viernes, 21 de diciembre de 2012

TUNEL DEL TIEMPO: La CONFERENCIA DE PRENSA de MOYANO y MICHELLI


"La CGT, CTa y Sector azul y blanca repudian..." ¿REPUDIAN? ¿los hechos de violencia que sucedieron las últimas 24 horas? Sentiría alivio al escuchar estas palabras si no me diera tristeza ver a Plaini blanquear con su voz y su presencia a quienes rodean a Moyano en la mesa de la Conferencia de prensa.
Moyano dice, en referencia a las denuncias del gobierno, "con una metodología tipica de las dictaduras militares". No Moyano, la metodología típica de la dictadura no era denunciar con pruebas, era secuestrar, robar hijos, saquear domicilios, torturar y asesinar. Quienes gobiernan hoy y quienes los apoyamos venimos de luchar contra dictaduras y sabemos además que que no fueron sólo "militares", contaban con el aval y la conducción de sus actuales socios: la SRA, Clarín y La Nación entre otros.
"Seguramente vamos a recurrir a la justicia", sentencia Moyano. ¿Por los dos muertos que ya lamentamos frente a esta escalada fantasma? ¿por el asesinato de Ferreyra? ¿por lo de los medicamentos truchos en la Bancaria? ¿por las cautelares que benefician a los apropiadores de Papel Prensa y los pibes? ¿porque la justicia por lo de Kostecky y Santillán, lo de Fuentealba, el Pocho Lepratti, los asesinados el 20 de diciembre de 2001, nada de eso fue hasta el fondo? ¿por el trabajo esclavo que fomenta, aprovecha y  del cual se beneficia Venegas? ¿contra los fondos buitres, de los cuales los trabajadores somos las principales víctimas? ¿contra el duhaldismo, típico mentor de estos exabruptos navideños? No, los cantitos con que contesta la claque adicta son claros: "si lo tocan a Moyano...". Tratan de victimizarse y ser bandera en la medida que pierden apoyo en los trabajadores.
"Cuando los trabajadores se deciden a la lucha suelen ser invencibles". Sabias palabras de Moyano, hay que reconocerlo. Justamente porque los trabajadores mayoritariamente se decidieron la lucha junto al gobierno popular, es que la marcha del 19 de diciembre , que soñaron multitudinaria, terminó en acto casi relámpago en una Plaza de Mayo raleada. Triste confirmación de un final anunciado: quien se va del movimiento que el pueblo ha elegido para volver a la soberanía y la inclusión o repara en su error o se condena a la soledad y la bronca.
Venegas dice que este gobierno se está agotando tras nueve años de crecimiento y por eso apela al ajuste contra el pueblo. Lo traiciona la sonrisa y la excitación: nadie que quiera a su pueblo se sentiría feliz de anunciar semejante panorama. De todos modos asombre que haya trabajado siempre contra un gobierno que durante ocho años nos hizo crecer.
Momento Michelli, en referencia a una acusación que lo vincula al corte de luz en siete pueblos del sur: "efectivamente hay un paro de los trabajadores de EPEC en la Provincia de Neuquén porque el gobierno no da el aumento que piden " y agrega "hay problemas climáticos que suelen complicar la provisión de electricidad. Cuando eso sucede los trabajadores salen a reparar los cables y postes. Pero como hay paro no lo hacen", "pero no hay ningún boicot". En pleno festejo navideño dejan sin luz siete pueblos al no reparar las líneas. Pero eso, dice Michelli,  no es boicot. Claro: es fomentar la lucha de pobres contra miserables, como sabía decir Germán Abdala. También decía "no se necesita tener muchos conocimientos para saber que si te felicita la Sociedad Rural es porque te pasaste de bando”.
Al referirse a la presidenta, Michelli, lamentable émulo del Tano De Gennaro, que comparte la línea pero gambetea la foto con ese tren fantasma gremial, dice "la reina".  Tal vez crea que los trabajadores votamos a Cristina para saludar o salir en fotos. Entonces, la ve gobernar y se molesta. No Michelli, el pueblo argentino no vota gobernantes para que estén inermes frente a las corporaciones, vota para que ejecuten políticas populares y si hay que confrontar, que confronte. Nunca escuchamos a Michelli decir "el banquero", cuando Duhalde y Lavagna produjeron la mayor transferencia de fondos de la historia desde el pueblo a los bancos en 2002, cuando muchos en la CTA le reclamábamos, a Michelli y al Tano, ir contra ese vaciamiento que terminó con la muerte de Kostecky y Santillán, los viejos golpeando rejas y cortinas de bancos, el país en ruinas .
"Cuando la gente va a nuestros actos va a escuchar a sus dirigentes, cuando va a los de ellos (kirchnerismo) va a escuchar a Charlie García y Fito Páez", cierra Moyano en tren de explicar la perdida de convocatoria. En parte tiene razón: porque los trabajadores escuchan lo que escuchan y ven las actitudes que ven, una vez que Moyano se apartó del proyecto popular dejaron de ir a escuchar y manifiestan -los trabajadores, vale la pena reiterarlo- todos los días su apoyo al proyecto popular produciendo y manteniendo en movimiento el país y participan en movilizaciones y actos cuando se convoca a la unidad del pueblo y no cuando se convoca junto a la SRA y los viejos colaboracionistas de dictaduras y neoliberalismos.
La conferencia cierra, no sin repetir una y otra vez la amenaza de parar el país.
No somos como ellos, no podemos alegrarnos de su incapacidad de generar un paro en serio. La huelga, la movilización, el acto político son herramientas genuinas de los trabajadores y el pueblo, tanto como la disputa del Estado, el ejercicio de funciones de gobierno, la lucha por convertir en política de Estado cada reclamo popular. Cuando alguien que estuvo entre sus filas las bastardea suele generar confusión, dudas, temporariamente debilita.
La conferencia, mientras residuos del duhaldismo generan algún desmán más en supermercados, termina con un llamado a la paz de navidad.
Única coincidencia que se puede tener con estos personajes: la paz es un derecho popular, pero se construye de toro modo: avanzando en el proyecto de demoracia con inclusión, soberanía, memoria y justicia. Nuestro pueblo puede discernir entre la venta de humo y la concresión de un proyecto popular

viernes, 14 de diciembre de 2012

Los pibes asesinados en Sandy Hook, Newton, un espejo de sangre

Hoy la TV informa que asesinaron a 27 personas en un jardín de infantes, entre ellos 20 chicos, y se hirió a otras tantas, en Connecticut, EEUU 
No hay forma de evitar la consternación. Por más que uno sepa que la cultura de los EEUU está construida de modo paranoico, que se basa en ver una amenaza en cada hombre de cualquier lugar del mundo y por eso legaliza su necesidad de agredir a todo el mundo, que ha convertido lo monstruoso en normal, el matar a tu semejante como tu condición de vida. 
Es así, no hay duda, pero ¿20 pibes baleados? ¿27 vidas cercenadas en un momento? ¿qué hay tras el ojo que apunta y se liga con el movimiento de un dedo que presiona el gatillo a la vista de pibes y pibes y pibes?


Tantos minutos de pantalla y cartelitos hacen creer que la TV de los EEUU se preocupa por los asesinatos. Pero tanto repetir y repetir que "algo así no es posible" muestra el verdadero rostro de la información: lo que nos trata de decir es "no somos así, esto no somos nosotros, pero por si acaso no se metan con nosotros:somos capaces de matar más pibes todavía, como en Libia, como en Afganistán, Irak, allí donde nos sintamos amenazados". Hasta en el refugio de Bin Laden podemos asesinar un pibe ¿se acuerdan de Obama ordenando matar, por celular, desde Brasil?
Pienso todo esto y digo, pienso, porque necesito reafirmar mi humanidad: me alivia confirmar el sentido de salud que ha podido preservar nuestro Pueblo a pesar de tanto genocidio. Quizás por tanto genocidio en nuestro pueblo la memoria se hizo imperativo y sólo la memoria puede exorcizarnos de tanta matanza. Cuando se señala al culpable se libra al inocente aunque ya no sea posible que uno y otro lo sean del todo.
A los del fin de las ideologías, a los de la globalización, a los posibilistas, a los cultores del éxito, a los que están lejos de "una y otra posición", a los que aman el poder del que los oprime: nada de lágrimas por "la tragedia", nada de lágrimas por la "irracionalidad", nade de lágrimas por "lo inexplicable". Ni uno ni otro, sólo una sociedad que hace del asesinato un rito cotidiano puede matar de este modo una y otra vez y mostrarse "sorprendida" antes que vuelva a suceder. En el Malestar en la cultura" Freud afirma el el ingreso de la humanidad en su propio mundo humano en el momento en que lo hijos terminan con la arbitrariedad del padre que se mata a sus hijos.  Sólo una sociedad que ha descendido al último escalón de su denigración puede matar a sus pibes. 
Y si no alcanza produce miles de motivos fílmicos para matar, hace "The walking dead" y mata muertos porque con los vivos del mundo ya no alcanza.
Los EEUU, el imperialismo, deben ser derrotados en todos los frentes tarde o temprano para que el pueblo de los EEUU por fin pueda ser libre de los monstruos que crearon sus ricos y se han convertido en los monstruos de todos. 
Para que todos, por fin, dejemos de vivir la vergûenza de vernos reflejados en un inmenso espejo de sangre.

