En el auto voy este sábado escuchando "Vení cuando quieras". Unas horas antes, con el Negro Gaitán y otros
compañeros de Córdoba fuimos a visitar un pequeño recordatorio a Atilio
López y Juan josé Varas que hiciéramos en Ruta 6, a pocos km de Ruta 8, a instancias de Claudio Pena allá por el 2012.
Vuelvo al programa de la AM 1030. Se escucha la voz de Barragán, uno de los entrevistados y me vienen sentimientos
contradictorios. Por un lado la alegría de escuchar una voz hoy
censurada en los medios. Por otro, el desacuerdo con su evaluación de nuestra situación actual, comparándola con el proceso de destitución de Dilma en
Brasil.
Barragán concluye en que, lo transcribo textual más abajo, haber
perdido las elecciones pone a nuestro movimiento " a salvo de pagar el
costo del ajuste" y a Macri lo deja expuesto a "hacerse cargo" de lo que
hace.
La reflexión tiene lógica pero naufraga al faltarle un factor: el
pueblo. Un pueblo triunfante en las elecciones y por lo tanto
triunfante en la defensa de su gobierno popular hubiera tenido una
capacidad de confrontación y resistencia superior a la de hoy. Un pueblo
derrotado en elecciones y perplejo ante la derrota de algo que durante
años pareció posible, un gobierno propio aún en los marcos del
capitalismo y frente a una ofensiva mundial de la derecha, un pueblo decepcionado, atacado en todos los frentes, demonizado en sus convicciones, encuentra más dificultades para defender sus derechos y conquistas, sobre todo si sus referencias se ven divididas y con poca claridad.
No es
futurología. Futurología sería pensar qué hubiera pasado con Scioli si
ganábamos las elecciones sin considerar que ese triunfo hubiera actuado
como un factor de desmentida de cualquier argumentación neoliberal y un
reactivo a cualquier medida de recorte de derechos como las que se viene
implementando hoy.
En política, como en lo que hace a distribución del
ingreso, las cosas se cierran con el pueblo adentro. Sin ese componente,
sin el pueblo, sus intereses, su estado de ánimo y sus prioridades como
referencia principal, cualquier análisis está destinado al error.
Es el
pueblo, por otra parte, el que paga los costos. En pibes que ya no
pueden seguir la universidad o terminar el secundario, menos conseguir
laburo, en familias destrozadas, en generaciones que vuelven a perder su
futuro, en hambre y desocupación presentes, en fin en pérdida de derechos y presencia en la sociedad.
En
cuanto a quienes hacemos política el costo lo pagamos cuando erramos.
Este pensamiento que me ocupa va en el mismo sentido que el que nos llevó a la
derrota en 2015. No era lo mismo ganar o perder hace 8 meses, no es lo
mismo hoy. No es lo mismo disputar contra la oligarquía habiéndole escamoteado el gobierno que sufrir todo el peso del poder oligárquico desde el gobierno en sus manos. Esa fue y sigue siendo la primera enseñanaza que dejó el peronismo desde 1945 y la que mantuvo nuestra vigencia a 70 años vista de comenzar esa experiencia: todo reclamo, toda lucha popular debe devenir en política de Estado. Por eso hasta el imperialismo nos considera un enemigo a exterminar siempre.
En cuanto a Macri, se viene haciendo cargo desee que asumió:
está haciendo todo lo que SU gente ve como necesario para desarticular
al pueblo y reestablecer su dominación. Textual de Barragán en el minuto 35:30 de "
Vení cuando quieras": "La desgracia de haber perdido las elecciones nos
trae la ventaja de salvarnos de sufrir lo que está sufriendo Dilma, que
es lo que le hubieran hecho a Scioli. La oleada de la derecha venía,
ganando quien gane (...) En ese sentido nosotros quedamos preservados.
(...) podríamos hacber estado pagando el costo que está pagando ahora
Dilma. Macri se va a tener que hacer cargo de toda la destrucción que
está haciendo...(...) con un Scioli rodeado o acosado (...) lo podrian
haber convertido en una Dilma (...) y nuestro movimiento podría haber
estado pagando el costo que está pagando Dilma. Nosotros estamos afuera
del gobierno y el gobierno tiene que hacerse responsable"
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