miércoles, 27 de diciembre de 2017

JUBILADOS: DÉBILES, VIEJITOS O PROPIETARIOS DESPOJADOS?


Muchos analistas bienintencionados repiten tiernos calificativos, viejitos, abuelos, sector "más débil", tal vez recordando a sus mayores, tal vez en la creencia que nos hacen un favor. Pero NO. 
Tenemos un principio: "Donde hay una necesidad hay un derecho".
Hay otro que,  por no muy citado no está tan claro: donde hay un derecho hay alguien, grupo, sector, pueblo, que tiene posesión de ese derecho.
Todo derecho le pertenece en cierto modo a la sociedad en su conjunto, porque es parte de la legalidad general, pero particularmente le pertenece al sujeto de ese derecho. Quien está habilitado a ejercerlo es algo más que un ciudadano corriente, en su identidad se halla presente la posibilidad de hacerlo, esa posibilidad amplía su capacidad de hacer y ser,  es parte indivisible de su subjetividad. Ahora sí hablemos de jubilaciones.
El índice de movilidad jubilatoria fijado por la Ley 26417, de 2009, fijaba semestralmente el porcentaje en que debía aumentarse el haber jubilatorio. Ese aumento formaba parte del paquete de derechos, tanto de jubilados, beneficiarios/as de la AUH, personas pensionadas por discapacidad, ex combatientes de Malvinas, etc.
 También derecho de los actuales trabajadores en blanco que hacen mensualmente su aporte para sostener las jubilaciones actuales en base a un principio solidario que les garantiza su remuneración futura no bien entren, por edad o condición, a alguno de los sectores "beneficiarios" del sistema. 
Todas estas personas PIERDEN, se les arrebata, antes que un monto de dinero o un porcentaje, parte de su identidad, de su subjetividad, en el mismo momento en que la discusión sobre el cambio de índice se define por fuera del hecho que el dinero involucrado  en los cambios LES PERTENECE a futuro por ser detentadores de ese derecho.
Esto es asi tanto si se dice que es para ahorrar cien mil millones de pesos (que les están siendo quitados a las y los jubilados), como si se dice que es para no quebrar el Estado (ídem), como si por el contrario se rechaza solamente "porque es plata se podría sacar de otro lado".
Una vez escamoteada la cuestión, el/la jubilado /a pasa a ser más que nunca un/a " beneficiario/ a". Es decir, ya no sería un propietario de un bien que se le debe reponer mensualmente, sino alguien a quien " se beneficia".  Lamento la profusión de comillas, pero es tal el hábito de repetir estas palabras que es necesario destacarlas de algun modo.
Se sabe, más en el Capitalismo, que aquellos a quienes se beneficia, esto es, a quienes se les da algo por solidaridad, convicción religiosa o prestigio propio, son "personas que carecen". Visto desde lo subjetivo, personas consideradas más limitadas que el resto y a las cuales se "les da" de acuerdo a la disposición de quien da. Quien entrega (o niega) limosna en la vía pública, no piensa en qué necesita o se merece quien la pide, sino en cuánto puede o quiere darle. En esa posición se pone el Estado cuando al jubilado se le escamotea su subjetividad propietaria de un derecho y  se lo convierte en "beneficiario": Les damos lo que podemos (o queremos, o soporta el Presupuesto)
  Ese es el curso que fueron sufriendo los viejos desde un reconocimiento inicial, allá por la conquista del haber jubilatorio (generalizado por la Ley 14370 de 1954, ya que antes sólo tenían jubilación judiciales, luego maestros y empleados del Estado) hasta ser casi mendicantes merced a la pérdida constante del valor de su ingreso y la relación de carga que esto fue provocando respecto a su familia y  la sociedad. Basta considerar que en 1955 los fondos jubilatorios equivalían al 20% del PBI nacional y que ahora se los acusa de " llevarse" el 60% del presupuesto.
 Queda para otro momento relacionar el Fondo de sustentabilidad, ya que si bien no alcanzaba el 20% del PBI en 2015, era propietario de hasta un 20% de acciones en las más grandes empresas y lleva a pensar en cómo el proceso de deterioro se acelera hoy en relación al que los jubilados y su identidad sufrieron a partir de 1955.
Si se entendiera que estas consideraciones son sólo del orden de lo psicológico, lo sociológico o, antropológico, basta ir al banco.
