lunes, 4 de enero de 2021

COVID19: RESPONSABILIDAD DE ESTADO Y RESPONSABILIDAD INDIVIDUAL

Las epidemias necesitan más que responsabilidad individual. El número de casos COVID19, comparado con la masa de población q debe exponerse cada día para mantener activa la economía, muestra que la gran mayoría es responsable. NO ES COMO SOCIEDAD QUE FRACASAMOS.

Pero no alcanza con millones "responsables". En condiciones de precariedad de transporte y condiciones laborales, basta con cientos de miles, a lo sumo pocos millones de "descuidados" para que el COVID19 se extienda. Por esto, las epidemias son cuestión de Estado.
A la alta exposición que provocó la apertura económica, se agregó la DISPO con ómnibus, subtes y trenes atestados y con aperturas de esparcimiento y flexibilizaciones q rápidamente se engancharon con las espectativas de salir del confinamiento.
Los medios agregaron lo suyo. Unos presionando, otros justificando, generando notas de color sobre cervecerías, comercios, espacios de innecesaria convivencia. En los jóvenes, si el padre o la madre se exponen diariamente ese mismo riesgo empuja a conductas compensatorias.
Nuestra cultura es "de contacto". Se abrieron las playas como si se tratara de espacios exclusivos en los q nadie se acerca a otro y se dedica a su propio ombligo y el de sus pocos cercanos. Esa no es la cultura veraniega Argentina. No vamos a cambiarla con ambiguedades.
Tampoco con represión. Cuatriciclos arreando personas, además de crear mayor posibilidad de contagio x el amontonamiento y las consecuentes dificultades para controlarse, chocan con las formas resistentes que caracterizan a una sociedad que echó a dictaduras y Estados de sitio.
Repasar estas cosas no apunta a condenar a quienes se esforzaron por parar la pandemia.
Algo muy grave se expresa en las tensiones de la sociedad cuando hay sectores que se oponen a algun grado de sacrificio a cambio de evitar más muertes. El gobierno tuvo que lidiar con las campañas más antisociales de las que se tenga memoria en democracia y la presión de los grupos concentrados. El tratamiento de la epidemia expresó esa correlación de fuerzas en sus logros y carencias.
Se trata de resolver esta coyuntura con un objetivo preciso: llevar la prevención del contagio al menos al ritmo de nuestra capacidad de vacunación. En la práctica llegar a marzo con menos de 1000/2000 casos y con una curva a la baja.
De lo contrario, el número de muertos, que ya supera Malvinas y el genocidio, podrá llegar a una cifra no sólo terrible las vidas perdidas. También con la consecuencia psíquica terrible para nuestra gente: convivir con esa tragedia y ser acusada de no haber hecho lo posible para evitarla.
Es el Estado el que debe producir el giro necesario para salir de esta trampa. Para esto delega la ciudadanía su poder en un gobierno, para que resuelva los problemas colectivos. Que hacer?
1. Terminar con la circulación turística que no pueda controlarse de modo estricto.
2. Toque de queda en todas las geografías en que se verifique curva en alza.
3. Concertar con empresas empleadoras un diagrama productivo basado en distribuir horarios para q no se recargue la circulación en ninguno.
4. Aumentar la frecuencia de transporte público
5. No ayuda hablar de la cuarentena de modo terminante. Nadie tiene la experiencia epidemiológica para demostrar fehacientemente que no se puede volver a Fase1. Tampoco para aseverar que se puede volver. Está claro que sin circulación exclusiva de esenciales y para procurarse alimentos y medicamentos no bajaremos la curva.
6. Lo concreto al respecto es convocar a una épica de salvar nuestras vidas, nuestra cultura y nuestra Nación, ayudar a la vacunación, resignar unos meses de dispersión a cambio de alcanzar una nueva diversidad con más salud, y con menos muertes.

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