Ser de izquierda es luchar junto a las
mayorías por incluir a todos en la cosa pública, en la propiedad, en el
protagonismo social, político y cultural. A todos, en particular a los excluidos. Junto a las mayorías, no en lugar de ellas, como intentan el PO, la falsa
CTA y varios de quienes se llaman a sí mismos "izquierda".
En algún
momento pareció simplemente jacobinismo, esto es suponerse intérprete,
motivo y ejecutor legítimo, aún contra la opinión mayoritaria, de lo que
la sociedad necesitaría.
En otro momento pareció simplemente cretinismo
parlamentario, esto es, suponer que los cambios devienen, no de la
correlación de fuerzas y del empoderamiento de las mayorías populares,
sino de declamarlos y criticar que no se legislen.
Alguna vez pareció
que trasladaban a nuestro país ideas nacidas en otras culturas y
realidades, aunque cualquiera con un poco de interés en la historia
puede saber -por ej.- que Trotsky apoyó a Lázaro Cárdenas (nacionalista
burgués diría Altamira), cuando el presidente mejicano nacionalizó el
petróleo.
Habida cuenta del sacrificio y la entrega del pibe y militante Mariano
Ferreyra, uno hasta puede creer que en cualquier lugar que prospere
militancia germina una semilla de cambio, de humanidad, no importa los errores que contenga.
La quema de los
muñecos en La Plata el 23 de marzo viene a desmentir de modo palpable todo eso. Como lo desmiente la espera de
la columna autoproclamada "de izquierda" a que nos vayamos las decenas y
decenas de miles que junto a Madres, Abuelas, HIJOS, celebramos estar
construyendo un país en el que no haya más días de genocidio, incluidos
los 24 de marzo. ¡Esperaban a que la multitud se fuera para hacer su
acto de minoría esclarecida!
De un lado la multitud, ponele, "meramente"
democrática, "tibiamente" antimilitarista, "dudosamente" popular, pero
genuinamente gestora de los días que vivimos, multitud que es condición
necesaria para que esos días se extiendan y continúen en memoria, verdad
y justicia.
Del otro, estructuras, algunas casi siempre inútiles,
otras que fueron útiles durante el menemismo pero hoy atrasan y repiten gestos de denuncia mientras otros producimos los cambios que
antes ellos reclamaban. Estructuras que, amparadas en la emisión de
frases y consignas a veces loables otras delirantes, pueden descender a
pronunciamientos y acciones junto a la derecha argentina, (como en la
125, como con el "grupo A"), descender a la mentira sistemática, el autoritarismo, cuando no
el ridículo de mostrar cartelitos desde el lugar en que deberían
promover leyes y mostrarlos mientras nuestra presidenta les da una clase de
estrategia y acción politica y les recuerda que se comprometió con
esclarecer lo de la AMIA antes que la mayoría de ellos.
Ni jacobinismo,
ni cretinismo, se trata de estructuras y formas de pensamiento que
pervierten la acción política y la militancia, en las que dirigentes
autoproclamados tales crean las condiciones, las prácticas y los hábitos
que hacen posible que personas que llegaron a la militancia con ideales
terminen cometiendo infamias como la quema de los muñecos en La Plata.
"Quema de muñecos". No es que esté apelando al eufemismo ni que evite decir a qué referían
esos muñecos. Es que creo que sólo cabezas tan perturbadas como esa
acción de quema pueden suponer que hay otra forma de representar a Hebe que no sea el mostrarla como una de las mujeres más grandes,
ejemplares y valientes de nuestra patria. Tan perturbadas como para simbolizar la quema de Hebe, algo que ni la Pando ni La Nación se atevieron a hacer hasta hoy. Tan perturbadas como para ignorar que aquí y ahora y para el resto de la historia, atacar de ese modo a Hebe es atacar a todos y a cualquiera que pretenda memoria,verdad y justicia en cualquier lugar del mundo.
Alguna vez, alguien que
realmente era de izquierda dijo, refiriéndose a Rosa Luxemburgo y sus
criticos, que los unos se arrastraban mientras Rosa volaba como Águila.
Frente a la quema cabe el mismo comentario.
ES TIEMPO DE CONSTRUIR LO NUEVO En los mejores días, decíamos "Gracias Flaco y Cristina x hacer lo que dijeron que iban a hacer y parecerse tanto a lo que fuimos y somos". Intentamos un continente en que crecer con solidaridad, inclusión, diversidad, equidad y justicia. Hoy la situación es otra: Un gobierno dirigido realizar su "revolución" conservadora, saquear al pueblo, arrasar derechos y legalizar el nuevo estado de situación. AHORA ES TIEMPO DE IMPEDIRLO Y LO HAREMOS RESISTIENDO UNIDOS
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http://www.infonews.com/2015/03/25/politica-191692-la-izquierda-nego-haber-quemado-el-muneco-de-hebe-dia-de-la-memoria.php
ResponderEliminarLa quema de los muñecos no la hizo el PO ni "la izquierda" la hizo HIJOS de La Plata y ya se hizo cargo varias veces y contestaron también todas las organizaciones alli presentes, alguna vez una disculpa por el prejuicio no vienen mal
EliminarA ver, en primer lugar la definición que doy de izquierda no le queda a ninguno de los grupos que participaron del acto alternativo el 24 de marzo. No se es de izquierda por decirse tal, sino por luchar junto al pueblo en pos de sus conquistas. El pueblo estuvo antes.. En lo que hace a la quema: se vaían banderas de esas agrupàciones. Aún aceptando su bastante tardío repudio no no veo que el resto de lo que digo sea falso o incorrecto. Más infame que quemar un muñeco es aliarse, como lo hizo un sector de estos, con la SRA para atacar al gobierno en la 125. También es más infame ir a brindar con un ex servicio del los genocidas -el "periodista" Gelblung- en la creencia de que les ayudó a aumentar tus votos. También fue más infame contratar ómnibus para enviar gente al acto que la Mesa de Elance hizo en Rosario durante el coflicto 125, como lo hizo a falsa CTA: . Rectifico lo de la quema, no lo de infames
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