domingo, 3 de noviembre de 2019

Fiesta del Día de los Muertos: Universidad de Córdoba.

Comenzó hace cinco años a propósito de homenajear a una estudiante de Artes que había fallecido unos días antes. Sus compañeros lo organizaron de modo abierto y, me cuenta Ana Mohaded, amiga, compañera, hermana de la vida y decana de la Facultad de Artes, "yo me llevé las fotos de mis muertos, nuestros compañeros". Y esa noche fueron multitud quienes llevaban sus propias fotos y recuerdos.
Fiesta de los muertos hoy. Caminamos con Ceci entre carteles, rostros que vuelven de pasado, guirnaldas, grupos celebrando sus pérdidas y su sobrevivencia. 
Córdoba resonó hace unos días por el 63% de Macri en las presidenciales. Antes por el peronismo desperonizado de Schiaretti. 
También se ocupó de Córdoba Graciela Bialet, en su artículo La Córdoba insular,  del 29 de octubre en Página 12. Frente al mote extendido de "gorilandía", Graciela rescata de la memoria un hecho que debiera presidir toda referencia a Córdoba Capital: junto a CABA son las ciudades donde "funcionaron los centros clandestinos  más monstruosos".  
Y acá tenemos hoy a una multitud de jóvenes, familias con chicos, estudiantes y no, cordobeses y no, sacando a superficie lo sepultado. 
Unos con sus propios recuerdos para con tiernas abuelas, madres, junto a quienes traen a cuenta militantes secuestrados y asesinados, travestis, mujeres víctimas de femicidio, pibes también asesinados por el mal llamado gatillo fácil.   
"El cuerpo ha pasado", reza un corazón de papel entre telas. 
Pasa el cuerpo, pero quedan sus caricias, sus palabras, su sombra junto a la nuestra, sus palabras resonando entre las nuestras y más allá de ellas. 
Pasa el cuerpo pero su ausencia lastimada sostiene también el terror imposible, el que fue más allá de lo que se pudo entender, de soportar, de aceptar,  el terror que desde ese lugar que no podemos frecuentar nos dice "no" antes que lo podamos intentar, nos oscurece caminos y nos abre endijas sólo hacia lo que se malconstruye desde el olvido, la impunidad y la injusticia. 
"El cuerpo ha pasado". Pero su destrucción queda en lo que alimenta el quehacer de todos, ese "no" presente que cierra caminos, aísla, justifica rechazos y abre abismos. 
Fiesta del día de los muertos. 
Tal vez un modo, otro modo, de tender un puente entre los imposibles que habitan las capitales más golpeadas por el genocidio y el país que se fue sobreponiendo pero no tanto como para entender a quienes aun les cuesta levantarse. 
La resistencia es un proceso, no un momento. En la sociedad ese proceso se mide por épocas.
Un lugar para tener en cuenta al momento de preguntarnos de verdad por qué alguien no vota como nosotros. 
Sin culparlo, sin estigmatizarlo, sin hacer lo que hicieron los que rompieron el pueblo en dos y ahora trabajan para que no volvamos a juntarlo.
Estamos volviendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario