domingo, 16 de julio de 2017

NISSAN RENAULT Y SMATA: AVANZAR HACIA EL PASADO

LOS TRABAJADORES: ¿VISTE?
Cada tanto vuelven a aparecer seudointelectuales para pontificar sobre nuevos actores que vendrían a ocupar el lugar, al parecer equivocado y anacrónico, que Marx, Mandela, Fidel y Perón, entre otros, le asignaran a la clase obrera como generadora de riqueza, transformadora de la realidad, sostén de democracia y soberanía.
Cuatro cuestiones que la oligarquía y corporaciones no pueden aceptar ni permitir que prosperen.
Por eso, a diferencia de muchos progresistas, incluso compañeros, la batalla central que se ha planteado este gobierno y ofrece a las multinacionales.
Incluso los "privilegiados" informáticos, científicos, profesionales, que podrán despegarse un poco de la plebe manual mientras haya una relativa prosperidad, pero quedan tan colgados del pincel como un trabajador textil apenas el país vuelve a ser gobernado como factoría del imperialismo.
Cristina en Atucha o Cueroflex nos señala una realidad que no podemos perder de vista: Hay que construir el Frente sin perder de vista que los trabajadores siguen siendo actor central.
El articulo de Dardo Castro alumbra un plano semioculto de la ofensiva neoliberal, las decisiones que encuadran hacia el pasado a millones de trabajadores mientras represiones como las de PEPSICO disuaden de resistir.
nales es la de someter a nuestra clase obrera, suprimir derechos adquiridos con solidaridad, sangre y persistencia y reducirla a lo que puede verse en muchos países centrales y la mayoria de los periféricos: productores individualizados, de uno en uno, marchando apiñados en trenes, metrobuses y subtes a cumplir, mas apiñados y devaluados, la colectiva tarea de producir como parte de una maquinaria.

AQUÏ EL QUE NO CORRE VUELA, por Dardo Castro
Si la condena a prisión por 9 años que el juez Moro le asestó a Lula despierta la envidia de todos los que querrían que Bonadío meta presa de una buena vez a CFK, la reforma laboral aprobada recientemente por el Congreso de Brasil ha transformado a este país en el modelo a seguir para el gobierno argentino y la coalición patronal y mediática que lo sostiene. Las grandes empresas de radicación local reclaman medidas similares para no perder competitividad con nuestro principal socio en el Mercosur, en tanto que el coro de economistas neoliberales y los CEOS de las consultoras financieras y los fondos de inversión reclaman poner fin al déficit fiscal, como pretende hacerlo el gobierno brasileño con la ley que congeló la inversión pública por 20 años. Temer y su pandilla de depredadores también van por las jubilaciones con un proyecto de reforma que, por ahora, se halla estancado en el parlamento a la espera de que se disipe la nube tóxica que desparramó el Lava Jato.
Mirando a Brasil, aquí en la Argentina de Macri ya se han puesto en marcha cambios decisivos en los regímenes laborales para “mejorar la competitividad” con nuestro vecino. Ayer Página 12 informó sobre el pliego de “iniciativas” que las terminales automotrices de ADEFA consideran imprescindible para alcanzar la producción de un millón de vehículos en 2023.

Así, en la nota “Las terminales le presentaron al Gobierno un duro plan de flexibilización laboral”, publicada ayer viernes, leemos:
“La larga lista de propuestas incluye la reducción de costos logísticos y de los principales insumos, baja de impuestos, incentivos para ganar mercados y planes de capacitación. Pero antes que nada aparece la “fase 1” de “mejora de la competitividad mediante el aumento de la productividad y reduciendo el costo laboral”, cuyos resultados concretos se esperan para este año. Incluye temas como el desarrollo de polivalencia entre puestos, flexibilidad en la contratación de personal temporario o eventual, desarrollar un marco de tercerización de actividades y que el tiempo de comedor no integre la jornada de trabajo. Las empresas profundizan sus usuales exigencias porque saben que tienen buena recepción en el Gobierno. También el contexto regional sopla a su favor: en Brasil se acaba de sancionar una reforma laboral que anula derechos básicos de los trabajadores.
En el capítulo de “acuerdo con el sindicato”, las empresas proponen “definir un objetivo de ausentismo del 3 por ciento mejorando el control interno” y la “aplicación de metodologías que aumenten la productividad”, como la “medición de tiempos”. Buscan el “aumento del nivel de saturación –redoble de la intensidad de trabajo–”, la “adecuación de actuación gremial (cantidad de horas, cantidad de delegados, micro conflictividad)”.
El segundo capítulo es el de “cambios en el convenio colectivo”.
En este punto, las empresas quieren “la subdivisión del convenio colectivo por servicios” y “permitir el desarrollo de polivalencia entre puestos de trabajo y áreas”. Otro renglón remite a “la revisión de incentivos, premios y bonos en relación a cumplimientos de objetivos de calidad, productividad y ausentismo” e “incorporar un nivel de ingreso con menor salario por el período de adecuación correspondiente”. Las terminales quieren que el “tiempo de comedor no integre la jornada de trabajo” e implementar “banco de horas acumuladas en paradas/suspensiones para compensar horas extra”. Las automotrices hace tiempo que vienen presionando para no pagar por el tiempo de almuerzo y ahora buscan dejarlo establecido formalmente.
En el capítulo de “cambios de legislación” se destaca la idea de “reducción de cargas sociales” y la búsqueda de una “mayor flexibilidad en la contratación de personal temporario o eventual”. Las firmas automotrices quieren “desarrollar un marco de tercerización de actividades” y la “revisión de la ley de contrato de trabajo, que permita disminuir las contingencias legales”. Por último, las empresas buscan avanzar en los “incentivos para el desarrollo de convenios de pasantías”
PERO LO PEOR es que algunas de estas medidas ya fueron acordadas entre la automotriz Nissan y el sindicato de los mecánicos, SMATA. A continuación, parte de una entrevista que publicó hoy La Nación con el presidente de Nissan Argentina, Diego Vignatti, quien afirma que las condiciones para exportar fuera de Brasil “hoy no son óptimas. Hay que mejorar desde todos los ángulos, gremial, de procesos, de infraestructura, de logística. El gobierno nacional entiende y nosotros también entendemos las restricciones políticas y económicas para avanzar en la velocidad que quisiéramos, pero hay que hacer reformas porque no estamos solos. Brasil acaba de aprobar una reforma laboral que le dará mayor competitividad a su industria.”

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