jueves, 25 de abril de 2024

MILEI NO ES RIDÍCULO NI IMPROVISADO


Para cambiar regresivamente una forma de vida hay que disciplinar al pueblo.

Eso no se hace con la racionalidad previa ni consultando, sino imponiendo y mostrando en cada acto el poder en que se sostiene el que viene a cambiar todo.

En este caso es el intento de realizar la revolución conservadora no completada

Un ejemplo: los poderes delegados los justifica en la crisis del estado: si se los delegaran cuanto peor esté el Estado y por ende la sociedad, más poder podrá ejercer. 

No es la racionalidad del progresismo sino otra racionalidad: negar lo obvio, ridiculizar lo diferente, estallar contra toda resistencia, ejercer el poder sin compartirlo con nadie. 

Es lo que Milei está haciendo. 

Por eso, es hora de dejar de asombrarse, victimizarse, mostrarlo ridículo, creer que se va a caer de su megalomanía y pasar a resistir en serio contra el cambio más reaccionario y regresivo que se haya intentado en democracia. 

En toda derrota popular el cambio regresivo es el proceso que se abre al vencedor: saquear al pueblo, arrasar derechos y  legalizar el nuevo estado de situación.

Este 23/04 fue un punto de inflexión en esa disputa, pero es el punto de partida y no es irreversible.

Mario Burgos 25/04/24

martes, 23 de abril de 2024

EL ZUGZWAN Y EL LIBERTARIATO

Zugzuang es en ajedrez una situación en la que se haga el movimiento que se haga todo empeorará. 


A menos que el proceso económico vaya para un lado inesperado, parece que con el discurso de Milei hemos presenciado el pico de empuje del Libertariato y a la vez su entrada en la pendiente. 

Ningún anuncio a la sociedad, datos tan falsos como incomprensibles, ni el menor reconocimiento a lo que siente la mayoría de la sociedad: la crisis que se la lleva puesta. 

Es además una chirinada por temor por la marcha de mañana. 

Es también el momento imperativo para que el campo nacional y popular tome el mensaje contundente que implicará la marcha y se dedique a preparar a la sociedad para la crisis institucional que se irá configurando e ir perfilando el país hacia el queremos ir. 

El único camino para esto será el consenso de sectores. 

Toda confrontación hacia el interior atentaría contra una salida popular, expondría a la sociedad a una explosión sin sentido definido y una fragmentación que hasta puede derivar en un agudización de lo que Germán Abdala resumía como "lucha de pobres contra hambrientos".

El 2001, con su caída final en el duhaldismo sería un ejemplo muy ordenado respecto a lo que puede pasar si continúa la falta de reconocimiento social hacia las actuales referencias políticas populares.

Esta recuperación del reconocimiento perdido no depende fundamentalmente de la sociedad en general sino de que haya actores políticos que sepan conseguirlo. 

Es la responsabilidad de quienes se sienten dirigencia