la nada sino de una historia y de acontecimientos -Tupac Amaru asesinado tras ver asesinar a toda su familia, Dorrego mandado a fusilar por otro asesino, la cabeza de Chacho también asesinado, clavada en una pica como ejemplo, nuestros originarios arrasados por el genocidio en todas partes, pero el acontecimiento, extenso fue "La campaña..." y la Liga Patriótica, los fusilamientos de la Patagonia, las bombas en Plaza de Mayo, el bombardeo, todo eso es más que literatura y es más que Filosofía. Es política.
La libertadora no sólo nació con esa genética: la aconteció y Aramburu, uno de los pocos sin antecedentes familiares en los acontecimientos previos (por caso los Menéndez, los Toranzo), fue el vértice de la misma. Y una de las consecuencias, también políticas, de ese acontecimiento fue que una buena parte de quienes teníamos cinco o diez años en el 55, crecimos convencidos de la imposibilidad de tener democracia con el golpismo impune. Y sucesivos golpes nos lo fueron confirmando.
Pero además, como otra historia también aconteció, diez años de escuchar, repetir y vivir que la Patria es el pueblo, sus trabajadoras y trabajadores, sus familias, que la República radicaba en ellos, una buena parte de esa generación crecimos disputando por recuperar ese estado de cosas. Y la respuesta era la persecución, la cárcel, la desaparición, el asesinato y nada de institucionalidad democrática.

Aconteció, Feinman lo sabe, la anulación del triunfo de Framini, el derrocamiento de Frondizi, el títere Guido, el derrocamiento de Illia, de tal modo que quienes nacimos en el ´50 votamos por primera vez en 1973 y en un par de meses estábamos eligiendo nuevo gobierno. Después de Ezeiza.
Volvamos a la propuesta de José Pablo ¿Cómo justificar que hay dos verdades cuando una se construye asesinando, saqueando y oprimiendo al pueblo a través de siglos?
Y vuelvo conque José Pablo Feinman silencia a Nietsche y vaya a saber por qué hace una interpretación ramplona de Foucault en eso de las verdades. Si, como dice Nietsche, la verdad es una construcción de poder, el discurso de quien ataca a las mayorías no puede ser reconocido como verdad por quien forma parte de ellas y quiere aportar a construir su verdad.
No es casual que enredado en el juego de palabras que él mismo creó, José Pablo concluya en que si la verdad es una construcción de poder y el poder se expresa en el diario La Nación, en los medios dominantes, la verdad es su verdad. Pues no. Mitre lo tenía más claro: "tribuna de doctrina". Ni formar, ni mucho menos buscar la verdad. El objetivo de La Nación como el de todo medio de comunicación es construir un discurso que legitime su poder, su relación con los bienes, su lugar en la distribución de la riqueza, no "la verdad".
Y la disputa política es en parte, con Perón, antes con Marx, eso. 
La verdad adquiere sustancia moral porque expresa el mejor sentido de la vida humana. Nada más lejos de ella que la oligarquía, sus modos criminales y su rapacidad fundante.
Yendo a otra dimensión del conocimiento, se puede decir que el perverso tiene un discurso coherente, incluso en épocas donde la perversión se adueña de lo público su discurso es funcional y en parte prospera sobre el discurso neurótico. No es allí, en su mera lógica, donde radica su inmoralidad, su oposición a lo socialmente aceptable, sino en que para su deseo no existe límite posible, menos la consideración del otro, de sus derechos. Suponer la verdad en el discurso oligárquico equivalente a suponer una verdad en el perverso. Sólo si elimino mi consideración hacia el otro, el bien común en este caso, puedo entrar en ese cotejo, pero ya quedé capturado por lo perverso.
¿Significa esto que todo lo que se hace en nombre del pueblo aporta a la verdad en el sentido de avanzar hacia concretar su poder? Para nada. Sólo resulta así si expresa y realiza lo que el pueblo está dispuesto a llevar adelante por sus derechos e intereses. Si no lo logra, será un error y puede resultar hasta trágico.
Ahora, ya situados en el terreno de lo político, expresados nuestra identidad e intereses es que estamos en el terreno en que puede analizarse la muerte del dictador cobarde, vendepatria y asesino Aramburu sin hacer equilibrio en un contrapunto impropio con sus modos, su pensamiento o su moral. 
Murió a causa de los mecanismos de impunidad que lo precedieron, que él perfeccionó y que le permitieron seguir en libertad sin que la justicia lo convocara por sus crímenes.
Murió por el "acontecimiento" golpe de Estado contra Perón y el pueblo, que se erigió como forma de resolver toda contienda política desde el poder oligárquico hasta 1983 y que se alzaba como un muro insalvable para las generaciones que llegaban a la madurez en esos años obligados a una vida de cuartel mafioso después de una niñez de derechos y promesa de futuro venturoso. 
Salvo excepciones, la militancia de aquellos años era toda entrega y humanidad, nadie festejaba la muerte ni la posibilidad de gestarla. Su muerte, por fin, fue la mano del estado de cosas que él había creado junto a la mafia uniformada forzando que otras manos lo mataran. 
Desde su nacimienot como Nación los EEUU contemplan el levantamiento del pueblo contra un poder dictatorial. Es justo, pero crea un nuevo problema. ¿Quién ejecuta ese levantamiento?¿Quién con justicia puede alzarse en armas? 
Nunca está construida la verdad de estos hechos antes que se realicen y se erijan como historia. Esta es la sustancia del discurso de Fidel ante el tribunal que lo juzgaba. Cuba libre fue verdad.
Pero quienes nos involucramos en la disputa política lo hacemos como todo ser político: construyendo nuestro lugar desde el pueblo como verdad y reportándonos a su consideración que es la única habilitada a recrear o rechazar esa verdad.