domingo, 9 de diciembre de 2012

La señora del gorrito: 9D no es 8N. Saber u odio en la Plaza

El notero está junto a la señora, le dice a la cámara de su agradecimiento hacia Ella porque esa señora le arrimó el paraguas celeste y blanco que ahora los cubre de un sol de día porteño de 32 grados a la sombra.
De inmediato se ve al notero que saluda a Camilo García y a éste que devuelve el saludo con una pregunta dirigida en verdad hacia la señora del gorrito: ¿que recuerda de 1983? (de paso me doy cuenta ahora que escribí '73 en lugar de ´83 y registro, una vez más, que nunca podré acercarme a algo que pase en la Plaza sin tamizarlo con mi experiencia de aquella vez, mi primera vez y la toda mi generación, que recuperamos la Plaza un 25 de mayo de 1973. Para siempre la recuperamos podríamos decir, porque desde ese día para nosotros, como lo fuera antes para los del ´45 y los de 1810, la Plaza pasó a ser nuestra y eso le diríamos a nuestros hijos aunque a veces estuviera prohibida. Porque desde ese momento virtuoso, fundante, llámese ´45 o ´73, cualquier ajenidad de la Plaza fue temporal, involuntaria para el pueblo, ajenidad obra de dictaduras y genocidios, algo perverso que había que derrotar para volver al lugar en que nacemos como ciudadanía y pueblo en cada generación)  
Así que Camilo formula la pregunta, el notero la reproduce desagregada, indicándole su origen en estudios en Canal 23 a la señora del gorrito y paraguas celestes: "¿Ud recuerda el 83 con la asunción de Alfonsín?¿estuvo?¿en qué se parecen?"
La señora casi sin pausa contesta con fuerza. "Sí estuve, fue cuando el presidente Alfonsín se puso de acuerdo con Rico, estábamos acá. Esto es diferente". Cuánto dice esa cuasi condensación que alguien podría confundir con poca comprensión, con ignorancia.
Un pibe, abordado después por el notero en su arribo a la Plaza, da la pista de todo: "esto no es el 8N, acá  hay pueblo".
Esa vez, el 8N que refiere el joven también hubo en obelisco mucha gente y respuestas extrañas a preguntas claras: "¿por qué viene?" "porque esto es una dictadura", "porque esa mujer se tiene que ir" (o morir) "porque no hay libertad", "porque le sacan la plata a mis hijos, a mí para dársela a ésos vagos", "porque a Uds les pagan con nuestra plata". Y odio. hacia el gobierno, pero también hacia quien preguntaba, hacia mayorías. Un odio sin compensación de amor, de solidaridad, hacia otros. No es que no hubiera argentinos, ciudadanos, gente del pueblo: es que su odio los apartaba del resto.
Volvamos a la señora y lo que se mezclaba en aquella, su respuesta.
Dos momentos bisagra, resignificantes, protagonizados por Alfonsín y la mayoría de nuestro pueblo: el primero, su conducción en el camino hacia la democracia, su reafirmación de vertientes sin las cuales no era posible vivir como individuos y como sociedad: esperanza, verdad, justicia, memoria, participación, Nación en fin. Una masa de excluidos que, sea que hubieran votado a Alfonsín o a oscuros personajes como Luder o Herminio, tal vez no llegaron a la Plaza. Pero esperaban, hacían lo suyo para que algo cambie en ese pasaje de la dictadura a la democracia.
El otro momento, virtuoso en lo negativo, en Plaza de mayo seguramente la tuvo presente a la señora del gorrito. Ese momento, segundo en el tiempo, igual de fuerte por su magnitud, fue la concentración en Semana Santa contra el golpe carapintada y el final de "felices pascuas" que vino a puntuar en un discurso lo que luego convalidaran las leyes de obediencia debida y, entrados en el lógico advenimiento menemista, en punto final.
No se trata entonces de falta de información de la señora, sino -sea a veces en la soledad de millones que ven una TV, sea en el calor compartido de una concentración- de cómo una experiencia en multitud, de cómo su presencia en un hecho marcó la otra (haya estado o no en el ´83) de cómo hay un lugar de saber más allá de las frases redondas, la oración gramaticalmente correcta.
Porque se ilusionó como se ilusionó entre millones que también nos ilusionamos en 1983, fue que aquel "la casa está en orden". tuvo tanto impacto de decepción, deterioró tanto el concepto de democracia y lesionó como lesionó el futuro del presidente Alfonsín
Pero la historia de la señora del gorrito, la mía , la de todos, siguió y hubo otra plaza de la esperanza que comenzó con fogatas en esquinas, familias llegando con sus pibes en brazos, sobre los hombros, en cochecito, de su mano. Luego siguió con gases y puteadas y terminó con aquella jornada de la montada yendo sobre las madres, cascotes contra balas en varias capitales y los de siempre que asesinaron a más de 30 los nuestros.
Y hubo otras más, otra vez de esperanza en 2003, de bronca en 2008, dos después en 2009, de la alegría de ser multitud en el bicentenario a esa de noviembre,  mezcla rara de duelo por Néstor y de multitud consolidada en una identidad.
Y esta señora del gorrito, como millones, viene de vivirlas todas: alguna en la Plaza, otra trabajando horas extras, cocinando para lo suyos o buscando una caja de leche, otra en un parto, o por la TV en un banco de la salita esperando que el pediatra le diga por qué pasa la fiebre de su bebé, o velando algún vecino o un familiar, o enojada con el gobierno por algo que no resultó como se esperaba, o reafirmada en lo suyo porque lo que votó ahora se hace, o sentada en una vereda porque las monedas no alcanzaban y las que quedan son para que su compañero vaya mañana a la obra, la fábrica o la oficina.
Y esta tarde de 32 grados a la sombra, con su paraguas y el gorrito está ahí en la Plaza, está también el notero con el micrófono y en tren de decir la señora dice, tranquila, segura, con su calma tan alejada del odio, que aquella vez cuando lo de Rico se enojó y se vio defraudada, que no quiere a los carapintadas ni leyes que los absuelvan , que tal vez descreyó de todo y que, porque Néstor bajó golpismo y dictadura de la realidad junto con los cuadros, porque de a poco ella se empezó a sentir en su país tras tantos años de no ser,  porque instaló eso de cumplir lo que se dice, porque Cristina va por más de aquello que los suyos necesitan. Todo, 30 años dichos en 18 palabras para cerrar; "ahora es diferente". 
Vamos a estudios.
Mario Burgos, antes de ir a la Plaza 

