lunes, 2 de marzo de 2020

EL DISCURSO PRESIDENCIAL: UN PASO HACIA LA SALUD MENTAL Y LA DEMOCRACIA

Alberto da su discurso anual, presenta las medidas a tomar en el año y su fundamento ante a ambas Cámaras,  autoridades provinciales, funcionarios, organizaciones sociales, Madres y Abuelas.
Están quienes van a ejecutarlas, quienes van a controlar que así  se haga, quienes sumaran adhesiones, quienes querrán oponerse. Por primera vez, desde 2015, todas y todos saben que lo que están escuchando se va a hacer, el discurso institucional y la acción de gobierno vuelven a unirse. El mundo, al menos en nuestra Patria, se hace un poco menos ajeno.
Concluida la ceremonia, podemos hacer una contribución  necesaria al reestablecimiento de una cultura solidaria y a reparar la salud mental de todas y todos: compartir este discurso en casa, en las escuelas y en todos espacios de convivencia, re escucharlo y comentarlo con  nuestros hijos, compañeros, allegados.
Desde el anuncio de la ILE hasta el compromiso con el restablecimiento de la moral institucional, desde el recuerdo a los los submarinistas hasta afirmar los derechos humanos como condición de existencia de la República, desde la recuperación de nuestra historia de soberanía en la figura de Belgrano hasta el diagnóstico sobre el momento terminal que sufre  nuestro poder judicial, desde la reevaluación de la palabra personal y pública a la condena al envilecimiento que sufrieron una y otra en el pasado reciente, todo habla de una refundación democrática y moral en marcha.
Frente al discurso oligárquico, indolente, violento, discriminador, paranoico e impune que caracterizó  al macrismo vuelve lo  mejor de nuestra sociabilidad popular: palabra, veracidad, compromiso y empatía para con nuestros semejantes, eso que no por casualidad ha devenido en llamarse "el otro".
Es mucho lo que queda por hacer, pero el compromiso, los objetivos y prioridades quedan establecidos. La decisión popular de que suceda, también.
Si el gobierno de Cambiemos corrió  la línea del bien y el mal hacia las fronteras de la perversión, este mensaje trae la línea hacia el bien común y la moral solidaria como soporte de gobierno, moral pública y personal, los restablece como condición de ciudadanía.
Sólo  en esas condiciones pueden prosperar la esperanza, la confianza, el reconocimiento del otro y la diversidad que eso implica. Sólo  en esas condiciones se puede encarar con posibilidad cierta a aquello que Freud definía como salud: la capacidad de amar, producir y convivir, aún frente a las dificultades propias de la vida.
Mario Burgos
DISCURSO PRESIDENCIAL 1 DE MARZO DE 2020

No hay comentarios:

Publicar un comentario