domingo, 18 de abril de 2021

COVID19, democracias y autocuidado

En el artículo publicado en Pagina12  "El arma oculta del lejano Oriente contra la COVID", Julián  Varsavsky asimila el confucianismo a la impronta colectiva y el autocuidado de las sociedades de China, Japón  y  Corea del Sur, bien que diferenciando el verticalismo de China respecto a los "regímenes más blandos" de las otras dos.  Arriesga incluso que "una China democratica a la manera occidental" (¿EEUU, Brasil, España, Chile, Francia?) "quizá hubiera dominado igual a la pandemia".
Colectivismo, democracia, confusianismo y autocuidado quedan a la discusión en este texto.
La raíz colectiva de China es muy previa y muy posterior a Confucio. Si se quiere, Confucio es un compilador tardío del pensamiento que generó la sociedad asiática por riego como Herodoto o Aristóteles lo fueron respecto al nacimiento del individualismo.
Confucio vino muy bien, tanto como los intentos de democracia formal de principios del siglo XX con que convivieron, para que Mao y su gente conciliaran el marxismo con Confucio. 
La herencia actual que disfruta el PC Chino puede equipararse tanto a lo positivo de su historia como a su adaptación al mercado bajo regimen verticalista, tal como resulta para el pueblo ruso la impronta de Putin. 
Para quienes conocimos Japón y tenemos referencia directa de Corea, todos los rasgos de la sociedad japonesa muestran una síntesis confuciano-modernista de puro sometimiento social y hasta anímico, generada entre la tradición imperial, el fascismo también  industrialista y criminal  de principios del siglo XX y la "derrota asistida" por EEUU en la segunda guerra.
En célebre entrevista, Neustadt pregunta a Ubaldini "en Japón los trabajadores tienen como medida de fuerza producir más. ¿Por qué no hacen eso acá?".
Miles y miles de gremialistas, militantes, cientistas sociales, esperando la respuesta de Ubaldini que al fin llegó: "¿Qué quiere Neustadt? Son japoneses".
En su intuición, Ubaldini, sin atisbo de discriminación, percibía cómo  la gran patronal monopólica anidaba en esa "costumbre laboral". Formas implantadas a sangre y fuego desde el fascismo japonés hasta la reconversión generada por EEUU, pasando por Hiroshima y la impronta que tan bien muestra Kuroshawa en "Rapsodia en agosto" (todo es Hiroshima y Nagasaky, pero la familia que vive en Japón se prohibe cualquier mención a este genocidio cuando envían cartas a sus pacientes en EEUU).
El rescate confucianista del colectivismo subordinado al que logran los monopolios coreanos gracias al gobierno militar que dejó y apoyó el gobierno de EEUU tras el acuerdo de paz que concluyó su invasión con Corea dividida en dos.
No hay un solo colectivismo como no hay una sola democracia.
El valor de esta se mide por la participación y derechos ganados por el pueblo y ejercidos de modo activo. Otra definición: " la inclusión de los excluidos en la cosa politica" (Zizek).
Lejos de ser ejemplos de democracia que pueden oponerse a colectivismos cuestionables, Corea del Sur y Japón son tan expresivos de las derrotas y sufrimientos de sus pueblos, confucianismo o no, como nuestro pueblo es sus formas resistentes, tributarias del colectivismo precolombino, la conjunción de razas promovida por los primeros patriotas y sepultada por el genocidio originario, la impronta libertaria marxista y anarquista llegada con la inmigración, la síntesis que produjera el peronismo.
Hay una forma de lograr sociedades prolijas superordenadas y previsibles: derrotar al pueblo de modo tal que solo se baile lo que el poder decide. En países donde los pueblos están en plena resistencia la mayoría de las "desprolijidades" surgen la confrontación contra ese disciplinamiento. En nuestro caso, casa día va quedando más  claro que la promoción  del COVID19 a despecho de las consecuencias sanitarias obedece más a la acción de la derecha y la presión monopólico oligárquica que a "la cultura argentina", latina o como se la llame. 
Por supuesto la resistencia no bastó para lograr una actitud única contra el COVID 19, como no bastó para terminar con el poder neoliberal.
Pero las calles de este fin de semana muestran de modo palpable quienes somos mayoría.
Mario Burgos, Ezeiza, 18 de abril de 2021

lunes, 5 de abril de 2021

SEGUNDA OLA: NO HAY MISTERIOS

 SEGUNDA OLA: NO HAY MISTERIOS

No alegra haberlo previsto, haber reclamado con la Asamblea Permanente por el Derecho a la Salud en CABA que no se tome la decisión que hoy nos lleva a 14/ 16 mil contagios diarios de COVID19.

Los descuidos, la circulación obligada, boliches y fiestas venían sumando 3/4000 contagios diarios.

¿Qué cambió? ¿Que hecho masivo se produjo hace 40 o 50 días y tuvo continuidad para iniciar  este desastre y multiplicar los casos?: LAS CLASES PRESENCIALES

En CABA arrojan más de un millón de personas a la circulación en transportes atestados (*) o simplemente en el malón de las puertas de las escuelas. Esto no sólo afecta a estas personas que se suman a la circulación sino también a las que ya vienen circulando. Codo a codo en los andenes de subtes, trenes, ómnibus, que encima reducen sus frecuencias alargando el tiempo de espera y de cercanía física obligada.

En el país las clases presenciales agregan 12 millones a la circulación ya instalada, casi la mitad en Provincia de Buenos Aires.

Sin iniciar las clases presenciales hubiéramos terminado marzo con 5 /6000 contagios diarios ya que aún no llegaba el frío, luego no había conviencia obligada en ambientes cerrados.


Pero llegamos a 16000 antes de frío. Viendo la movida de pascua ya se puede anticipar que lejos de mejorar va a empeorar. ¿Cómo bajarlo? Cerrar escuelas y garantizar wifi y tablets a las y los pibes para volver a las virtuales con todas y todos, cerrar fronteras, cortarla con los viajes al exterior y las movidas turísticas tipo semana santa. Son todas medidas de gobierno. Las epidemias se contienen desde decisiones de gobierno.

Por supuesto que uno a una tenemos que cuidarnos, pero si no se para la mano tomando medidas masivas que reduzcan la circulación no vamos a parar el ascenso de contagios y muertes.

MARIO BURGOS, 02/04/2021

COVID19, PRODUCCIÓN, SUSTENTO, RECREACIÓN Y ESCOLARIDAD. ¿QUÉ RESTRINGIR?

La circulación de millones de personas puede agruparse en cuatro áreas. Productiva, de subsistencis, de recreación y educativas. 

No se puede dejar de producir ni brindar asistencia porque moriríamos de hambre o de frío, de falta de acceso a la salud, medicación,  etc. 

No se puede impedir que las personas salgan a procurarse su sustento. Menos en la situación de crisis extendida que crea la pandemia.

Entonces: ¿en que áreas se puede restringir la circulación, digamos, hasta que haya una gran mayoría vacunada? Setiembre/ octubre, por ejemplo.

Recreación. Llevar a la mitad de personas circulando en bares, fiestas, turismo interno, nos daría, a lo que arrojaban los números en febrero, de mil a dos mil contagios detectados diarios menos por día. 

Considerado el salto que siguió al retorno a las clases presenciales, volver a las clases virtuales garantizando acceso a Internet y tablets para todas y todos los alumnos, daría una baja mínima de 5000 o más. 

¿Por qué no habría una baja más cercana al incremento que provocaron las presenciales?

Porque ya está circulando un número mucho mayor de personas infectadas. 

Si se miran los gráficos de desarrollo de la pandemia desde marzo de 2020, se ve que a ascensos rápidos y grandes los sucede una baja menor y mucho más lenta. 

Si no se vuelve a las virtuales y se restringe la recreación, si no se garantiza una frecuencia de transporte que ponga a protocolo el desplazamiento a trabajar y si no se cierran las fronteras a todo lo que no sea insumo al menos por un mes corremos riesgo de salir de abril con 30/40000 casos, los servicios de salud y sus trabajadoras y trabajadores cerca del colapso. 

Y con 30 o 40000, suponiendo que venga una baja, no pasaremos a 20000 en días. Por el contrario, veremos en muchos más días mantenerse esa cifra y su correlato de muertes.

Está de moda poner toda la carga de la pandemia en las y los descuidados, irresponsables, etc. 

Por supuesto que si todas y todos nos cuidaramos habría menos contagios. Pero no se puede esperar que la vida de millones dependa de una franja no resoinsable ( Resnik con buen tino la calculó en un diez por ciento de la poblacion. Más pesimistas, pongamos un 20%). 

Es un pensamiento paradojal y mágico el esperar que sean los irresponsables los que resuelvan este problema a los millones que circulan y conviven con esa situación. Es tan mágico como el de pretender que el virus no existe o que los muertos son números.

Supongamos infectado el miembro de una familia en que hay escolaridad. Este persona circula hacia y desde la escuela. Si es el alumno, una vez de ida, otra de vuelta. Si es el familiar dos veces de ida y dos de vuelta. Uno u otro tendrá cercanía baja caminando o tendrá alta cercanía en transporte público. Tendrán  cercanía relativa en la puerta de la escuela. 

Pongamos que mientras no llega el frío también sea relativa la cercanía  dentro de la escuela. 

Basta que la rutina posibilite algún descuido -los seres humanos apenas logramos no tenerlo descuidos gracias a protocolos y entrenamiento no más allá de nuestros empleos-  para que alguien se contagie sin tener el menor vínculo con la persona infectada. Por ejemplo en el transporte o la calle. 

El nuevo huésped lleva el virus a su casa. 

Si resulta asintomático seguirá el proceso de contagios hasta que al fin alguien tenga síntomas y comience el rastreo inverso.  ¿Cuántas personas a partir de esa persona infectada inicial? Imposible saberlo. Lo que sí es posible pensar es que ninguno de las que recibió el virus podrá llegar al huésped de origen. 

Volviendo a la escuela, la misma persona pudo hacer circular el virus entre alumnos, docentes y no docentes hasta que alguien resulte sintomático. Tofos ellos no estaban vinculados fisicamentr hasta que comenzaron las clases presenciales. Las burbujas se rompen silenciosamente.

Se detectan casos, protocolo de aislamiento, tal vez cierre de la escuela, etc., pero los contagios ya se produjeron y tendrán igual o mayor circulación del virus que los contagios de no vinculados.

Persistir en las clases presenciales es decidir que 12 millones de personas en el país sigan generando este circuito, volver a las virtuales lo detiene.

La multitud de contagios se hace disminuir o se promueve desde decisiones masivas, las que sólo puede tomar el Estado, los gobiernos

MARIO BURGOS, 3/04/2021