sábado, 1 de diciembre de 2012

Michelli- Moyano, conversión gremial, burocracias y oligarquía

Michelli amenaza desde La Nación con un nuevo festival de cortes de ruta y calles y hasta llega a calificarlo como guerra nuclear en un nivel declarativo propio de personajes como barrionuevo.
Lo de Michelli no es nuevo. Ya ha ocurrido que una herramienta que alguna vez sirvió para la resistencia obrera termine, en otra coyuntura, siendo en una parte usada contra los trabajadores. 
La CTA fue fundada para enfrentar la cooptación menemista de buena parte de la dirigencia gremial. En aquellos días se veía cruzar de vereda  incluso a dirigentes que habían tenido trayectoria destacada en la lucha antidictatorial. Algunos de los que protagonizaron aquel principio del fin dictatorial que fue el 30 de marzo terminaron como empresarios / mafiosos, de los que Pedraza tal vez sea el paradigma. Como Barrionuevo lo es de los colaboracionistas de toda la vida.
Era necesario, entonces, que quienes resistíamos la marea neoliberal y la compra de voluntades que  desplegaba el Turco, aportáramos a un espacio de resistencia obrera y popular.
Aquella construcción, que si bien no pudo coronar su bandera de unidad de los trabajadores ni disputar la conducción de sus gremios, más állá de las honrosas excepciones de ATE, CTERA, aeronavegantes, propietarios de taxis, ahora subtes, parte de FOETRA, algunas centrales locales, sí mantuvo vigente la posibilidad de una resistencia y las banderas de dignidad de los trabajadores aún en la defensiva y aportó al desgaste del menemismo primero y de su continuidad delaruísta después. La organización alcanzada sirvió incluso para que los sectores MTA de la CGT potenciaran su confrontación con los Gordos en épocas que también ellos se involucraban en la lucha contra la exclusión.
Pero la sociedad no se detiene. Si la CTA tocó su punto más alto con el Frente Nacional contra la Pobreza y la consulta popular del 2001, los sectores más ligados a De Gennaro comenzaron su debacle en ese mismo momento. en principio guardando en una pieza los votos de la Consulta nacional, como si no expresaran la voluntad de cambio de millones de argentinos que creyeron en nuestra convocatoria, como si esa convocatoria hubiera sido una formalidad, una de las tantas movidas que siempre criticamos a los colaboracionismos.
La debacle siguió con la negativa sistemática a reclamar la reununcia de Duhalde mientras éste concretaba la mayor expropiación popular que se haya producido en Argentina en beneficio de los bancos. La ausencia de una propuesta en 2003, el distanciamiento del gobierno que vino a concretar muchas de las banderas que levantábamos en 1991, el sectarismo frente a lo que terminó siendo la derrota del ALCA, jalonaron el camino hacia una ruptura que no obvió el apoyo al boicot sojero en 2008. Tampoco el fraude, el desconocimiento de su derrota electoral y la creación de una CTA 2 al mejor estilo de las burocracias históricas.
Así que no puede sorprendernos que hoy, en el marco de un gobierno popular y con un movimiento gremial de nuevo dividido, las minorías de la CGT y la CTA recreen sus disputas, con una virulencia que no tuvieron por ej con el duhaldismo, pero esta vez contra los trabajadores y el pueblo.
Mucho se podría concluir a la vista de estas trayectorias y estas realidades.
Se podría decir que Michelli es el antagonista bizaro de aquel gran dirigente que fuera germán Abdala, tal como su CTA minoría está en las antípodas de los sueños que llevaron a la fundación de la CTa en 1991. Tal como Moyano se ubica como el antagonista de sí mismo cuando recrea las peores CGT Azopardo de las historia, asociándose al poder corporativo y oligárqico para desestabilizar al gobierno popular.
Que la democracia sindical no se garantiza necesariamente estando fuera de tal o cual central, sino también y principalmente recreando lo que la mayoría de los trabajadores defiende y está dispuesto a construir.
Que no se trabaja en favor de los trabajadores sólo invocandolos sino y principalmente aportando a su unidad real, disputando Estado y legalidad en su favor, promoviendo alianzas con el resto de los sectores interesados en el desarrollo con inclusión, participando de los proyectos de inclusión en lugar de juntarse con quienes los enfrentan.
En momentos de división gremial, momentos que por otra parte han existido en toda nuestra historia, resulta a veces difícil definir una salida clara para el conjunto de los trabajadores. No es sin embargo difícil saber qué no hay que hacer. como coincidieron Germán abdala y Jauretche, si La Nación y la SRA te aplauden estás en el lugar incorrecto.  Seguramente harás el ridículo, también.
En momentos como el actual donde el pueblo ha ganado espacios en el marco de un gobierno de inclusión, las cosas están aun más claras: se podrá discutir cómo articular, como relacionarse, cómo interactuar entre CGT y la CTA con el gobierno, pero quien niegue esta articulación, quien trabaje en contra de esta necesaria unidad, estará fuera del campo popular.

lunes, 26 de noviembre de 2012

NESTOR PERLONGHER,HOMOSEXUALIDAD Y MILITANCIA EN LOS ´70

Esta noche veo entre los árboles la luna llena. A Néstor Perlongher, recuerdo, solía darle risa la luna llena. 
Tratándose de los ´70 es preciso decir que vivíamos en tal estado de gracia que se veces no sé si es lo vivido o mis deseos,                                          
En todo caso, tampoco sé si hubo luna llena el día de su partida en el exilio, hace 30 años. 
Comparto algunos recuerdos que relaté en su memoria hace un par de décadas.

NESTOR PERLONGER: SER GAY EN LOS ´70
Néstor Perlonger fue sucesiva y paralelamente científico social, poeta, pensador
En los ´70, por encima y detrás de estos avatares Néstor era un militante.
Desde la Carrera de Letras había llegado al ejecutivo del Cuerpo de Delegados de Filosofía y Letras de la UBA y, sin gastar palabras en discusiones que a veces llevaban días enteros, Néstor estaba a cargo de una actividad: era responsable de la autodefensa de las movilizaciones.
Molos, palos, grupos, objetivos, la Guardia de infantería y los hidrantes eran su problema, y para resolverlo desplegaba un menú tan monótono como eficaz: "fulano aquí, acá una pareja, en esta esquina van cuatro, las molos van allá, estos cuidan en la peatonal que nadie se queme, en la semana hay que ir a estos bares a ver si sirven para hacer control".
Pero sería erróneo decir que Néstor era solo un militante. En un tiempo de sexo en blanco y negro, Néstor era un homosexual visible, explícito, provocador.
Se vestía, hablaba y gesticulaba, como le parecía que podía dejar más clara su elección sexual y cuando quedaban dudas las aclaraba. Si en algún momento Maradona paseó un tapado blanco de piel en la ilusión de que ningún símbolo de poder le quedaba chico, Néstor se reía de la pacatería en el ´70, cruzando Puente Alsina, también con un tapado blanco, de piel sintética, a las 2 de la mañana, bancándose las puteadas de canas, ociosos y laburantes hasta hacerse una figura cotidiana.
Mucho antes que el resto de nosotros, Néstor había percibido que en la década del cambio la argentina conservadora guardaba un reducto casi inexpugnable: la revolución sexual no entraba en la disputa.
A contramano de su tiempo, tampoco fue un tipo digerible en el "mundo homo", ya que percibía los mismo tics pero en versión ridícula. "Es paradójico que para defender nuestro espacio debamos abrazar la causa de la pareja monogámica burguesa como forma de unión, cuando todo el mundo empieza a comprender su carga de cinismo y repetición".
Insatisfecho con la oferta de una militancia castrada o una homosexualidad cortesana, Néstor tendía un puente de rebeldía entre sociedad y sexo y nos provocaba con su coherencia.
Después vendrían la fundación del Frente de Liberación Homosexual, el golpe y su partida, la Universidad de Campinas, el SIDA y su muerte.
En el medio, poesías como aquella que, sin nombrar al Proceso, enumera todos los quehaceres cotidianos de la gente y la ciudad para repetir en cada pausa "hay cadáveres..."


