martes, 4 de mayo de 2010

UNASUR, Martínez de Hoz y el matrimonio homosexual o la lampara de Aladino

Cada quien tiene sus propias lámparas mágicas y sus propios genios.
También todos tenemos y más en Argentina, nuestras propias escaldaduras.
Así que cada quien navega con su propia pequeña culpa cuando llega el momento de disfrutar un triunfo. No importa cuántos sean los merecimientos, a la hora de cobrar siempre aparece ese cosquilleo en la nuca, esa sensación de manos vacías, de algún olvido, un pago a destiempo, una omisión que desbarataría todo.
Hoy, por ejemplo, tuvo que llegar en Los Cardales el aplauso de los presidentes americanos a Néstor Kirchner para que me convenza de que sí, que se había producido un nuevo acto de justicia y que esa justicia llegaba en forma de reconocimiento a uno de los artífices fundamentales de la derrota del ALCA y la consolidación de la unidad Latinoamericana.
Los estadounidenses tienen la costumbre de llamar presidente no sólo a quien lo es en el presente sino a quien lo fue y me alegra recordarlo, ya que me permite hablar de quien lo fue y quien pronto volverá a serlo sin eufemismos: los presidente y cancilleres de América del Sur, con la presencia y abstención de nuestra presidenta Cristina Fernández, nombró por unanimidad del resto al presidente Néstor Kirchner como Secretario de la Unión de Naciones Sudamericanas.
No termino de descorchar cuando llega la segunda buena nueva y es otra vez de plena justicia: José Alfredo Martínez de Hoz, ideólogo, ejecutor económico y beneficiario del genocidio 1976/83 fue detenido por orden del juez Oyarbide. Va a una clínica, porque como bien lo dice Estela Carlotto, estos genocidas gozan de buena salud pero se convierten en viejitos débiles cuando se los pone frente a la justicia. Pero ya está: llegó la hora, a 27 años del retorno de la democracia, de hacer justicia con los verdaderos jefes del genocidio. Y ya se sabe que Martínez de Hoz tiene comprados casi todos los números para el premio mayor.
Semejantes dos noticias el mismo día hacen flaquear al corazón más fuerte, pero a la vez te ceban y ya te preguntás: “¿y ahora? ¿qué viene de postre?”. Digo, si froto la lámpara ¿qué me ofrecerá el genio? ¿qué pediré?
Nunca estuve a tiro del paso de un cometa, o fue tan lejano que ni me quedó la sensación de ver algo inolvidable. Tampoco tuve la suerte de ver una aurora boreal.
Ya estoy por elegir entre ambos para que la noche cierre a pleno triunfo, cuando me encuentro algo más difícil que un cometa personal o una aurora austral.
Está sucediendo en el Parlamento. pero yo estoy a 40 km. Así que llamo a César Ciglutti, presidente de la CHA que sé que debe estar allí, militando cada minuto mientras se sucede el debate. “César ¿cómo vamos?”. “Yo creo que sale”, me dice y decido dejar los cosquilleos, las dudas, culpas y vacíos:
“Nos lo merecemos le digo” y pienso en Néstor Perlonguer extendiendo con la ayuda de amigos de la facultad, el cartel del Frente de Liberación Homosexual en Plaza de Mayo, el día de la asunción de Cámpora. En aquel tiempo Néstor, encargado de seguridad del Cuerpo de Delegados de de filosofía y Letras, rechazaba el matrimonio, pero él hacía tanto por la dignidad y los derechos de homosexuales y heterosexuales que no dudo que hoy vería la Ley como un logro.
“Nos lo merecemos” y pienso en el doble padecimiento de aquellos compañeros que debían ocultar su orientación sexual en las cárceles de la dictadura pera no empeorar su condición de encierro. Y la del resto, porque todo castigo individual siempre se enganchaba con uno colectivo.
“Nos lo merecemos” y pienso en los Jáuregui, en Néstor, todos arrancados por el sida sin poder llegar a vivir estos días, pienso en el mismo César y sus compañeros rehaciendo la CHA desde sus cimientos hasta ponerla donde hoy está.
UNASUR, justicia con los genocidas, igualdades en la diversidad. Nos las merecemos y las obtenemos.
Así son las cosas en estos días, hay muchísimo por hacer y cuesta, pero también hay grandes logros.
Sin lámparas, sin genios, Es nuestro pueblo que madura esperanzas y reclamos y un gobierno que va en le mismo sentido. Y a veces hasta algo de la llamada oposición aporta. Ya puedo ir a dormir aunque la votación todavía no se produjo.

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