Esta frase, la del pato, me la enviaba un amigo a propósito de cierta confusión de niveles que puede verse en la política opositora de estos días.
Pues bien, lo que me preocupa hoy es la conferencia de prensa de nuestra Presidenta en la que anunció que no va a China porque no se garantiza qué va a hacer Cobos.
Asesores al margen, no parece acertada la decisión y menos que lo anuncie la presidenta.
Primero porque pone a Cobos a su nivel, cosa que hasta ahora no había hecho - acertadamente- nunca.
Cristina Fernádez es la Presidenta de la Nación, por voto mayoritario, por mérito propio y por encabezar junto a Néstor Kirchner un proceso que contabiliza los mejores seis años de gobierno de la historia argentina. El otro señor, amén que su historial sólo resalta una sucesión de reacomodos desde su activismo universitario, ostenta hoy un cargo que a pesar de los intentos de revalorización de algunas oposiciones y medios, nunca en la historia argentina ha tenido importancia para la sociedad.
En segundo lugar, la decisión del gobierno dibuja hacia adentro y hacia afuera un nivel de debilidad que no se corresponde con la realidad del gobierno, de la oposición, ni de los factores de poder, léase UIA, CGT, ADEBA, Bolsa, etc.
Estos son días en que la política se parece más al go que a la batalla naval: no ha averías ni hundidos, mucho menos muertos ni heridos, sino la ocupación de espacios de acuerdo a la capacidad propia y los espacios previos ya preservados. En ese devenir, está claro que la oposición, en estos días más claramente la DERECHA, sólo puede avanzar en reconocimiento social -que ese es el espacio en disputa- si obtiene reconocimiento del gobierno, es decir si el gobierno le da un nivel que ese conglomerado de muertos vivos no puede alcanzar por sí mismos. La voz de la presidenta vale demasiado para incluirse en estos escarceos, es el momento en que la segunda línea debe trabajar y resguardar el sello presidencial para grandes momentos como lo fueron la ley de medios o la recuperación de las AFJP.
En tercer lugar porque, a la luz de la recuperación que va teniendo la economía local, ls búsqueda y consolidación de apoyaturas internacionales como la de China, no sólo no pueden postergarse. Mucho menos deben mezclarse con el barro de las chicanas opositoras del ámbito local.
Teniendo en cuenta el nivel y la persistencia de la acción destituyente que sostiene la derecha, uno podría sorprenderse del respeto internacional que conserva el gobierno. En otras épocas hubiera sobrado para que la batería golpista se desplegara y concretara una toma del poder con apoyo externo. Hoy esto no pasa, pero hay un factor más importante que la desactivación del militarismo consolidada por los dos últimos gobiernos. En el marco de la crisis internacional, los gobiernos previsibles, con estrategias definidas y ejecutividad, cuentan con un relativo beneplácito de los factores de poder centrales, aún cuando persistan las brechas ideológicas o políticas. El capital ganado en este sentido por la coherencia y ejecutividad de los dos gobiernos K no puede ni debe dilapidarse, menos en escarceos con una oposición aún raquítica, más allá del maquillaje Photoshop que empeñan algunos medios..
En otro nivel, resulta a convocatoria de la presidenta a comisiones parlamentarias para que se pronuncien sobre la salida de Redrado. Ese el nivel presidencial. Como lo será mantener su decisión tras el dictamen de comisiones. Para hablar de Cobos hasta un ministro sobraría.
Mario Burgos
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