sábado, 17 de noviembre de 2012

DÍA DEL MILITANTE, carne contra hierro. Qué fortaleza

Voy a estar en el Luna Park esta noche, en el adelanto (le dicen avant premiére) de Néstor.
En el Día del militante.
En los tiempos en que Néstor, Cristina, también yo, empezamos a militar, estos días eran de -ya no se dice- balance y perspectivas. ¿Soy militante?¿lo hago como esperan de mí? ¿me lo merezco?
Así que entrada en mano me pregunto si corresponde, si me vale ese privilegio o , como otros, llega por encrucijadas que poco tienen que ver con la fortuna, pero se parecen. Hace un par de días cumpli años y me viene casi como un regalo.
Ya quisiera estar allí, entre compañeros. Pero faltan horas y la ansiedad, el pensamiento, la ideas se disparan, van y vienen.
Me digo: ¿Qué mejor lugar y compañero para celebrar el Día del Militante?
Y con Néstor, los que están: Cristina, Fidel, Lula, Evo, Chávez, Hebe, Estela, Ana y Emiliano para representarme a todos.
Y los que no están pero me tiran un recuerdo cada tanto, Analía, Manuel, Tito, el negro Honores, Ortega Peña, el Chacho rubio, el Gallego, la Perro, Pascual de Villa.
Hace unos días le dije a alguien "lo nuevo llega porque se lo espera" y me disfracé de "lo nuevo". Y lo que siguió fue un "no" en los hechos. Y punto
Nada más fácil de refutar que la convicción de uno: basta con un no. Y sin embargo nada más fuerte, inconmovible, trascendente, que una convicción que se comparte entre muchos.
Hubo al menos dos momentos en que me maravilló sentir que en un poquito, un mínimo de materia podía alojar tanta energía y humanidad como aquella que sostiene la militancia:
1: Era el 2004 y tras las firmas de Néstor e Ibarra entrábamos en el predio de la ESMA en primera fila, tras las madres y abuelas. La fila era compacta y apuraba, así que habia que rodear con los brazos, cobijar, a madres y abuelas, a la vez que afirmarse para que no empujen los de atrás.                    
La delgadez de esos brazos, sus pequeños cuerpos, ese casi no-peso daban una sensación de irrealidad: sin embargo parieron la militancia de la dignidad, la memoria y la justicia en nuestro país y el mundo.                  
Otra situación y tan gratuita como la primera:                                        
2- Conferencia Mundial sobre vih-sida y ETS. Durban año 2000. Beca, presentación de informe con ayuda de muchos ya que mi inglés no sirve ni para pedir un Juancito caminador. De paso: hicimos grosa movida con el resto de los latinoamericanos para que en todos los espacios haya traducción simultánea al español. No anduvo pero hasta Winnie Mandela incluyó nuestro reclamo en una movilización contra los laboratorios, miles al trote y cantando como los dioses.                                                                       Vuelvo a la Conferencia: En el cuarto día estoy llegando al edificio donde se hacía el cierre. Una limusina estaciona al lado mío sin que me de cuenta. Un tipo mucho más alto y ancho que yo abre la puesta trasera, de mi lado y alguien baja, justo cuando empiezo a notar que estoy -nuevamente. donde no debo.      
Digo "noto", pero no es ese el verbo. Como seguí avanzando, la persona que baja queda en mis brazos, casi a upa. (y ahora me acuerdo de Néstor y su comentario sobre ese poca cosa de Deángelis cuando se hizo llevar en cana)                  
Así que ya con Nelson Mandela en mis brazos trato de explicar, pedir disculpas, soltarlo y que a los muchachos que nos rodean les quede claro que es todo casualidad y torpeza. Y Mandela que asiente y se deja rodear por su comitiva que lo conduce al interior del predio.                        
Ya solo, me doy cuanta que más que la presencia de los guardaespaldas me inhibió la pequeñez, lo etéreo de ese hombre que bancó décadas de las peores cárceles para ganar junto a su pueblo la primera fase de la lucha contra el aparteid.
Pero tengo que ver el cierre de la Conferencia y Mandela va a hablar y aunque no pude saludarlo como hubiera querido antes o después de ese momento en que me quedé sin línea, me apuro a entrar.                    
Creo que la sala va a estar ocupada, así que ya planeo ir adelante, como aquella vez que con Carlos, en la conferencia de Amsterdam, en el '91, todos los asientos ocupados en la ceremonia de apertura y en lugar de quedarnos de pie, atrás, nos vamos a la segunda fila hasta encontrar, justo en el centro, dos butacas que no estaban ocupadas aunque figuraban claramente los nombres de los invitados.                                             A su turno, cada disertante nos miraba  fijo una y otra vez para registrar en nuestras expresiones si estaba exponiendo bien o mal Y nosotros con cara de póker para desesperación de los inseguros. cara do póker que salió en todas las fotos de la apertura para intriga y dudas de otras y otros argentinos.                                                              
Pero estoy en Durban, Centro de Conferencias y Mandela no está en la sala central, donde aún hay sólo técnicos pues falta más de una hora para que inicie la conferencia de cierre.
Mandela está, lo veo al entrar en una sala intermedia, allá adelante, con todas la autoridades de la Conferencia, a punto de hablar. Todo lleno, así que enciendo la filmadora y voy hacia adelante. Estoy llegando  primera fila y Mandela ve al tipo que le hizo upa hace unos minutos y con una seña de su mano derecha me indica una silla, justo en el centro. Me siento, comienza a hablar y cada tanto me regala su mirada para la filmación. Al final se levanta, alguien habla de su salud y desaparece tras una cortina.          
Y ahí está la filmación, en casa, en una caja, un casete HI, una filmación bastante buena pero, me enteré al volver, sin sonido ya que un golpe había dañado el micrófono.                                                              
Tal vez sea el recuerdo, tal vez sea real: cuando vuelvo a mirar la filmación siento que se desprende de ese cuerpo minúsculo, de los pequeños ojos de ese hombre que fue boxeador y en el fin de sus días se movía con la más mínima materia posible, que emana una energía inconmensurable. Supo agruparse para luchar, supo esperar, no claudicar ni mimetizarse con el opresor. Nunca levantó la voz más allá de lo que esperaba su gente, nunca olvidó la esencia de su reclamo.
Dos momentos, dos casi casualidades. Señales, diría Cristina como esa, mi primera asamblea en la facultad. casi medio siglo atrás, el Aula magna llena y yo con la sensación de que algo no se estaba diciendo. Y anotarme y subo a decirlo y me doy cuenta que me olvidé, que ni yo entiendo qué estoy diciendo. Y voces, por detrás, de compañeros más veteranos que me dicen: "seguí, seguí, que ya te va a salir, Estás entre compañeros.". Como si eso bastara para salir del brete. Y bastó. Porque en un momento todo se alineó. mi viejo haciéndose peronista el día de la fusiladora, o aquella vez que sacamos las sillas al fondo para ver al primer satélite que giraba alrededor de la tierra, o el Eternauta por entregas, que leíamos con mis amigos en el galpón los sábados a la mañana, o mi primera tarde de sexo y ¿por qué no? las militantes de los ´70, tan bellas como para justificar por sí solas tomar una decisión y sostenerla de por vida. Como la azul y roja, también.
Militantes, en el colectivo, como se dijo: personas sencillas haciendo cosas extraordinarias. Presidir un país, hacer una pintada, callar un nombre,una dirección, seguir.
Y acá estoy, en casa, junto a mi hija, esperando la hora para ir a ver el documental de Néstor. Hace unos días yo cumplía años. Hace dos años fui a despedir a Néstor. Un poco de dolor, un poco de felicidad y lo comparto.
FELIZ DIA DEL MILITANTE.

