sábado, 18 de mayo de 2019

CRISTINA, PUEBLO, ESTRATEGIA Y CONDUCCIÓN

#FernandezFernandez
Hoy los argentinos nos despertamos con una noticia que recordaremos por años: el video de Cristina Fernández de Kirchner entró en nuestras vidas, nuestra comprensión e incomprensiónn y nuestra militancia.
Corriéndose del centro, Cristina se consolida paradojicamente en la centralidad política de estos días.
En aquello que nuestro pueblo puede y debe pedirle, conducción estratégica, Cristina alcanza quizás su punto más alto.
Aquel discurso de Perón del 12 de junio de 1974 no fue por casualidad mentado por Cristina en La Rural.
Un país devastado, una sociabilidad agredida y degradada, principios republicanos y cívicos echados al abismo neoliberal, vidas destruidas, requieren hoy de una unidad social y política inédita. Quien conduce, ante la dificultades de cada sector para transitar esa unidad, percibe, cuando su referencia es el pueblo, la necesidad de mostrar el camino con su propio cuerpo, prestigio y aspiraciones.
En aquel doce de junio con que Cristina prologa su propuesta de nuevo contrato social, Perón, conciente del giro histórico que tomaba el capitalismo mundial y cuyo alcance se extiende a nuestros días, convocaba con desesperación a la unidad para que ese giro desnacionalizador, antiobrero y consolidador de las corporaciones por sobre los estados, no se llevara puesta nuestra soberanía y existencia.
Hoy Cristina, ante la guerra económica desatada en el mundo por Trump, renueva esa convocatoria: nos llama, con su decisión y su discurso, a hacernos cargo del Frente a construir y de su necesaria amplitud, para que esta vez podamos resistir con soberanía, inclusión, justicia social y desarrollo.
Porque Cristina percibe, lo mostró también en la Rural, que vastos sectores no podrían superar por sí mismos sus dificultades para sostener un proceso de unidad, de nuevo contrato social. La acción  neoliberal ha tenido eficacia en eso de romper lazos entre sectores e individuos, la fragmentación se expresa en desconfianzas, intereses contrapuestos, rechazos y prejuicios.
Ante ello, da el paso más grande: atraviesa con su decisión a todos los sectores y demuestra con hechos que no hay justificación alguna para evitar la unidad, que no hay costo real que sea demasiado ante el desafío de detener la destrucción de nuestra Nación y nuestro pueblo.
Es tiempo de entrega y compromiso. Cristina entrega toda su densidad de convocatoria y expectativa popular y resigna su lugar central en la fórmula principal, Alberto Fernández accede al lugar principal de la fórmula sabiendo que lo hace en un espacio social, político e institucional donde la conducción y convocatoria de Cristina no tiene parangón. Entrega y compromiso de ambos que empujan al resto.
Y ya se discute cómo  gobernar y con que prioridades.
Nunca se dijo con más verdad en las manos: "PRIMERO LA PATRIA, DESPUÉS EL MOVIMIENTO...

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