martes, 17 de mayo de 2022

LUIS BARRIONUEVO: LOS LÍMITES DEL PROTOCOLO

 Si hay una fecha que recuerde de derrota en democracia esa es el 10 de octubre de 1989.

Ese día se concretaba la fractura de la CGT y el sector colaboracionista, dirigido por la Mesa de Enlace (sí hubo una mesa de enlace del antipueblo ya antes de la 125) se quedaba con la Central. Mientras los Azopardo, que habíamos marchado al Centro Cultural General San Martín en apoyo a Ubaldini y lo que quedaba de la CGT antidictadura, quedaríamos a la defensiva frente a la oleada privatista y desnacionalizadora del menemismo.

Hubo un momento que sintetizó la situación, prácticamente una foto: en el segundo piso del edificio del CCGSM se corre una cortina y tras el cristal se ve a un Luis Barrionuevo sonriente, mirar hacia quienes nos manifestábamos sobre Avenida Corrientes y ampliar su sonrisa hasta que fuera visible para todas y todos.

Barrionuevo, el que mandó a arrojar huevos sobre la entonces Senadora nacional Cristina Fernández en 2003. 

El que repudiamos en el 2018 frente a la sede nacional cuando intentó capturar para el macrismo la estructura político institucional del Partido Justicialista

El que refugiaba/secuestraba a Elaskar en su casa para armar la falsa denuncia de Lanata "ruta del dinero K". No sólo lo hizo, se permitió relatarlo compartiendo risas con Fantino en el programa de TV de los servicios macristas: Animales sueltos.

Luis Barrionuevo  el mismo que mandó a quemar urnas en Catamarca y obligó a postergar las elecciones de gobernación en 2011.

Ejemplo vivo de lo más degradado de la burocracia gremial y la antipatria. 

Sujeto prioritario del empresariado gremial.

Las y los trabajadores eligen la conducción de sus sindicatos de acuerdo a sus posibilidades, la capacidad de sobrevivencia de sus profesiones y la rama de empleo en que se desempeñan. 

Es una obligación para algunos funcionarios de gobierno relacionarse e interactuar con esos dirigentes, sean o no genuinos representantes de los intereses de las y los trabajadores de su gremio. 

Interactuar, firmar un convenio que beneficie a sectores postergados, una clausula de mejora, un acuerdo que permita brindar mejores servicios al pueblo, a su calidad de vida, al desarrollo productivo.

Solo interactuar. No fotografiarse del brazo con un delincuente y agente patronal y siervo de la oligarquía como Barrionuevo.

Son estos tiempos en que expresiones terribles como "traidor", "al servicio de las multinacionales", "pro patronal", etc. se usan con una liviandad que nos hubiéramos cuidado de emplear en tiempos de persecución, tortura, asesinatos y -sobre todo- resistencia, como lo fueron los 60/70. 

Barrionuevo, sin embargo reúne todos esos calificativos y más a la hora de considerar qué grado de confianza y relación puede expresar un gesto de cortesía de cualquier funcionario. Siempre estuvo brazo con brazo con dictadores y torturadores, con las patronales, con la oligarquia. A su servicio con patotas de lúmpenes y operadores serviciales a la hora de corromper partidos y sindicatos.

Quizás sea aquella liviandad en el uso de palabras terribles la que hizo posible que esa basura aparezca hoy repartiéndose elogios con un funcionario de gobierno sobre el que por el contrario sólo se pueden tener consideraciones de elogio.

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