lunes, 16 de agosto de 2010

Los día más felices: Y LOS MÁS DEMOCRÁTICOS


El viernes pasado, en el programa 678 se lanza la pregunta ¿se puede decir que el gobierno peronista fue una dictadura? en la presencia de José Pablo Feinmann y Juan Manuel Abal Medina.
Robert Cox había afirmado el domingo anterior en el mismo programa que el gobierno de Perón fue una dictadura. El respeto que su carrera merece entre los periodistas,, en particular lo hecho durante la dictadura, hizo que tanto Forster como Aliberti y el equipo del programa enunciaran su disenso sin mucho desarrollo.
Al día siguiente Gelblung, en radio Mitre se queja de la falta de izquierdismo de Aliberti, “que ahora parece que se hizo peronista”, dice, tras lo cual llama a Pacho O´Donell y le pregunta/afirma que el gobierno peronista fue una dictadura. Parece obtener lo que quiere, ya que le historiador le contesta que puede verse así, porque tuvo muchos rasgos autoritarios, “pero también hay que reconocer que tomó muchas medidas progresistas”, entre las que enuncia la jornada de 8 horas, las vacaciones, licencia por maternidad, (…)” así que es difícil calificarlo de dictadura". Dicho esto Gelblung lo saluda y comenta que “parece que O´Donell ahora se volvió medio peronista también.
No valdría la pena ni mencionar a Gelblung, ex agente de propaganda de la dictadura, exegeta de Videla, Menéndez, Massera y Bussi, actual agente de Magnetto y partícipe necesario en el asesinato de Norma Arrostito, que se perpetrara un año después que él anunciara en la revista Gente su muerte en enfrentamiento (1).
Volviendo a 678, lunes 9 de agosto, Feinmann acusa el convite, levanta una bolsa de tela y procede a extraer dos libros en los que, dice, dejó asentado su largo análisis sobre el peronismo.
Hace un tiempo y a propósito de disentir con su caracterización de la revolución de mayo, decía que reconozco en JP Feinmann a un provocador en el mejor sentido de la palabra y que es alguien que despliega argumentos que facilitan el análisis del lector, da pistas para la aceptación o para el rechazo.
Así que me preparé para una argumentación que termine con esta discusión que, como bien afirma Luciano Galende, es una discusión que “ya fue” y retomarla hoy es hacer una concesión a los prejuicios de la derecha.
Libros aún en mano, Juan Pablo me sorprende de la peor manera. No Contesta a la pregunta sino que afirma que acuerda con O´donell: que es cierto que el gobierno de Perón tuvo rasgos autoritarios pero a la vez benefició ampliamente a los sectores empobrecidos y remata con una “tesis” final, “es una cuestión teórica, general, no sólo para ese gobierno sino para cualquier otro: ¿se puede favorecer a los sectores empobrecidos sin ser autoritario? De golpe, como en el juego de la oca, no sólo venimos perdiendo sino que retrocedemos 10 casilleros más.
La derecha, se sabe, asienta sus ataques verbales más en mentiras, calumnias y difamación, que en el buen análisis de nuestras afirmaciones. Si hiciera esto último ya habría repicado el pajarito carpintero radiotelevisivo, diciendo el día 10 que los peronistas no sólo somos dictatoriales por pasado (no se ve la desmentida sobre la dictadura 45-55 ni en Pacho ni en Feinmann) sino que tampoco creemos que se puedan cumplir nuestros objetivos en democracia.
Esta vez el tema no lo lanzaba Cox y todo el mundo estaba avisado de las argumentaciones del liberalismo europeo centrista, de la derecha y de la defensa vergonzante, así que Gallende repitió con más argumentos su tesis y Abal Medina remató con el conceptos de democracia: gobierno del pueblo, por el pueblo, para el pueblo, elegidos por votación mayoritaria siempre, tal cual sucedió con los gobiernos de Perón.
Sin embargo, sea por su novedad, sea por el escozor que provocara, la afirmación de Feinmann quedó en pie al no abordarse.
¿Se puede gobernar para las mayorías postergadas sin autoritarismo? SI: SE PUEDE Y SE DEBE.
Ahí está la historia del peronismo, ahí está el gobierno de Chávez, el de Evo, la Revolucion francesa. para demostrarlo.
Encaro una rápida síntesis ya que espero que sean los mismos Pacho y Juan Pablo los que vuelvan sobre sus pasos. Ambos saben que si una tautología resuelve un problema es que el problema no existía más que en la enunciación.
El arribo al gobierno no significa que desaparezcan los conflictos de clase ni los privilegios que dan poder a unos grupos de la sociedad sobre otros. Un gobierno popular sólo puede avanzar contra el privilegio si gana el apoyo de la mayoría postergada y esto sólo es posible ampliando su participación, abriendo nuevos canales para que esta participación se masifique y se enriquezca, para que la defensa del proceso popular trascienda los poderes institucionales hasta instalarse en el pueblo mismo.
Por eso, a la inversa de la tesis de Feinmann, digo que la historia enseña que PARA GOBERNAR A FAVOR DE LAS MAYORIAS POSTERGADAS SE NECESITA PROFUNDIZAR LA DEMOCRACIA, reducir el autoritarismo propio de la democracia representativa, de su carácter delegativo.
La Constitución del ´49, el voto femenino, la legalidad sindical, los diputados obreros, el Cabildo Abierto del 22 de agosto de 1951 son formas de ampliación de la democracia que trascendieron toda la experiencia democrática previa y fueron la base de sustentación de éstas y el resto de las transformaciones que se produjeron en esa década. La supresión del fantasma militarista en el marco memoria, justicia y restitución, la Ley de medios, la definición de la presidente sobre que los derechos humanos son el ADN de este gobierno y su coherencia estricta con esta afirmación, el matrimonio igualitario, la Ley de protección de la mujer, la recuperación de los derechos provisionales, son algunos de los pasos de ampliación democrática que sostienen a este Gobierno, por lejos el menos autoritario de la historia argentina.
Dejo para otro artículo analizar el caso de Evo, la revolución francesa o el gobierno de Chávez, pero creo que más allá de las provocaciones de la derecha, es necesario revisar lo que se viene haciendo en América Latina para que salgamos de una vez de la actitud vergonzante que de a ratos resurge casi a contramano de la recuperación popular que estamos viviendo.
(1) Denuncia de José Pablo Feinmann sobre la publicación del supuesto enfrentamiento en la revista Gente en diciembre de 1976, un año antes que los verdugos de la marina la asesinaran en la ESMA

