lunes, 24 de marzo de 2014

Otro 24 de marzo y esa inquietud eterna

Otra vez sin ganas de irme a dormir mientras se viene la mañana del 24 de marzo, ya en 2014, a 38 años del golpe, les digo buen día a todas y todos.
Ayer, como cada año festejamos en familia el cumpleaños de Alexis, mi sobrino mayor, el que conocí a través de un vidrio de la mano de mi hermano, en las visitas en la cárcel de La Plata. Este año fue padre de Lola. Me cuenta después que con Érica se caían de sueño y Lola seguía despierta, los ojos ben abiertos, manos y piernas en movimiento, esa excitación que provoca en una bebé de un mes y días un festejo familiar. 
No es la misma, pero siento algo de esa excitación de Lola al verificar que tras el paso de otro año, sigo con toda  la esperanza, las las ganas de que el mundo sea mejor y con la mejor disposición a hacer algo por ello.
Tal vez sea la inquietud que surge al querer compartir con tantos compañeros de la vida este momento y saber que esos compañeros ya no están, que no conocieron a los que vinieron después de ellos, que ni siquiera llegaron a ver cómo comenzaban a ser revindicadas sus vidas y cómo se empezó a condenar a quienes las segaron para siempre.
Pienso en el Negro Honores, en Analía y Manuel, en Marito y Ana, en Guillermo Barros, el Chacho Camilion, Valentín, la Gordota, Susana, Tito, el Fedayín. Pienso en los compañeros asesinados en Margarita Belén. Pienso en  los que asesinaron en Trelew y velamos aquel día en que la tanqueta entró derribando una pared en Avenida La Plata y a pesar de ello nos sentíamos tan fuertes que entre el polvo y los gases queríamos seguir. Y de hecho seguimos. Pienso en los que nunca conocí, en los que vi en la fotos cada año, en quienes murieron sin que nadie sobreviva para recordarlos. 
Pienso que no alcanzarían estas redes  virtuales de hoy para contar sobre cada uno de ellos, sus sueños, su solidaridad de siempre, esa obcecada persistencia en levantarse y seguir luego de cada caída.
Tal vez baste con decir que todo lo que pasó en esta década, ya sea en lo que hace a la inclusión, la ampliación de derechos, la soberanía, la reparación social, los lazos regionales, todo encuentra su embrión en el proceso popular que vino a interrumpir el golpe del 76. Todo se vaía fermentar en aquellos años.
Me digo, siempre lo supe pero vinieron a confirmarlo estos últimos  diez años, que nunca se trató de irracionalidad, de falta de inteligencia, de nada inexplicable. Los asesinatos, las torturas, los secuestros, la persecución y el encierro no fueron un salto al vacío de un grupo de milicos y empresarios al que se sumó lo peor de algunos sectores. No fue estupidez ni falta de miras, todo lo contrario: nuestra generación era tan poderosa en su utopía. Eran tan grandes nuestros sueños y tanta la voluntad de cumplirlos de modo colectivo que sólo el genocidio podía venir a postergar se realización.
Como cada noche previa al 24 desde el 2003, me digo que quienes sobrevivimos tenemos una chance que pocas veces han tenido otras generaciones de cambio en otras geografías y otros momentos de la historia: una segunda oportunidad. Hemos conocido, nuestro pueblo ha pasado por la derrota en toda su dimensión de pérdida y a pesar de ello la utopía sigue allá en el horizonte, supo renacer de nosotros mismos, entre la mediocridad de quienes quisieron y aún quieren dejar todo en el olvido, supo arrinconar a los genocidas, supo abrirse paso cuando parecía que ya no quedaba más futuro que un país en ruinas, con nuestras gentes vagando entre la decepción y el resentimiento. 
Por un momento se me ensucian los recuerdos con la imagen de Menéndez o Bussi, sus voces reclamando en los juicios "¿cuándo se ha vista que los derrotados juzguen e los vencedores?". Me repito "NUNCA", los derrotados son ellos, hemos sobrevivido a pesar de todo lo perdido, son nuestros valores los que los llevaron a juicio y a la cárcel, los que los sumieron en el repudio.
Una segunda oportunidad no sólo en el terreno de las ideas, de lo colectivo, también en el íntimo de ver que muchos de nuestros hijos han  ido eligiendo el mismo camino, aún a sabiendas de las dificultades que eso entraña. ¿Qué mayor segunda oportunidad que encontrarte compartiendo sueños con tus hijos?
Tal vez sea que un poco de la reparación nos alcanza a cada uno, pero ya no extraño a quienes no sobrevivieron con la desazón de los primeros años.
Por momentos dialogo en mi imaginación con Manuel y le pregunto si esperaba que tal o cual problema se resolviera del modo que lo hizo el gobierno, si alguna vez esperó que nuestros pueblos alumbraran un Chávez, un Lula. Por momentos me pregunto qué hubiera propuesto Valentín ante alguna de las dificultades que enfrentamos estos años.  Por momento he visto en el gesto de un hijo o una hija recuperados un gesto habitual de su madre o su padre. Por momentos he visto en la mirada de Néstor y Cristina, en algunas de sus frases y convicciones, en su también obcecada persistencia, el fuego que nos animaba en aquellos años, el que nos anima todavía.
Me digo que no es poca razón para celebrar otro 24 y renovar el compromiso.

