martes, 24 de marzo de 2020

ESTADO CRIMINAL Y CORONAVIRUS

Vale buscar este reportaje de C5N a Victoria Moreno, médica Argentina residente en Nueva York, quien está en cuarentena tras infectarse con covid19, al igual que su esposo y sus pequeñas hijas.
"Estábamos recibiendo personas con malestares y pensábamos que era gripe. Pero llegaba muy tarde y no según lo habitual. Con el tiempo comenzamos a pensar que era coronavirus y a decirle a la gente que se quede en su casa. Hay muchísimos trabajadores de salud infectados, no se da abasto. (...) Una de las primeras infectadas fue la señora de la recepción". (Obvio que atendía sin barbijo o máscara, nadie pensó en proveérselo).
Mucho de lo que hoy se presenta como crecimiento acelerado del covid19 en EEUU (el alcalde de NY dice que "va en tren bala"), fue epidemia encubierta, es consecuencia de las políticas de Estado de Trump a la hora de afrontarla, no registrar su ingreso y progresión y, sobre todo, no fijar protocolos para los trabajadores de salud y proveerlos de lo necesario para cuidar y cuidarse. La infección circuló por los servicios de salud, pasó de pacientes a trabajadores de salud, de ellos a otros pacientes y a sus hogares.
Mientras Trump y su gente minimizaban el curso y la virulencia, valga la redundancia, de la pandemia, el coronavirus alcanzaba masa crítica para hacerse presente en miles y algo operó para que no le llegara al presidente ni a la sociedad el alerta y la alarma desde el espacio de salud (hospitales, clínicas, profesionales).

Nunca hay "Estado ausente", menos el de los EEUU, gendarme del mundo y de su propio territorio, sostenido en la articulación de la burocracia política con el poderoso complejo militar farmacéutico. Si este Estado, el más paranoico y agresivo de la historia dice en la voz de su presidente que no hay amenaza biológica, hasta las personas que por su profesión tendrían que haber actuado quedan entrampadas en su lógica.
Nada de Estado ausente: Hay Estados con algún interés en promover soberanía, bienestar y salud para sus pueblos, hay Estados que trabajan para otros intereses. En los EEUU, una sociedad acostumbrada a responder al mandato de Estado, trabajadores con poca organicidad gremial y política, la poca incidencia de la voz social en las políticas de gobierno, remataron en la acción de un Estado negador, principal responsable de la expansión de la epidemia, su morbilidad y la muertes, así como de la falta de recursos ante una catástrofe que aún no alcanzó su punto más destructivo.
No nos bajemos el precio diciendo que la pandemia llegó a Argentina después de extenderse por otros países. 

Sí, llegó después, pero a un país que recupera el Estado para el pueblo y encuentra que todos los recursos, incluida su incidencia en las conductas sociales y profesionales, se van poniendo a disposición de proteger la salud y las vidas de toda nuestra población.

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