viernes, 16 de noviembre de 2012

PALESTINA: no hay neutralidad frente al genocidio

Las principales cadenas del mundo difunden el video: un automóvil avanza por calles de Gazha. Los subtitulados indican que el móvil conduce a Ahmed Yabari, al que el gobierno de Israel identifica –y las cadenas lo repiten- como “comandante del brazo armado de Hamás en Gaza, las Brigadas de Ezedín Al Kasem”.  Y agregan - unos afirmando, otros repitiendo- que Ahmed “tenía las manos cubiertas de sangre”.
Una pausa en el pensamiento, pausa que no permite la visión directa del video: Hammás fue elegida para gobernar a los palestinos en elecciones. Yabari, en cualquier país, sería reconocido como “comandante de las FFAA” o “Ministro de Defensa” del gobierno palestino. Lo de las manos y la sangre: si se gobierna un país agredido por décadas, muchas de las decisiones que se tomen causarán muertes: como ordenan asesinatos sin ser agredidos Obama, Merkel y todos los que motorizan las operaciones militares en Medio Oriente y el resto del mundo.  
Vuelvo a la pantalla: una llamarada que corona en una nube de humo ocupa el lugar del automóvil y todo termina. La vida de Ahmed Yabari es la que termina con la detonación de un misil dirigido por computadoras. Y las cadenas subtitulan “escalada de violencia, el gobierno de Israel anuncia una operación militar en la Franja ante la escalada de violencia”. De todos modos hay una novedad. Hasta La Nación titula "asesinato" lo que habitualmente es titulado "ejecución", "muerte", etc.
Dejo de lado el discurso de las cadenas de medios y me quedo en los comunicados que firma Netanyahu: agrede y se victimiza, asesina pero acusa de asesino a la víctima, prepara una invasión pero afirma que es para detener la violencia.
Entiendo, es discutible pero es mi opinión, que el pueblo judío construyó su cultura milenaria sobre dos mitos: su afán por la verdad y ser el pueblo elegido del dios único. Esa tensión recorre el conocido como Viejo Testamento, para quienes padecimos el catolicismo, emerge en sus textos, ora en una comunidad que se rehace en cada diáspora, ora en un afán de conocer que ha teñido a toda la humanidad, ora en una violencia que, salvo excepciones, se vuelve contra sus integrantes en  nombre de una verdad que impone la elección divina.
Todas las culturas se asientan en tensiones similares, pero pocas como la judía,  sufrieron esas tensiones han sufrido en carne propia en experiencias desgarradoras, sangrientas. Cuesta entonces entender cómo la búsqueda de verdad se convierte en la propaganda militarista de Israel, cómo la violencia se instala como la forma de relación con los vecinos a quienes se identifica como enemigos, cómo se reprodujeron y perfeccionaron los mismos instrumentos del Holocausto –estigmatización, supresión de identidad nacional y étnica, terror, campos de concentración, genocidio- para imponer a Israel sobre los palestinos.
Algún día habrá un análisis serio de la particular combinación que constituye el Estado de Israel: estado policial respecto a un pueblo inmediato invadido y una mentada democracia interna que sostiene el genocidio palestino, militariza todas las relaciones en todos los ámbitos de Israel, hace pública y legal la tortura, el asesinato, y todo avasallamiento del derecho de los agredidos.
Pero hoy por hoy hay algo más acuciante. Esta  no es una etapa más del genocidio.
Con Libia invadida, los países árabes bajo crisis en general inducidas -o suplantadas por invasiones, ejércitos mercenarios y terror, como en Libia- los EEUU avanzan en la ofensiva contra Irán y el control definitivo de cuencas petroleras y territorios estratégicos. Y  su aliado, el gobierno de Netanyahu se quiere llevar puesto al pueblo palestino a la vez que reafirmar su carácter de gendarme de Medio Oriente.
En tanto se producen avances y retrocesos en pos de una guerra que puede disparar una escalada bélica mundial, la mentada alianza entre ortodoxos y militaristas que se dice gobierna Israel parece no tener oposición interna de peso en su camino al exterminio palestino. Vale la pena repetirlo: una comunidad que durante milenios hizo de la verdad y su búsqueda un mito fundante, hoy sufre y reproduce las formas de perversión de la palabra que los nazis, entre otros, llevaron a su apogeo.
¿Cuánto puede caer una comunidad en esta vida signada por la mentira? Es una pregunta inquietante, pero parece una pregunta retórica cuando del otro lado de la frontera la muerte precoz por asesinato es moneda corriente.
Palestina no es una lucha más, es el posible genocidio inicial en el siglo XXI y una de las últimas manifestaciones del núcleo belicista de la globalización. Si la ofensiva prospera se estará marcando un sesgo definitivo para este principio de siglo.
No hay neutralidad posible: Hay que defender, apoyar y salvar al pueblo palestino. La consolidación de su Estado es necesaria hasta para la sobrevivencia del pueblo de Israel.

jueves, 8 de noviembre de 2012

8N O EL MUNDO ES COMO ES


Las concentraciones en obelisco y plazas provinciales se van concretando, veo que algún amigo se va calentando y hay quien se pregunta qué hacer.
¿Ahora, en pleno devenir de la no-convocatoria?¿O mañana?

Para el “ahora”me parece que la mejor es juntarse con compañeros, amigos, bebida fresca, aceitunas, pizza, la cabeza bien abierta y el corazón calentito para darle la bienvenida al capitalismo real: el de la confrontación de intereses. Uno, el de los que tienen la vaca atada y aprovechan a los que se mueven por ellos. Otro, el del pueblo resistente que al fin se encaramó al Estado y lo aprovecha -con más acierto que error, muchas veces al límite de lo posible, otras veces empujado por lo inevitable-en favor de las mayorías postergadas de nuestro país y América.

¿Qué más hacer ahora y mañana?

No calentarse. No todos los que están ahí y mañana verán su imagen en algún informativo van a seguir pensando o actuando igual. Vale la pena recordar la 125 y los muchos que fueron cruzando después. Unos porque hicieron cuentas, otros porque se dieron cuenta de quién festejaba, otros porque sintieron que por fin había un gobierno, políticos, militantes, que se la jugaban por sus convicciones.

No devaluarse. El proyecto de democracia con inclusión sigue representando a la mayoría. Y donde vale, esto es, en los sectores que históricamente se han puesto el país al hombro cuando fue posible.

No perder de vista lo importante: hay gente que se calienta honestamente y esto es posible porque este gobierno, su permanente ampliación de la democracia, ha cambiado el umbral de sensibilidad colectivo. Hemos llevado la democracia y los derechos sociales e individuales tan adelante que un apagón, un colectivo que llega tarde, un impuesto de incidencia desigual o un sueldo que se atrasa un día son un problema a resolver. Se mueven por lo que hemos avanzado con el pueblo, no por nuestras pifiadas.

No olvidar nuestra identidad, seguir avanzando con el proyecto en marcha es restituir y multiplicar bienes y derechos para las mayorías, esto es, para las aspiraciones solidarias de la suma de las minorías postergadas.

Ante el hecho callejero, la ausencia de partidos políticos, alguien menta el 2001. Hace 11 años casi todos los sectores sociales estallaban contra 26 años de imperio neoliberal, la democracia condicionada y la debilidad de los partidos tradicionales. Hoy una mayoría de todos esos sectores acompaña con su trabajo, sus proyectos y también su consumo, el efecto de 11 años de democracia con inclusión.  Una minoría, entre la que seguro habrá víctimas indeseadas del proceso transformador, protesta espasmódicamente.

No organizar ni dibujar a una oposición fantasma. Ayer tenían que ocultarse, no aparecer para que alguna protesta antigobienrno prospere. Uno o dos que se hicieron ver recibieron silbidos y rechazos: no hay, hoy por hoy, ni un sólo referente social y/o institucional de esa multitud dispersa que agita carteles con frases redactadas en multimedios.

No crear seudodirigentes desde la nada: no va ninguno no sólo porque no conducen a nadie sino también porque no se bancarían comprometerse a nada con la gente que está allí. “Seguridad”, pero oportunismo con jefes policíales cuando menos dudosos, “menos impuestos”, pero ajuste, dólar “libre”, pero devaluación, “fuera Moreno”, pero menos producción y empleo nacional y precios de los commodities por las nubes, “menos poder del Estado”, pero más poder a corporaciones y monopolios. En esto también el gobierno tiene su diferencial: se banca el día después. Cristina ganó con propuestas que está cumpliendo día a día. La oposición propone lo que no puede cumplir y silencia lo que sabe que muy pocos aceptarían.

Con la tranquilidad que da la honestidad, hay sí que recrear la imaginación, duplicar la acción política, argumentar, argumentar y argumentar.

Hay quien se preocupa porque no hay una oposición política capaz de coagular enojos. No quisiera que estos y otros conciudadanos sean ganados para el ajuste, para volver a la desnacionalización, al achicamiento productivo, al imperio del dólar en la economía, del mercado en las relaciones formales y del sálvese quien pueda en las relaciones humanas. Si sectores de la oposición recuperan banderas de nacionalidad, inclusión, desarrollo colectivo, diversidad, mejor. Lo que los kirchneristas podemos hacer para que esto pase es seguir adelante: nada convence más a un político interesado en el bien común que el ver que ese bien común se va logrando. 

Lo que obtura la circulación de la palabra es siempre tan nocivo para la salud mental como para la democracia. Al discurso agresivo, etiquetador, desmemoriado, de rechazo e insulto, hay que oponer el discurso de la unidad en solidaridad, la diversidad, la memoria y la justicia.

Al fin, recrear una unidad que no sólo sirva para atraer a los confundidos que ayer protestaron, sino también para recuperar aquello que al compañero se lo ayuda aún en la disidencia. Lo grande se construye con grandeza