Nos vemos en la Plaza, en Espacio de la ´Memoria, tal vez en el intervalo, en algún boliche, frente a un café o una cerveza, disfrutando esa extraña sensación de volver a estar entre amigos que muchos volvimos a sentir desde 2003.

sábado, 22 de marzo de 2014

DOCENTES: EL PARO SIN FIN

Sé que esto va a enojar a muchos amigos pero es preciso hacer estas preguntas y responderlas sin gambetas ni suspicacias. A dos días del 24 de marzo, cuando la esperanza para los pueblos del mundo está recluida a unos pocos países de América del Sur y el imperialismo gira su mirada hacia esta región y despliega  sus acciones para que dejemos de ser un mal ejemplo, cada iniciativa popular –gremial, social, de gobierno- debe ser medida en relación a cuánto nos fortalece para aquella gran disputa, cuánto permite consolidar la unidad popular, la institucionalidad, la legalidad y la democracia. Cuánto aporta de ese modo a alejar  a los sectores más retrógrados de su objetivo de recuperar el gobierno nacional –vía Massa, Macri o quien inventen- para embarcarnos en el ajuste y el sometimiento a las políticas imperiales.
También importa cuánto fortalece o debilita el tomar una medida a sindicatos que son símbolo de resistencia y honestidad de objetivos.
Soy maestro por formación,  ejercí la docencia antes de mi actual profesión y entre los compañeros que hoy llevan adelante la lucha hay muchos que conocí en las luchas contra el menemismo, otros en las cárceles de la dictadura. 
Por eso, para preguntar, no voy a hablar de los padres ni los pibes, sólo de cuánto influye una medida  en la correlación de fuerzas entre quienes vamos por la inclusión y los que vienen por el retorno de la exclusión.
-¿Un paro por tiempo indeterminado como primera medida en un conflicto gremial? ¿Cuál sería la subsiguiente si no alcanzara? ¿A dónde llevaría el conflicto y la situación general esa medida no explicitada?
- ¿Un paro por tiempo indeterminado contra un gobierno democrático, a tres meses de los alzamientos policiales, a dos de la megacorrida cambiaria provocada por agroexportadores y financistas pero justificada por la mayoría de la oposición, en particular el moyanismo?
- ¿Un paro por tiempo indeterminado contra los que maximizan ganancias aumentando precios? ¿No? ¿Entonces? ¿Contra el gobierno que lanza los precios cuidados y arremete contra los aumentos?
- ¿Un paro por tiempo indeterminado cuando es la medida preferida del moyanismo –bien que como amenaza- en su objetivo de desestabilizar todo, ya que con votos nada?
- ¿Qué la conciliación obligatoria “se la metan en los escritorios”?  ¿Estamos en contra de esa figura legal que nos permitió en innumerables conflictos mandar para atrás despidos masivos, vaciamientos y otras maniobras empresariales?  Si estamos en contra ¿no hay que buscar consenso, obtener apoyo mayoritario, ir por la reforma de la ley?
- ¿Tiempo indeterminado cuando la diferencia porcentual en cuanto a salario es menos de 5%? Ah ¿Es por la situación edilicia de escuelas, condiciones de trabajo, etc.?¿Entonces? Cualquiera de esas cuestiones lleva meses, cuando no años, para resolverlas. ¿Seguirá el paro por meses?
- ¿Un paro contra las aulas módulo, la aulas container, los 8000 pibes fuera de matrícula en Capital? Ah ¿En Capital no hay paro? ¿Tampoco en Córdoba?
- ¿Amenazar con que “los vamos a buscar” a funcionarios que hacen lo que se espera de la patronal en una negociación salarial – tratar de aumentar menos- frente a lo que hacemos lo que se espera del representante de trabajador: exigir más?

