sábado, 14 de octubre de 2017

MILAGRO OTRA VEZ A LA CÁRCEL. MOMENTOS

Momentos. Casi siempre fue la puerta de una cárcel, los palos o las balas, autos sin patente, redadas en la noche, el acoso, el exilio, la proscripción. 
A veces, pocas, el pueblo hablando en boca de un presidente o una presidenta propia, la vida que se apropia de un poco de lo que la vida pudo rescatar, recrear, construir. Momentos. Se resiste. 
A veces esa resistencia se hace multitud visible y termina desgastando el milésimo experimento oligárquico, a veces no alcanza y emerge el genocidio, a veces nos da hasta para ocupar el gobierno y transformar el reclamo popular en políticas de Estado. Una mala costumbre que repetimos, leyenda o verdad, desde 1810.
Dignidad, inclusión, soberanía, desarrollo. Como el 45/55, como el 2003/2015, como la primavera del 73. 
Son pocos, muy pocos años si se los suma y sin embargo los suficientes como para mostrar que un gobierno de todos, un gobierno mejor, es posible. 
Pero en estos doscientos y pico de años de regar con sangre tanta terquedad y grandeza, las nuestras, aun no nos alcanzó para construir un estado del pueblo. 
Así que la mayor parte del poder, el poder verdadero, como repite Cristina, nos lima a nosotros y vuelve para destruir lo que construimos. 
Somos mal ejemplo y a ellos hasta se les figura como despojo al revés, como si el pueblo tuviera algo que les pertenece. Hay convicción en quienes montados en bienes malhabidos se dicen despojados. Ahí nace el "se-robaron-todo" que termina en boca de muchos que nunca tuvieron nada.
Vuelven los Ellos a destruir lo nuestro. Hasta ahora nunca les alcanzó para hacerlo totalmente: ni la fusiladora, ni el genocidio, ni el Turco, pudieron liquidarnos del todo. 
Por eso ayer "Farmacity" Quintana se permitió decir en el coloquio de IDEA que en Argentina "tenemos 70 años de combatir al Capital". AsÍ ven Ellos nuestra insoportable persistencia, memoria y recuperación, nuestro volver a empezar cada vez, a veces casi desde la nada. 
Es eso lo que Milagro Sala representa. Es todo eso lo que atacan en Milagro. 
En un papel cualquiera, a las apuradas, como se suele escribir en las cárceles, Milagro, secuestrada en su casa mediante una orden no válida del juez Llermanos y llevada a los golpes en un auto sin patente a Alto Comedero, se sobrepone al momento y firma en su carta a los compañeros: "MILAGRO SALA PRESA POLÍTICA JUJUY".  
Romperla, rompernos, es mostrar que se puede terminar con la rebeldía de nuestro pueblo. PERO NO

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