MARIO BURGOS

lunes, 5 de noviembre de 2012

Favio, su partida y aquel homenaje a Cristina

Leonardo Favio ha muerto. 
No puedo refugiarme en que sigue viviendo en su obra y esas cosas ciertas que decimos cuando alguien tan querido se nos va.
Cualquiera que lo haya escuchado hablar de cine o de política, o cantar, o actuar sabe que su pasión fue irrepetible y que aún si pudiéramos recorrer toda su obra tendríamos un limitado sentimiento de la energía que lo animaba.
Elijo para recordarlo, el último homenaje que le hiciera la presidenta y el INCAA en el Festival de cine de Mar del Plata 2009.  
Sube al escenario un Favio disminuido físicamente, con tanta dificultad para sostenerse que bromea con ironía "menos mal que no pensamos con los pies". No se conforma y agrega: "bueno, algunos lo hacen".
Pero avanza en su discurso y revierte el acto en un homenaje suyo a Cristina Fernández. El homenaje que todo compañero haya querido hacerle a una compañera militante. 
Comienza como pudo haber comenzado otro: "Uno la ve tan frágil, tan bonita, parece mentira que tenga esa fortaleza de titán (...)
Favio hivana sus palabras y quizás nadie haya podido decir de manera tan profunda y poética lo que Cristina es, de dónde viene, lo que vale y representa: "Porque yo conocí la etapa de la primavera,cuando brotaron todas estas cosas que parecía imposible que se repitieran (...) A Cristina la custodia el amor hacia la gente, que es la fuerza más poderosa que pueda existir (...) Ella va muy confiada al frente porque sabe que va rodeada de los humildes.                                                                                    Siento orgullo y respeto por los dos, por su grandeza. 
Porque Favio, lejos de la tilinguería que se aleja de lo colectivo, potenció su capacidad artística al manifestar su compromiso político, su identificación con el movimiento peronista. 
Está en el último tramo de su vida, en un momento que para algunos pudo haber sido la excusa para distanciarse de lo terrenal, para refugiarse en los recuerdos, las manías o el aburrimiento. Lejos de esa fuga, Favio se carga al hombro la tarea de bancar con toda firmeza y seguridad a la compañera y traduce al idioma sencillo qué es lo que sienten las mujeres y hombres del pueblo por Cristina. 
Voz de muchas personas sin voz, este hombre que nació Fuad Jorge Jury, hace con el homenaje lo que mejor sabe hacer, recoge la voz popular para transmitírsela a Cristina. A cada palabra se lo ve afirmarse de otra manera, renace su energía, en tanto rodea con su afecto a la compañera se fortalece por un momento y su voz parece agigantarse con la fuerza de su mensaje.
Uno piensa en Hugo del Carril, Marechal, Discépolo, y entiende la felicidad de Favio de haber llegado a estos días en los que pudo decir: " Yo estoy feliz, feliz como cuando andaba de pequeño en mi pueblo, desnudo en el río corriendo con mis amigos"
Hoy, en el Programa, podríamos haber emitido el audio de este homenaje. Preferimos pasar su versión de "La Bohemme", que cantó con esa pasión que asocio a su memoria. 
Después Pablo, el operador, nos recordó que Favio, adelantado a todo como siempre,  fue el primero de los de su generación en cantar una canción de Spinetta. Así que cerramos con la versión Favio del "Tema de Pototo".

miércoles, 31 de octubre de 2012

Mesa debate por la Guerra Guazú en Canal 7

Presencié la Mesa Debate sobre la Guerra Guazú hoy miércoles 31 de octubre en la sede de Canal 7. Participaron, en este orden, Mariano Rodríguez Otero, Gabriel Di Meglio, Norberto Galasso e Hilda Sábato. Resalto algunas observaciones en lo que me parece un evento de gran valor, al dar la posibilidad de poner en palabras un hecho ninguneado o escondido por décadas. Vale la pena ver el video en cuanto lo suban a internet. En tanto, tiro algunas coordenadas

* Rodríguez Otero. A pesar de su inscripción universitaria pareció ser el punto de vista más anticuado. En primer lugar destacó que "los argentinos estamos revisando lo que hicimos", como si la Guerra del Paraguay no formara parte de los muchos intentos de disciplinar al pueblo argentino por vía militar, como si quienes enfrentamos esos intentos hasta hoy, igual debiéramos ser considerados como “bando proguerra” o responsables de algo que nos agrede. La segundo: definió que "los historiadores" (como si esa categoría fuera aplicable a alguien más que Hobsbawm) estarían para cuestionar, derribar mitos, enfrentar dogmas" (nada más alejado de lo que Hobsbawm entendió como su trabajo). No aclaró, eso si cuales dogmas quedan y cuáles hay que cuestionar y por qué. Pero enseguida instaló un mito y se atuvo a él hasta el final: "el autoritario Solano López mandó a morir cientos de miles de pibes en lugar de rendirse". Incluso me lo enrostró tras el cierre con una frase que no logré retener literalmente pero refería a que no se hace grano molido con las mieses, es decir que nada justifica destruir la progenie. Tiene razón quien lo haya dicho: no se hace pan con el grano que va a usarse para la siembra, el más joven, el mejor. Pero cuando se produce una invasión encabezada por esclavistas, con el territorio repartido entre los invasores de antemano, ¿qué esperaba que hicieran todos los que estaban en condiciones de agarrar un arma para defender el territorio y la parcela propios? Sin detenernos mucho en que la niñez no existía casi como concepto entre los criollos y europeos (sí entre originarios, pero eso es otro tema) y por eso no sorprende que Remedios tenga 14 años cuando se casa con San Martín, o que esa sea la edad de San Martín cuando tiene sus primeros combates formando parte del ejército español, cabe decir que este docente universitario hubiera aconsejado a Belgrano desistir del Éxodo o retirarse de Tucumán en lugar de ganarles a los tucumanos el odio de todos los realistas, o le hubiera aconsejado a Tupac Amaru que deje su levantamiento para otro momento o culparía a la OLP de los niños muertos en las intifadas. Esto es, él cree que no fueron las madres paraguayas las que empujaron a sus hijos a resistir antes de ser esclavos (un pueblo que básicamente existía como pequeeño propietario de la tierra que había sido parcelada, a diferencia del gaucho o el originario d enuestro territorio que nunca fueron reconocidos más que como vagos hasta que fueron explusados por le latifundio, que para eso sirvíó la guerra). Eso sí, no aclara cómo cientos de miles ocmbatieron por imposición de Solano López.
* No me quedó clara de fondo la postura de Di Meglio, de Canal Encuentro, sí en lo que hace a relativizar el papel de Gran Bretaña. Aunque Galasso le hizo una lista de los préstamos, inversiones y presencias inglesas en la guerra se mantuvo en la suya.
* Importante presentación de Norberto Galasso, al definir la guerra como una guerra civil regional entre los sectores dominantes del Cono Sur pro- imperio inglés contra sus pueblos. Guerra civil expresada en la alianza de colorados uruguayos, liberales porteños e imperio brasileño contra montoneras e interior argentino, blancos de Uruguay y pueblo y gobierno paraguayo. Abundó en ejemplos aunque sin mucha incidencia en la mesa, sí fue el más respaldado y reconocido por la audiencia.  Del mismo modo,
* Sábato dio una nueva muestra de lo que podemos esperar de la "nueva historiografía" al afirmar que no hubo buenos y malos, víctimas y victimarios sino actores cambiantes. Ah, y que todos los que dirigieron ambos bandos terminaron "derrotados": el imperio cae después en Brasil, Mitre pierde peso en el liberalismo porteño, etc. Es decir que no se hizo la guerra para destruir un mal ejemplo para las fracciones no encuadradas en la salida centralista y probritánica, sino para ¿para?
* Hubo cuestionamientos diversos respecto a posturas que relativizaron responsabilidad de las fuerzas invasoras y a las que relativizaron la incidnecia inglesa.
Respecto al neutralismo de Sábato, al poder intervenir aclaré que nuestros 30000 compañeros asesinados fueron víctimas y que los personeros de la dictadura fueron sus victimarios y genocidas del mismo modo que quienes dirigieron la guerra fueron genocidas y criminales y el pueblo paraguayo su víctima. Y que lejos de abrir mentes, una posición neutral en uno u otro caso ocultaría la cuestión central: el genocidio. Traté de destacar esto en una pregunta / intervención: alguna ciencia social puede creeerse en condiciones de prescindir de la categoría "GENOCIDIO" tras la última dictadura, tras el holocausto, etc? Sábato, la más optimista, calculó que hubo 350 mil muertos en la guerra y el 75% de éstos era paraguayo. Es decir 250 mil, más o menos. Para una población campesina de 130000/1500000 podemos calcular 650000/750000 varones. Restemos menores de 12/14 años, estimamos entonces 375000/480000. La mitad de los varones menores de muertos ¿es un genocidio? Y no contamos los esclavos
Desde la platea alguien me indicó que había entendido la pregunta, que no fue contestada por la mesa, aunque sé que Galasso ya lo hizo mil veces. La smeilla del genocidio originario llamado "campaña al desierto" estuvo en el genocidio al pueblo paraguayo (y lo dice Mansilla en Una Excursión..."). las semilla de sucesivas levas y matanzas, de la Patagonia trágica, del Proceso, estuvieron ahí.
Vale precisar que, como en otros aspectos, el poder político parece saldar lo que el ámbito académico aún no: Cristina Fernández, en su primera reunión protocolar ya siendo presidenta, con los embajadores que la visitaron para felicitarla pidió perdón al pueblo paraguayo a través de su embajador por ese genocidio que, dijo, fue "La guerra de la triple infamia".
Destaco el cierre del moderador, desde el rescate de una historia no desligada de lo moral y lo político, el papel de Pomer aún no alcanzado por otros abordajes y al valorar que esta guerra esté en debate.

