martes, 31 de octubre de 2023

EL PUEBLO, ORIGEN DE TODO

Un período de división en las referencias políticas, confusión, derrota, la derecha a paso de vencedor.


Pero cuando las referencias recibieron el mensaje, hubo unidad, claridad en los objetivos, triunfo, la derecha implosionando.

La diferencia la hizo una y otra vez el pueblo.

Se podrá decir: 36,6%, jugar a la aritmética, pero aquello de 1+1 no es igual a 2 se inventó para la política. 

Nuestro pueblo somos más de 47 millones y en diferentes momentos una parte diferente del pueblo inicia un movimiento que se va extendiendo a la mayoría. Se fortalece o debilita nuestra posición, resistimos y avanzamos o retrocedemos. 

Todo depende de que las referencias políticas sepan reconocer qué se juega, a qué está dispuesta nuestra gente.

También puede decirse que la derecha se divide y es eso lo que favorece nuestra posición.

Por supuesto, pero esa división no es autónoma. Sucede porque a algunos les cae la ficha de que con la actitud popular planteada no podrían sostenerse, mientras que otros siguen a chocar con el muro social que se afirma.

Extendamos esto al poder económico: se viene un salto de calidad en el desarrollo argentino vía energía, minería y tecnología. 

Quienes manejan fondos en la producción necesitan previsibilidad, poco conflicto, estar seguros de que sus inversiones, bienes y ganancias no corren riesgos. Una parte, que esperaba beneficiarse del caos, se va fraccionando entre quienes desensillan y quienes aceleran en soledad, como el petrolero mileista.

Así que la mayoría se va apartando del estallido que anuncia cada palabra de Milei y anunciaba, antes de su rendición vergonzosa, cada palabra de Bulrrich. 

No faltan por supuesto maniobras para sacar alguna diferencia, algún beneficio nuevo o al menos marcarle a cancha a Massa. Es el capitalismo: no hay más buenos momentos para el pueblo que aquellos en que puede sostener sus derechos. 

Por eso importa el Estado y su manejo. La diferencia se hace cuando el pueblo accede al gobierno. 

Una vez más, sin dejar de lado lo económico, la salida es política: si se recibe el mensaje popular y se actúa en consecuencia, se está creando un entramado de alianzas que mejora la actual correlación de fuerzas. Si además ganamos el 19 de noviembre lo principal será sostener el vínculo pueblo/ referencia política consolidado en las elecciones recientes. 

Nada está resuelto, ni siquiera la elección en segunda vuelta, menos aún la restricción externa, la presión del FMI o las necesidades de los sectores más vulnerables. 

Pero si se sigue el camino encarado tras las PASO, con el oído puesto en el mensaje popular, el futuro estará en disputa.

Mario Burgos, 31/10/2003

viernes, 27 de octubre de 2023

LAS ABERRANTES METÁFORAS DE MILEI

LAS METÁFORAS DE MILEI

Son una de cuestión de moral pública y privada, no un tema de Salud mental.

Me puedo referir a esto ya que no estoy evaluando la salud mental de una persona sin su autorización ni tengo la menor relación profesional con esa persona.

La "metáfora" con pedófilos y pibes en un jardín de infantes, la de estar entre las sábanas de quienes lo critican  en la web, las de destrucción a quien se le oponga expresan una base moral de esta persona.

Ahí si puedo opinar como un ciudadano que está considerando qué tipo de presidente quiere para este país y sus semejantes.

Imaginemos una situación: reunión de cualquiera de nosotros con amigos. Allí, un Milei dice, sin ninguna relación con el tema, lo del pedófilo con los pibes y el jardín. ¿Alguien le sigue el tono y contenido? ¿Alguien agrega una metáfora similar? ¿Alguno de los presentes puede emitir una fase que no sea "te fuiste al pasto"? ¿Dejaríamos a nuestras hijas e hijos a cargo de Milei?

¿Por qué estas dudas?

Porque nosotros, los padres y madres, hermanos, amigos, semejantes, tenemos una moral que prioriza la convivencia, que no naturaliza el abuso, que cuida a los más vulnerables, que considera que las chicas y chicos son de algún modo una riqueza y una responsabilidad para todas y todos.

No sólo no producimos esas metáforas aberrantes que nos convocan a algo oscuro, sucio, repudiable. No las podemos incorporar a nuestro discurso, están fuera del campo de nuestras acciones. Es una parte de aquello que nos hace humanos. 

Pues bien, este candidato a presidente lo dice a los gritos en los medios de comunicación, abiertos a ser escuchados por nuestras chicas y chicos. Nada detiene sus frases abusivas, por el contrario las repite y reafirma sin que nada lo haga siquiera retractarse.

Por eso, la pregunta no es si Milei podría gobernar como presidente sino qué haría con semejante poder alguien tan inmoral.

¿Qué podríamos esperar de un presidente que nos gobierne con esos parámetros? ¿Qué límite puede tener frente a leyes, reglamentos, disposiciones, si no es capaz de tenerlos ante leyes que son previas a cualquier constitución y son las que constituyeron nuestra humanidad misma?

No se encuentra otro antecedente de ese grado de perversión en nuestra historia democratica, salvo en las irrupciones  dictatoriales que ejecutaban su inmoralidad, pero aún teniendo la impunidad de las armas trataban de ocultarla en sus decires.

Esto no es un dato aislado, es una prueba del tipo de personas que mayoritariamente somos, fuimos y queremos ser como sociedad en democracia.

Forma parte de nuestra genética y estoy seguro que la próxima votación vamos a refrendarla.