lunes, 30 de octubre de 2017

CARRIO, LA IMPUNIDAD Y LOS DEMONIOS DEL GENOCIDIO


En un video que Infobae acaba de sacar de circulación, se ve a la primera senadora electa de Cambiemos en Ciudad de Buenos Aires hablar de los genocidas presos con vecinos de Núñez y Belgrano. http://www.eldestapeweb.com/en-un-video-secreto-carrio-afirmo-que-hay-genocidas-presos-sin-pruebas-y-pide-revisar-los-juicios-n35290
  Carrió, en su inteligencia política incuestionable, comprende que no basta con dos demonios abstractos para reconciliar al poder político actual con los perros de la oligarquía hoy presos.
 Así que traslada esa grieta a actores ficticios que permitan un discurso más  maniqueo.
 De un lado, viejitos en el ocaso de su vida, privados de la libertad, condenados a morir entre rejas y encima muchos de ellos condenados por causas mal sustanciadas. Por si fuera poco, diferencia en esta fauna a los torturadores, mano de obra barata y fácilmente reconocibles para muchas y muchos sobrevivientes que testificaron, de aquellos que no lo eran.  Esto es, los jefes, gentes de familias con las que siempre le gustó a Carrió compartir cenas y playas y que por razón de vida son el grueso de los viejitos en cuestión.
 A quiénes coloca del otro lado? No alcanza con guerrilleros y subversivos. En estos días en que la actitud solidaria y comprometida de Santiago Maldonado puede acercar empatías hacia los jóvenes idealistas de los '70, Carrió produce un relato en el que profesores perversos cambiaban en la Universidad (quizá tambien en las secundarias) inscripciones a materias por favores sexuales de las alumnas. Bien asesorada por alguien que sabe de teatro, construye la escena para el relato, estira la frase, se sienta entre gente mayor y presenta a los abusadores de los 70 (el "Proceso" no habría sido entonces contra la subversión sino contra el abuso adolescente) y va bajando la voz como quien recuerda cómo estuvo en riesgo de sacrificar cuerpo y dignidad para poder acceder a una profesión. En mi infancia escuchaba de parte de mi familia materna historias de abuso con las que se demonizaba a Perón. Los '70 le merecen al relato negacionista protagonistas más berretas: ya no un presidente o ministros, sino profesores y pequeños dictadores que habríamos volteado una dictadura y hecho posible la democracia sólo   para conseguir sexo abundante y forzado. De paso recuerda a Kunkel, testigo molesto de la convivencia de la abogada y ex de la fiscalía de Resistencia, con los genocidas.   
Carrió prepara el camino para que se produzca la libertad de los genocidas con maestría, perversa, pero maestría al fin.
 Sabemos que nuestra resistencia es más justa, sincera, valiente, en defensa de la humanidad toda y atenta a derecho.
 Tendrá que ser también más sabia si queremos evitar que genocidas y hasta los secuestradores y asesinos de Santiago,  circulen pronto entre nosotros

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