lunes, 22 de octubre de 2012

INFANCIA CLANDESTINA - GENOCIDIO, RESISTENCIA, KIRCHNERISMO


La fui a ver el sábado. recién puedo hablar algo hoy lunes y con más dudas que certezas.
No fuimos todos iguales en los ´70, tampoco en la resistencia al genocidio, variaban las miradas, las actitudes, las propuestas, los criterios, las expectativas, las consignas, pero todo lo que muestra la película es nuestra generación, de manera genuina. Sin tamices progrederrotistas,
Es una muestra privilegiada de cómo hasta las derrotas se pueden narrar desde la resistencia, sin aceptar como sentido común o "realismo" el discurso del represor o sus voceros.
Una muestra de cómo los errores se pueden revisar sin esgrimir el diario del lunes apuntando a los que perdieron el rumbo como si alguien, fuera de las Madres, las Abuelas, hubiera acertado por sí solo con su propuesta en esos años.
No estuve de acuerdo con la contraofensiva ni lo estaban mis compañeros de entonces, pero yo estaba detenido y mi problema era el adentro: cómo no ceder aunque pudiera perder todo. Respecto al afuera nadie, que recuerde, tenía algo más claro que esperanzarse con los sabotajes, los paros, la rondas de las Madres, endurecerse en la tristeza con cada secuestro o cada muerte.
Aún hoy me pregunto cómo se vería Argentina, el proceso popular, la dictadura, desde ese otro afuera, el destierro. Siento de todos modos que la pérdida de esos Beto, Charo, Daniel, hizo más largo el camino hacia una democracia valorable. También envalentonó a genocidas que ya en el poder no tenían otro norte que servir a intereses oligárquicos y/o enriquecerse.
Pero nada de los ´70 se puede discutir sin incluir todas las voces de esa familia no tan de ficción, cada uno tiene su parte de verdad, desde el pibe hasta la abuela, pasando por los militantes. Tampoco se puede sin comprender el grado de perversión que alcanzaron los genocidas. No hay para esto último más posibilidad que la experiencia directa. Desde los ideales, la entrega, el amor y la solidaridad con que militamos es imposible prever el mal en esa magnitud.
Todo fue más complejo, más rápido, más brutal que lo esperado. La mayoría de nosotros no tenía en su experiencia más que meses de una democracia para valorar contra años de dictaduras, gobiernos de traición o a lo sumo con cierta honestidad y consecuencia -caso Illia- pero manteniendo la proscripción.
Entonces se puede comprender que cada uno de los personajes tenga su parte de razón y que a la vez no haya forma de unir esas razones en una. A menos que esa unidad se encuentre en el rechazo al genocidio,  sus desvalores, el rechazo a las peores tradiciones oligarcas.
Tal vez la película y el proceso que vivimos se crucen de una manera muy íntima. Las basuras del capitalismo y el imperialismo las vivimos sobradamente desde el ´83, aplastando buenas intenciones, debilitando, corrompiendo, dividiendo. Pero las posibilidades de proponer, sostener y avanzar en un camino mejor para el pueblo, UNA DEMOCRACIA DE REPARACIÓN E INCLUSIÓN, se tardaron un par de décadas.
Creo que este gobierno recoge, sin pudores en el caso de Néstor y Cristina, certezas y contradicciones de los ´70, muchas de las que se sospechan, se dicen o entran por su cuenta en la película.
Es posible que sin la saga victoriosa de estos 9 años no hubieran existido condiciones para que las decisiones, las vivencias, los miedos, las convicciones y confusiones de estos personajes fueran entendidas no como el delirio de algunos sino como parte de una historia de resistencia. No la única, ni la más justa, ni la más eficaz, ni única errada: simplemente la que la historia anterior permitió adoptar a una parte de la militancia que, como otras, puso su cuerpo y su vida al servicio de una vida mejor para todos.
También fueron necesarios los Lula, Chávez, Evo, Correa, Mujica, para abrir las mentes a un abanico de emprendimientos populares, diferentes y complementarios.
E indispensable  que alguien como Benjamín Ávila, que vivió de primera mano destierro, regreso, desaparición, búsqueda de identidad, llegue a madurar su cine en estos tiempos en que su generación va tomando la posta en la sociedad y el Estado. Y que construyera una obra capaz de involucrar a este gran grupo de actores de suerte que al salir del cine uno siente que lleva consigo compañeros y amigos entrañables y enemigos de siempre.
Hace un tiempo alguien que no vale la pena ni nombrar dijo "Me tienen podrido con algo que pasó hace 30 años". Nunca será pasado: ni la fuerza movilizada que nuestro pueblo aún no recupera plenamente, ni los 400 pibes que aún no recuperan su identidad, ni los 30 mil secuestrados - desaparecidos, ni los juicios, ni en las heridas que se reabren a cada momento.
No es algo del pasado. Ante cada contratiempo, sea la 125, el 7D o la Fragata,   resurgen las tensiones que campean en la película.
Pero, tras 29 años de democracia y 9 de acceso masivo del reclamo y las tradiciones populares al Estado, es posible tomar de aquellos años y de "Infancia clandestina" lo que mejor nos expresa: poner nuestra vida al servicio de un mundo que valga la pena ser vivido no sólo es necesario, es el modo en que nuestra propia vida vale la pena.