martes, 19 de mayo de 2020

EL DNU 457/2020 Y EL 740/2019 ESTADO PARA EL PUEBLO O PARA LA RAPIÑA

Ayer, 18 de mayo, sesionó la Comisión Bicameral de DNUs
El temario: poner a consideración de la Comisión los DNUs firmados por Alberto Fernández. En particular el 457, que habilita al Ejecutivo, Jefatura de Gabinete, a reasignar partidas del presupuesto para atender cuestiones propias de la emergencia Sanitaria.
Resultaba conmovedor ver a la mayoría oficialista encarar con argumentos fundados y atinentes al tema el tratamiento de los DNUs mientras algunas presentaciones de la oposición navegaban por la supuesta inconstitucionalidad, abuso de poder, etc..
Hoy, 19 de mayo, se difunde el DNU 740/2019, por el que Mauricio Macri le cedía a la Ciudad de Buenos Aires tierras de la Nación valuadas en decenas de millones de dólares, entre ellas el llamado "triángulo Salguero". La continuidad habitual es que el PRO aproveche su mayoría en CABA para aprobar la venta de esas tierras y  facilitar así negociados entre amigos a precio vil.
A la vista de la maniobra que Macri perpetrara un día después de la derrota electoral, vale la pena detenerse en el significado de fondo de otro DNU, el 457/2020.
El DNU 457 constituye un doble retorno a las buenas prácticas institucionales.
En primer lugar, es un retorno a la formalidad institucional ya que, como bien lo señalara la diputada Corpacci, hay una situación de excepción -la pandemia- y con ella una verdadera urgencia -actuar con rapidez para reducir los contagios- y la necesidad de disponer recursos para producir desde equipo sanitario hasta protocolos.
En segundo lugar, es un retorno a las decisiones de Estado en favor de la ciudadanía, sobre todo de los sectores más excluidos. En efecto, todo el articulado del decreto apunta en el mismo sentido, facilitar el uso de recursos presupuestarios para destinarlos a paliar los perjuicios que el COVID 19, causa de modo directo e indirecto a diferentes sectores de nuestro pueblo: jubilados y jubiladas, cuentapropistas, desocupadas y desocupados, pequeños y medianos productores, trabajadores de servicios y producciones esenciales.


Un verdadero giro copernicano: hasta el 10 de diciembre DNUs, destinados a resolver la urgencia de algún sector privilegiado en saciar su necesidad de rapiñar usando al Estado: Después del 10 de diciembre: DNUs destinados a reparar los padecimientos de las mayorías.
Es comprensible que a legisladores de la alianza Cambiemos les resulte inaceptable: algunos siguen en el tiempo del DNU 740/2019, cuando en el imaginario macrista el sol popular aún giraba alrededor del dios mercado.