EL CASO MORENO

El subsecretario Moreno, en nombre del Estado, se reúne con los miembros de una asociación ilícita: los representantes de las empresas que se apropiaron de Papel Prensa por la vía de secuestros, torturas, asesinato y extorsión contra la familia Graiver. Asociación ilícita que no sólo se constituyó en la en la dictadura sino que siguió cometiendo ilícitos en 37 años de democracia a través de medidas oligopólicas en el mercado del papel, evasión de impuestos , etc.
Los miembros de la banda intentan forzar una decisión fuera de agenda para lograr la mayoría en la comisión fiscalizadora, de modo que esta convalide todo lo actuado por ellos hasta ahora.
Moreno lo impide a los gritos y con un poco de circo.
Saldo: se levanta la sesión sin que la maniobra prospere. La comisión fiscalizadora tiene mayoría estatal y participará, suponemos, de la presentación de las 22000 fojas que se hará esta semana ante la presidente documentando los delitos de la banda.
Pues bien, para algunos comentaristas, legisladores y opinólogos, no necesariamente de la derecha, lo grave no fue que estos delincuentes maniobren de manera irregular para legalizarse. Tampoco que TN muestre la filmación sin autorización.
Para ellos lo grave fue el circo de Moreno. Argumentar en contra sería redundante

1 comentario:

  1. Felicitaciones por el blog, Kumpa.
    Te invito a conocer el mío, y si te agrada, a hacernos seguidores mutuos

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