viernes, 10 de mayo de 2013

EL BONO ARGENTO 2: NO ES AMOR NI CAMARADERÍA. ES PLATA


Muchos conciudadanos comentan, no sin argumentos, que un blanqueo implica beneficiar a los delincuentes y nos perjudica a quienes lo somos.
Lo segundo es parte de una lógica limitada: aquello que me perjudica o beneficia no se mide sólo por lo que obtienen o dejan de obtener otros, sino principalmente por el perjuicio o la mejora que aporta a mi propia situación.
Lo primero es juntar en la misma bolsa a especuladores de monta y aquellos que por ejemplo huyeron con lo que pudieron rescatar frente al corralito o cualquiera de las sacudidas que la oligarquía y los grupos económicos nos regalaron década tras década.
En los dos casos, lo otro que se pierde de vista es que no se trata de hacerse amigo de nadie sino recuperar fondos que los necesitamos. ¿Para qué? para continuar adelante con un proyecto de inclusión, desarrollo y soberanía. ¿Con qué garantías? Las de quien quien gobierna, es decir quién va a controlar el proceso de repatriación: un gobierno popular.
Alguien decía, por ejemplo, menos mal que Aguad está procesado, si no, lo beneficiaban con el blanqueo. La respuesta es que está procesado, no por casualidad, sino porque es un proyecto popular el que está en curso. Si fuera un gobierno neoliberal estaría en un ministerio. Esa es la diferencia. 
Veamos, si el gobierno saliera a pedir plata al exterior ¿qué condición habría que poner para aceptarla?¿que no venga de la droga? NO HAY, ¿que no venga de la expoliación de pueblos postergados? NO HAY ¿Que no venga de los recursos que roban de países invadidos? NO HAY ¿que no venga de embargar casas de miles de familias engañadas con burbujas finacieras? NO HAY. ¿Alguien cree que los dólares que gestiona el FMI, la banca Morgan o el Santander (de paso ahora es chino) es más "limpio" que el que puedan repatriar con el bono?. 
Sugiero ver "Un oso rojo" y una de las mejores frases del cine argentino: "toda la guita es robada". Por supuesto el personaje no se refiere a la que la ganamos con gasto de nuestra propia vida, sino a la guita en serio, la grande, la que sirve para concretar sueños. 
Otra salida sería: como toda la guita que puedo obtener tiene origen espurio, me arreglo con lo mío. Es lo que venimos haciendo, de hecho más este último año. La oposición lo comenta como un estigma "nadie nos quere dar plata". Si así fuera tendría que decir que somos unos genios creciendo sin crédito. 
Pero el crecimiento en el capitalismo -también en el socialismo- tiene ese problema: cuanto más crecés más recursos necesitás. Así que, o vamos bajando la cortina o vemos  dónde los obtenemos. 
Abundan las ironías "les pedimos por favor a los caceroleros" o las bravuconadas "¿por qué no los metemos en cana?" ¿Alguien se dio cuenta que hace 3 años que no se puede implementar la Ley de medios audiovisuales y diez que no se le pueden cobrar doscientos palos a La Nación por una cautelar? ¿por qué? ¿por falta de decisión? ¿por descuido?¿por complicidad? NO. Porque la mayoría de la sociedad está dispuesta a pelear por recuperar YPF y no por castigar a "La Nación". Y tiene su razón, una medida fortalece sustancialmente al proceso popular, aporta energía para el desarrollo, más y mejores empleos, etc. La otra por el momento o la arregla el gobierno burocráticamente o se deja para mejores tiempos. Esto se llama consenso en la correlación de fuerzas: hacemos lo que la mayoría comprende, apoya y está dispuesta a bancar con su sacrificio. Lo que no, no podemos. 
Esta que vivimos desde el 2001 es una crisis de hegemonía: la derecha argentina, como la boliviana, venezolana o ecuatoriana, aún con el poder económico en sus manos no puede convencer a la mayoría de la sociedad para que acompañe su proyecto de exclusión y tampoco puede apelar a gobierno militares. Así que resigna parte de sus ambiciones, boicotea nuestros avances, no puede ofrecer soluciones pero sí perjudicar, trabar, dividirnos. Es su debilidad no nuestra gran fuerza la que marca las condiciones de esta disputa. 
Por eso este es un gobierno de inclusión, no el fin de la explotación del hombre por el hombre, tampoco del dominio imperial. 
Hace treinta años muchos aprendimos esto con sangre, cárcel, tortura y exilio. ¿qué aprendimos? No es que no se puede cambiar el mundo. En esa seguimos y Cristina al frente. Lo que aprendimos y por eso hoy gobernamos es que los cambios a producir dependen de la organización y disposición popular, de la correlación de fuerzas en lo interno, en lo regional (la mejor de la historia, pero no alcanza y si no, pregúntenle a Maduro) y en lo mundial (el imperio está ocupado en otras cuestiones, pero nos hace todo el mal posible)
Este es otro beneficio de discutir el bono argentino: aclarar por qué suceden algunas cosas que a muchos les parecen "debilidades" de nuestro gobierno: no es por iulusos que pagamos la deuda externa o tratamos de negociar con los ingleses por Malvinas o aceptamos algunas de sus multinacionales en el país, sino porque el kirchnerismo ha encontrado la forma de sobrevivir con estas carencias mientras el país crece en inclusión desarrollo, soberanía e integración regional. Esa es nuestra fuerza. 

1 comentario:

  1. Muy bien Mario. Habría que agregar alguna consideración sobre el aspecto moral o ético conque se critican estas medidas, inclusive desde alguna izquierda o progresismo. A ellos habría que hacerles estudiar bien a Gramsci cuando interpreta (y reivindica) a Maquiavelo y desmenuza la cuestion de la moral y la politica. Con mucha claridad expone que no es igual la politica a la etica o la moral "pertenecen a dos ambitos distintos", lo que no quiere decir que la politica no sea etica, sino que tiene una etica distinta y superior (en la concepcion de Maquiavelo). En este texto Francisco Fernandez Buey dice, analizando la opinion de Gtramsci sobre el florentino "En Maquiavelo no hay una aniquilación de la moral por la política, sino una distinción analítica, metodológica, entre moral y política que no niega toda moral. En él se afirma la necesidad de otra moral, de una moral distinta de la dominante, cristiano-confesional (que es lo que hace impracticable la política laica).
    Se puede decir, en suma, que lo que Maquiavelo establece es una relación entre ética y política más próxima a la concepción de los antiguos, para los cuales la política era también, como conocimiento y como práctica, más fundamental que la ética. Esto, que es obvio para todo lector culto de las obras de Aristóteles, queda olvidado o disfrazado en la versión vulgar, corriente, del maquiavelismo."

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