- ¿Que “los vamos a buscar”? ¿No reservábamos los militantes populares esa frase para los genocidas, los que vaciaron el país, los corruptos? 

domingo, 9 de marzo de 2014

el insoportable final de True detective

Hace un rato terminó el último episodio de "True Detective". 
Es insoportable que termine como debía, con homenajes a la novela negra (pierden los pichis, zafan los privilegiados, nadie gana), un poco de, homenaje a Hammet, otro a Mac Donald. Un poco también a Faulkner, es decir a un dios posible. 
Hubo la clásica de los compañeros no elegidos que pasan de no soportarse a una relación indestructible. La también clásica de los que al ganar se ven derrotados, pero más que por el resultado obtenido son derrotados por la vida.
Y lo mejor, que a pesar de resolverse algo, casi todo queda en el misterio, hasta la posibilidad de que haya un sustento sobrenatural para las prácticas sectarias del Sur de los EEUU, donde la cultura esclavista, capaz de hacerle hasta lo indecible a cualquier humano en su corporeidad, se cruza con el objetivo no menos mesiánico de alcanzar la eternidad, paradójicamente a través de una visión perversa, blanca y protestante de viejos atavismos africanos. 
Claro que los estadounidenses no tienen la exclusividad de tales pesadillas Basta recordar las leyendas que circulaban sobre Stroessner, sobre Franco. Se decía que se lavaban con sangre de pibes para alargar la vida de esa deteriorada vejez que vino a premiar sus hazañas. En un punto, el opresor se encuentra con su vacío y la trascendencia, aunque bañada ne sangre, se le aparece como un escape.
Al final no le faltó violencia. Poca si se piensa en un culto basado en sacrificios de pibes, ex policías metiéndose con exitosos pastores mediáticos y no menos exitosos funcionarios.
Y esos diálogos. 
Martin: "No me gusta ser juzgado, menos por vos." 
Rust "Como ser pensante , por ilusorias que sean nuestras identidades, las fabricamos basados en juicios de valor. Todos juzgan todo el tiempo. Si tienes problemas con eso, vives en forma erronea".
Martin: "¿Qué es "SER PENSANTE?"
Los EEUU siguen marcando el límite de una cultura sin esperanza: hay aún quien busca, pero para hacerlo a para despertar interés en otros debe ahondar en lo peor del ser humano. Pero el guionista y director Pizzolato se permite no caer en lo obsceno: no abunda en escenas e imágenes terribles, las sugiere mostrando los rostros y reacciones de los personajes al ver ellos lo que no vemos los espectadores.
Está todo tan donde debe y en la medida correcta que es insoportable que termine, que no lleguen a más aunque se sabe que con esa cana y en ese país ya sobrevivir es mucho. 
Pero sobre todo, aunque sé que es ficción, no me conforma que ya no habrá un momento la semana que viene en el que yo vaya a preguntarme ¿con qué van a salir hoy estos tipos?