 Si se cobra jubilación o se está cerca de una jubilación, es posible acceder a crédito de modo diferente a si no se tiene forma de demostrar ingreso a futuro. Y depende de cuál es la estimación de ese ingreso, en caso de los jubilados, o cuál será su actualización, el monto del crédito que se obtendrá. Es decir que para los bancos también ese derecho es un cobro a futuro y forma parte de mi identidad.
Recuerdo un amigo cuentapropista que hace unos años me acompañó para salir de garante en un crédito que yo tramitaba. Al momento de definir ingresos no pudo indicar ni empleador ni una empresa propia. La empleada que nos entrevistaba se permitió, ante su repuesta, decir sin más: "Pero, Ud no existe".
Hay un punto, en los debates que recorrieron todos los espacios públicos durante los últimos meses, en el que la posición oficialista y la consecuente Ley sancionada no tuvieron una oposición bien argumentada: funcionarios, senadores y diputados oficialistas, así como opinologos de todas las profesiones, sostuvieron  que los jubilados no perderán nada con el nuevo índice ya que "van a ganar por encima de la inflación", como todos prevén.
No es necesario suponer mala fe de parte  unos y otros.  Supongamos que de verdad creen en lo que dicen.  En su visión todos prescinden del derecho, no reparan en que si ese derecho estaba legislado, vale la redundancia, por una , alguien está incumpliendo un contrato e modo unilateral y perjudicando a la otra parte. Si se hubiera  tratado de un grupo de accionistas de una multinacional confrontando con el Estado o con particulares, es lo primero que hubiera considerado el equipo de CEOs gobernantes. Cual es su derecho? Como defenderlo? Cómo impedimos que se lo quiten? Muy de última: Cómo  reducimos daños? Esto ultimo sabiendo que la empresa irá por sus cabezas. Qué disputaría en este caso la empresa? Ingreso a futuro. IGUAL QUE LOS JUBILADOS. Pero el oficialismo considera a las empresas como PROPIETARIAS, mientras que considera a los jubilados "beneficiarios", asi que se permitirá restregarle a oposición la "situación explosiva".
Está clara la variedad y el coraje de quienes encararon la defensa de las y los jubilados, su persistencia y entrega, aún a costa de su integridad personal o el escarnio.
Pero hubo una ausencia en las posiciones que se oponían a la reforma: Los jubilados sí van a ganar menos porque el principal problema, el que sostiene todo el andamiaje oficialista, es aceptar que el gobierno tenía derecho a hacerlo. Cuando se dice "por que no buscaron en otra parte?", se está aceptando que somos una parte de la cual "sacar" (??). Cuando se dice "agreden (o atacan) a los más débiles", se está dejando de lado la fuerza de nuestra posición: tenemos derecho al índice que estaba vigente. Cuando se discuten índices sin sostenerse en que uno solo se atenía a derecho y que la propuesta oficial era un despojo, no un índice, se vuelve a poner a los propietarios de ese ingreso a futuro como beneficiarios sometidos a decisiones unilaterales. La única referencia válida para saber si íbamos a ganar más o menos es el índice vigente al momento de la discusión, no la inflación ni el que propuso el gobierno. Ese es el contrato que el gobierno rompía.
Volviendo al inicio, esta discusión como todas las que genera el oficialismo, es algo mas que una discusión económica, incluso más que una discusión legal, es acerca de qué sujetos convivimos en la Argentina,  qué subjetividades son aceptadas por su proyecto y cuáles rechazadas como expresión de una forma de Estado y sociedad que Cambiemos rechaza. En nuestro caso, Jubilados sujetos  derecho, propietarios de haberes comprometidos a futuro en un sentido creciente, dados los sucesivos despojos sufridos. O jubilados "beneficiados" de acuerdo a las diferentes prioridades de cada gobierno, en camino al momento que, construida la excusa de imposibilidad presupuestaria, una privatización termine de destruir el principio solidario y deje a cada uno librado a lo que pueda aportar por su cuenta hasta llegar a la edad o condición que lo habilite. Despojarnos de nuestra identidad y de parte de los ingresos son condiciones para llegar a ese momento.
Hay un eje que recorre diferentes corrientes de opositoras: Cómo presentar un horizonte futuro  a la sociedad para volver a instalar un gobierno popular. Va desde la imagen hasta "volver mejores", pasando por "volveremos".
Defender las subjetividades que Cambiemos ha venido a destruir junto a lo que considera el Estado populista es parte de ese camino hacia un gobierno popular.