lunes, 15 de octubre de 2012

Trelew, el fallo, la masacre y otros tiempos de justicia

NO RECUERDO HABER HECHO NADA IMPORTANTE POR ELLOS desde aquella vez, hace cuarenta años, un mes y días. Camino a Avenida La Plata junto a compañeros de la CGT de los Argentinos, de la facultad, también junto a caras nuevas que ya preanunciaban la marea camporista. 
Tristeza, perplejidad  y bronca. Sabíamos que el crimen siempre era posible, estábamos en dictadura y la fuga, aunque parcial, fue un golpe para los militares. Pero una cosa es la explicación y otra el ánimo que llevábamos camino a Avenida La Plata. 
Ahí íbamos -solos o en grupos de a dos o tres para que la cana no nos pare- a dar testimonio y estar junto a familiares, amigos, compañeros, junto a esa hilera de cajones que costaba vincular con los compañeros de Trelew. Pero no esperábamos justicia.
Hoy en la radio, mientras hablábamos del fallo de Trelew, Guido, hijo de Roberto Quieto, nos contaba su bronca por absoluciones y por penas que no tienen aún cumplimiento efectivo. 
Entonces se lo contamos: cuando la tanqueta tiró abajo un pedazo de la pared del local del PJ de Avenida La Plata donde velábamos a los compañeros asesinados y tuvimos que salir a la calle a fajarnos con los motociclistas en medio de la gaseada, nos parecía más posible hacer la revolución en América Latina que llevar a juicio a alguno de los asesinos de Trelew. 
La impunidad era moneda corriente: nadie fue en cana por el bombardeo a la Plaza, nadie por José León Suárez. Nadie por los asesinatos perpetrados por la Liga Patriótica que dirigían los hijos de Mitre y Martínez de Hoz, nadie por el genocidio originario. Nadie por el secuestro de Felipe Vallese, ni por el asesinato del general Valle y sus compañeros. 
Esa era nuestra experiencia, así que aunque teníamos grandes sueños, no entraba en ellos el hacer cumplir la justicia. Igual lo intentábamos. 
Y que lo digan los abogados que trataron de aportar justicia cuando aún los compañeros estaban vivos, Ortega Peña terminó asesinado, Amaya torturado, encarcelado, secuestrado luego junto a Solari Irigoyen, finalmente asesinado
En 1974, dos años después de aquel velatorio, conocí el penal de Rawson por dentro. Hicieron una selección entre los presos políticos de Devoto y nos llevaron al Sur. A algunos por unos días y luego de vuelta a Devoto, a otros por años. Algunos, el Tordito Debenedetti entre ellos, nunca volvieron.
Algunos veteranos contaron historias y anécdotas de los días previos a la fuga, la desazón de no saber qué pasaba con los sobrevivientes, el dolor al conocer sus muertes. Los edificios habían sido renovados, sólo la distribución recordaba al penal de 1972. Nos dolía la memoria de los compañeros, nos comprometía su gesta. Éramos aún optimistas con lo que vendría en el país, pero el juicio a los responsables no se incluía entre nuestros sueños realizables.
Guardo otro momento de Rawson y Trelew en la memoria: un viaje en 2007 junto a familiares y algunos cientos de ex detenidos. Entramos a la cárcel,  recorrimos sus pabellones, cada uno pudo volver a su celda. Al día siguiente fuimos al aeropuerto, que sería declarado centro cultural. Por primera vez, la masacre y la posibilidad de un juicio a los asesinos me sonó como posible. El Estado, en sus autoridades máximas, estaba del lado de la no impunidad.
Hoy, 40 años, un mes y días de aquella masacre en la Base Almirante Zar, hubo un fallo judicial. 
Hay, en primer lugar y siempre, 16 compañeros asesinados;Alejandro Ulla, Ana María Villarreal de Santucho, Carlos Alberto del Rey, Clarisa Lea Place, Eduardo Capello, Humberto Suárez, Humberto Toschi, José Ricardo Mena, Mario Emilio Delfino, Miguel Ángel Polti, Rubén Pedro Bonnet, todos del PRT-ERP. Alfredo Kohon, Carlos Astudillo de FAR. María Angélica Sabelli, Mariano Pujadas, Susana Lesgart, de Montoneros. Lograron sobrevivir, Alberto Miguel Camps, FAR - asesinado en 1977, María Antonia Berger, FAR - Secuestrada en 1979, Ricardo René Haidar, Montoneros - Secuestrado en 1982.
Pero lo juicios se hacen a delincuentes. Hay un prófugo, Bravo, que buenos servicios debe haberle prestado a los yankees. Así que hoy no lo entregan. 
Hay dos absoluciones, Pacagnini y Bautista, que habrá que apelar hasta que se revierta en condena. 
Hay tres condenados, Sosa, Del Real y Marandino, que por no estar en firme su condena seguirán andando nuestras calles y que cuando se confirme tratarán de mandarlos a cumplir en sus casas por viejos. 
Pero hay condena, otra más contra la impunidad. Y la razón es nuestra y estamos haciendo mucho de lo que los compañeros quisieron hacer hasta dar su vida por ello: gobiernos de inclusión, memoria verdad y justicia, unidad latinoamericana, resistencia al imperio, un poco más de felicidad cada día para nuestros pueblos
Veo en los diarios las caras de jóvenes que celebraron las condenas allá en Rawson. Tal vez familiares, tal vez chicos sin más relación que haber recogido las banderas y los sueños de los fusilados. Me digo que el mundo es otro para ellos: la justicia, aunque lenta, contaminada de continuismo y a veces arbitraria, igual les resulta algo posible. Y, me digo con optimismo, eso habrá de permitirles exigir más, mucho más de lo que exigíamos de los jueces en los ´70.. 
No recuerdo haber hecho nada importante por los compañeros fusilados después de aquel día en Avenida La Plata, salvo recordar, hacer conocer, mantener la esperanza. En un momento u otro muchos lo hicieron, de muchas maneras diferentes. Millones. 
Tal vez de eso se alimentan los logros de los pueblos: de persistir, recordar, relatar, pasar la posta hasta que millones la hacen suya. Entonces algunas cosas suceden y otras quedan a nuestro alcance. Eso es la historia.

lunes, 1 de octubre de 2012

Hobsbawm; un militante entre dos siglos

Ha muerto Eric Hobsbawm: Se nos fue un hombre de la revolución, de todas las revoluciones del mundo. 
Fue el mejor historiador del siglo XX y gracias a su longevidad y su tozudez militante, a los 95 años seguía su trabajo de desbrozar el camino para los pueblos, hoy como uno de los mayores críticos de la ofensiva finacierocentrista llamada globalización. 
Su calidad como investigador y analista de la historia fue tan sostenida y contundente que hoy es posible ver obituarios elegiosos para con Hobsbawm en multimedios de la más variada ideología. Una derecha empeñada en olvidar los crímenes sobre los que sustenta su dominio global,  izquierdas que se han empeñado tanto en adaptarse que ya olvidaron el origen de su existencia,  unos y otros encuentran más cómodo el elogio superficial que el cuestionamiento a un nivel que no podrían alcanzar.
Ha muerto un intelectual de verdad, un hombre capaz de rehacerse una y otra vez en base a cuestionar sus convicciones y revisar las experiencias políticas de los pueblos del mundo. Una y otra vez. 
Los avatares de su vida se manifestaron en su producción teórica. Nacido en Alejandría, Egipto, en 1917 año de la revolución de octubre, , de familia judía, vivió luego e Austria y Alemania hasta que la asunción de Hitler impulsó a su familia a Trasladarse a Londres en 1933. 
La saga familiar se cruzó y entrecruzó con diferentes sagas culturales y políticas reunidas en un antifascismo que mantuvo hasta hoy, desde la lucha contra nazis y fascistas hasta la denuncia a los gobiernos que tras la gran guerra vinieron a sustituir a aquellos en la defensa del gran capital. En el Prefacio a su historia del Siglo XX parte de situarse él respecto al siglo "Mi vida coincide con la mayor parte de la época que se estudia en este libro y durante la mayor parte de ella, desde mis primeros años de adolescencia hasta el presente, he tenido conciencia de los asuntos públicos, es decir, he acumulado puntos de vista y prejuicios en mi condición de contemporáneo más que de estudioso".
Lejos de ceder a las tentaciones de una filiación liberal, socialdemócrata o neocomunista, Hobsbawm ancló en el comunismo como identidad irrenunciable a la vez que confrontaba con sus expresiones más autoritarias. 
Su trasplante de Alejandría a Londres vía Viena y Berlín tampoco fue gratuita: una dificultad persistente en comprender los procesos "periféricos" puede encontrarse en muchos de sus textos. Las formas y contenidos impropios del racionalismo europeo que observaba por ejemplo en América Latina, reactivaban sus temores y desconfianzas respecto al fascismo y su movilización de sectores sociales. 
En el Este europeo, el precario vínculo de los comunistas con las sociedades que gobernaban fue explicado por Hobsbawm como fruto de una asunción religiosa de esta ideología por parte de los pueblos, antes que una identidad política. 
Al principio y sólo al principio aunque algunos oportunistas de nuestro país sigan pasándole factura en 2011, los procesos latinoamericanos de post guerra le parecieron rémoras del fascismo. 
En una primera revisión, en su Historia del siglo XX avanza a un rescate de la base popular y la orgánica política aunque aún dude de los liderazgos y su relación con el pueblo. En este texto, Hobsbawm refiere "Lo que tomaron del fascismo europeo los dirigentes latinoamericanos fue la divinización de líderes populistas valorados por su activismo. Pero las masas cuya movilización pretendían y consiguieron, no eran aquellas que temían por lo que pudieran perder sino las que no tenían nada que perder. Y los enemigos contra los cuales las movilizaron no eran extranjeros y grupos marginales (aunque sea innegable el contenido antisemita en los peronistas y en otros grupos políticos argentinos) sino la “oligarquía”, los ricos, la clase dirigente local. El apoyo principal de Perón era la clase obrera y su maquinaria política era una especie de partido obrero organizado en torno del movimiento sindical que él impulsó." Historia del siglo XX, pag 195. 
Pero Hobsbawm no tenía como norte la autojustificación sino la búsqueda de nuevos caminos para los procesos populares. 
Esto le permitió, a partir de aquella primera visión sobre el peronismo como un movimiento ligado al fascismo, avanzar hacia una comprensión mayor que se va ampliando por décadas hasta afirmar en un reportaje publicado en "Globalización, en 2009: "Pero no me pregunte de la Argentina. No sé lo suficiente de su país. Todos me preguntan por el peronismo. Para mí está claro que no puede ser mirado como un movimiento de extrema derecha. Fue un movimiento popular que organizó a los trabajadores y eso quizás explique su permanencia en el tiempo. Ni los socialistas ni los comunistas pudieron establecer una base fuerte en el movimiento sindical". 
Un marxista de toda la vida que permaneció con esta identidad hasta su último aliento, coloca al peronismo en un lugar que reconoce no fue alcanzado casi por ningún movimiento socialista: la continuidad histórica de su lucha, la posibilidad de renovarse en el tiempo en la lucha contra las diferentes variantes del Capital.
Varios artículos coinciden en este recuerdo de un colega: Me dijo que  que deseaba ser recordado como "alguien que no solo mantiene la bandera volando, sino que demostró que al agitarla se puede lograr algo".
Ha muerto Erick Hobsbawm. No hay homenaje que alcance la altura de este compañero .