lunes, 25 de diciembre de 2017

GRIETA O CONCILIACIÓN: UNA REFERENCIA DESDE ESPAÑA



Se llama Cristina Fallarás. Es periodista, española y hace su intervención "El día que la prensa dejo de oírnos" en la Universidad de Verano 2017, de Podemos. https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=10213637910929776&id=1464005976
No habla de Argentina, pero su presentación nos presta una gran ayuda para saber qué es "la grieta" y de qué males salvó al proceso popular en nuestro país: nuestro pueblo no aceptó olvidar ni transar con quienes lo agredieron: Ni en la fusiladora, ni en el '73, ni en el 83. Es la grieta.
Y también nuestro pueblo castigó con su distanciamiento a quienes quisieron hacerlo desde posiciones de poder. Es la grieta.
Cuando venían a pintarnos el Pacto de la Moncloa como la panacea de la democracia, incluso personas valiosas, como el juez Garzón, no podían comprender el rechazo que causaban. Lo que no comprendían en aquellos años es lo que con tanta enjundia dice esta mujer: si aceptaste no castigar el genocidio te haces, como dirigente político pero tambien como pueblo, cómplice del genocida.
Y el discurso anestesiante, más bien "amnesiante" de los medios te es necesario para tomar distancia de esa complicidad y de la culpa que involucra.
Los primeros desaparecidos del franquismo desenterrados, lo fueron después del 2000. Ello provocó la separación del Partido Comunista de quienes investigaron y dieron con los cuerpos y la toma de conocimiento de un mito arraigado en los habitantes del pueblo cercano al bosque donde sucedieron los hallazgos. Los padres les decían a sus chicos que no vayan al bosque porque allí había fantasmas.
Tal la derrota provocada por el franquismo a aquel pueblo valeroso: la necesidad de sobrevivencia obligó a borrar de su memoria lo que por su magnitud hubiera parecido imposible de esconder. Millones de asesinados, asesinatos masivos a la vista de todos, a plena luz del día, miles y miles de chicos robados, idiomas silenciados, una monarquía restituida y eternizada. 
La salida del franquismo dio a la dirigencia politica la posibilidad de romper con esa solución de compromiso e ir por, verdad y justicia.
Pero eligieron la Moncloa y condenaron a buena parte de su pueblo a mantenerse en el marco del discurso negacionista y conciliador de los medios. Seguro la excusa que se dieron y dieron a su gente fue la gobernabilidad, la unión de lo que no debió dividirse, la vuelta a la civilización europea (y su mercado). En fin.   
No es que aquí no se intentó. Se hizo, con fuerza, con carapintadas y medios. Alfonsin resistió a la entrega hasta que creyó, lamentablemente, que ya no era posible hacerlo, a pesar del pueblo rodeando los cuarteles y con la mayoria opositora acompañando su resistencia.
Menem probablemente no creyó que embarcaria a su pueblo en la conciliación pero fue por ella sin apoyo porque la necesitaba para su entrega total.
Néstor, por fin, lo puso en palabras. Su pedido de perdón desde el Estado es también  un reconocimiento: la dirigencia política no estuvo a la altura de la actitud popular que, aún  con todas las debilidades que le dejara el genocidio, se había mantenido fuera de la conciliación.
Justo Néstor pidiendo perdón cuando nunca guardó silencio. Pero su gesto retomaba en la conciencia lo que siempre estuvo, la resistencia, y lo unía con la convalidación desde el Estado: castigar al genocidio no sólo es un imperativo moral, también es el soporte de toda legalidad y una obligación para el gobernante. Ese es el interlineado de su discurso y se necesitaría mucho más que medios negacionistas para borrar su efecto en la conciencia popular.
Tanto que ni el gobierno macrista, claramente constituido desde los poderes que promovieron, participaron y se beneficiaron del genocidio, puede desdecir la fractura que aquel discurso de Néstor y los juicios terminaron de convalidar en la conciencia popular.
Si allá se legitimó una convivencia que paraliza y somete, aquí se legitimó una ruptura que a pesar de derrotas parciales permite movilizar democracia.
Así, los dos mayores golpes que ha sufrido Cambiemos en la consideración popular son el 2 x 1 (bien que amortiguado por su origen:  la Corte) y el combo saqueo-represivo que montó con la Ley Previsional.
La grieta que les preocupa no es la unidad nacional, es el rechazo que aún tiene nuestro pueblo contra el lugar que Cambiemos le asigna en nuestra democracia y contra las prácticas que Cambiemos no puede evitar tener, ya que están en su esencia y las necesita para concretar su proyecto de exclusión.
No hay en estas consideraciones ningún juicio sobre el pueblo español. Combatió y resistió contra una de las dictaduras más criminales, oscurantistas y aislacionistas de la historia hasta donde pudo. Tampoco hay intención de responder a la pregunta que deja la periodista: Como salir de ese cerrojo mental y político? Sólo allá puede encontrarse.
Pero queda claro que acá nuestros problemas son otros, también nuestros recursos.
Lo que los voceros de esta nada democrática derecha que padecemos llamaron "la grieta", esa escisión que quisieran eliminar entre el pueblo y los genocidas, entre su historia y su comprensión de ella, entre su identidad resistente y el modelo de sometimiento que pretende Cambiemos.  Mantener esa grieta es tan necesario como unir a todos los sectores y fuerzas que, por un motivo u otro buscamos sostenerla y profundizarla.

viernes, 15 de diciembre de 2017

CON LOS VIEJOS NO: DE LA CALLE AL CONGRESO


Varios TRIUNFOS :
  1. La sesión levantada.
 2. La Foto tipo De la Rúa: otra vez heridos, gases, motorizados a los tiros, fogatas. Faltó el helicóptero, pero hubo berrinche de impotencia de Macri entre los suyos.
 3. Los diputruchos. En la resistencia, trabar las acciones del enemigo es un triunfo. Provocarle acciones que los desprestigian es GRAN TRIUNFO.
4. Peña hablando de los votos de octubre. Si los triunfos no te alcanzan con producirse y los tenés que menear en público es que se te están degastando. Encima Él es quien recrea  la foto De la Rua, metiéndose a aclarar que "no es lo mismo que en aquellos tiempos".
De todos modos han llevado esto a un límite que no pueden regular sin iniciar una pendiente pronunciada: volverán a intentarlo
Con la historia del DNU el Macrismo esta en la contradicción de parecerse a De La Rua o ser De La Rua.
El 19 de diciembre vence stock de lebacs.
Si retroceden en la " reforma previsional" será difícil parar una corrida al dólar de esos fondos .
Si avanzan vía DNU es muy probable que se inmolen quebrando su frente interno
5. El principal: La foto que muestra al Chivo Rossi, De Mendiguren, Del Caño, Sola y otros,referentes hasta ayer dispersos a los abrazos.
Los trabajadores, mucho pueblo por su cuenta, toda la militancia, bancamos por horas la represión a cambio de mostrar con nuestra presencia cuánto de masivo tenía el rechazo al paquete Hood Robin y con que convicción nos oponíamos.
 Y eso produjo una articulación política que se mostró capaz, por un momento, de ser alternativa a este gobierno que un rato antes se consideraba el Estado mismo. El pueblo, vale insistir, hizo lo suyo. Ahora habrá que tomar nota en la dirigencia y extender ese rato.
No están todos en la foto.
Al escribir esto recorría los medios el rumor  "DNU de Macri" y, tras horas de postergación, aparece la troika de la CGT para decir "si hay DNU hay PARO". No sin antes haber repudiado la militarización del Parlamento y la represión.
Ayer, estos sátrapas le entregaban todo al gobierno. Hoy le ponen condiciones: "si sale el decreto hay paro".
Dos minutos de la conferencia de prensa después"trasciende" que Macri iría para atrás con el decreto.
Entonces? Ni los del triunvirato se volvieron Tosco ni Macri es esquizofrénico. Es la política y sus recovecos.
El gobierno jugó sus cartas, casi todas, a una medida impopular y contra un símbolos fuerte: Los viejos, en general, la vejez de cada uno en particular.
La respuesta social deja mudos hasta a los más críticos de la actitud "pasiva" del pueblo.
Aliados de ayer del gobierno salen hoy junto a los nuestros rechazando Ley y represión.
Los que los burócratas huelen sangre, así que van por su porción y para no ser defenestrados.
Esto, nuestro,devenir político será así de mezclado, duro y complicado hasta 2019, si llegamos.
Pero si acertamos en la implementación de una táctica sencilla de expresar: "quien resiste contra Cambiemos es aliado", el 2019 puede ser del pueblo. Ergo:
 1. Nada es definitivo, menos una derrota
 2. Hay que sostener aquellas  disputas más sentidas por nuestro pueblo y en las condiciones en que puede movilizarse por ellas.
 3. Cuando se movilizan los trabajadores, los cuestiones de poder real y concreto se ponen en discusión,
 4. Al que confronta con Cambiemos hay que tenderle la mano.
 5. A quien vacila o recula, hay que señalarle el error, pero no agredirlo ni defenestrarlo: La capacidad de alianza de cambiemos se estrecha y aquel que ayer le dice que sí, con movidas como las de hoy, puede saltar el charco
 6. Como buena parte de los referentes políticos expresan sectores sociales, no sólo partidos, cada uno que logramos distanciar de Cambiemos implica tambien la toma de distancia de  un sector social respecto del gobierno.
 7. Y de eso se trata, de bloquear lo más posible las acciones de Cambiemos y llegar al 2019 con un frente capaz de sacarlo del gobierno
 8.. Hoy dimos un gran paso, pero es uno de los miles a dar.
PD: A los "sincristinistas": No pierdan el rumbo. Si no hubiéramos jugado en octubre, obtenido las bancas seguras que se obtuvieron, refrendado un liderazgo entre tanta horizontalidad forzoza, ni el animo popular ni los votos en el parlamento hubieran sido los mismos