viernes, 13 de mayo de 2022

MAYANS 12/05/2022: EL PODER DE LA UNIDAD

 MAYANS 12/05/2022: EL PODER DE LA UNIDAD

Vean las caras en las bancadas de la oposición, la incomodidad, la mirada esquiva y el silencio que se rompe sólo a ratos por alguna protesta lastimera, acallada antes del llamado de atención de la presidencia temporal del Senado. Estupor, bronca sin fuerzas, impotencia, las miradas que se encuentran, diálogos por lo bajo y tienen que seguir escuchando sin poder salir, porque irse en esa situación no sería visto como un desplante sino una dispersión en derrota.

Los que hace poco más de un mes daban curso de república, democracia y manejo partidario ayer quisieron dar lecciones de economía y manejo del Estado. Y fueron víctimas de sus propias palabras al curso del pasado cercano que cada palabra de Mayans actualizara, como si el salón de sesiones de la Cámara viera pasar en vivo los peores momentos y decisiones del gobierno macrista.
Las pausas del senador suelen ser largas. No había en cada una confusión posible: no termina, es sólo una pausa, respira y retoma sin repetirse. Otra medida contra el pueblo encarada por aquel gobierno se corporiza en el salón y el opinante la disecciona, muestra sus componentes claros y distintos, los vuelve a unir y vincula espionajes con presupuesto, deuda con soberanía, entrega con desarrollo, Malvinas con infamia.
Mayans es un gran orador, sin duda, pero el ánimo de la oposición, su imagen colectiva, su contrariedad congelada, no nacen de las verdades que expresa el senador ni de cómo las dice, sino del sustento de esa situación y ese discurso: hay unidad de un gobierno popular puesta a defender lo que es del pueblo.
En su humor contundente por lo sencillo, cotidiano, Mayans se lo enrostra a la oposición "no somos Messi, tenemos nuestros rebusques..."
Es el rebusque de los pueblos en su constante inferioridad de fuerzas contra el poder que oprime: su acción unida y responsable.
El fútbol, tal vez el fenómeno global más global de todos los fenómenos, casi siempre orienta al lugar correcto la mirada si uno logra dirigirla a lo esencial. Veo la actitud de las bancadas de JxelC y recuerdo los últimos dos partidos del Real en la UEFA, ese equipo seguramente popular pero de raigambre franquista que siempre esperaré que pierda con su rival de turno. Dos partidos, uno ante el PSG, otro ante el Manchester City, equipos poderosos si los hay, ganadores seguros viendo el curso de cada partido hasta que un gol del Real resignifica todo. Los magníficos vencedores temporales devienen en comparsas. Son los mismos, grandes jugadores, el mismo esquema colectivo, pero el otro equipo ha encontrado su unidad y los arrasa de un modo inexorable. Antes que llegue el último gol ya se sabe que el Real ha vencido y va hacia la final.
No puedo menos que preguntarme, de modo retórico porque lo dije en su momento, si esta no hubiera sido la situación de haberse producido un voto unificado al momento de decidirse el acuerdo con el FMI. Aquellos discursos pedagógicos y condescendientes de la oposición, su triunfalismo, no tenían que ver con el eje legislativo del debate. No se sentían fuertes y retornando al poder porque fuéramos a acordar con el Fondo: celebraban nuestra desunión, nuestra disputa interna. Depredadores representantes y voceros de una clase depredadora, olían sangre y venían por nosotros. Ayer, en cambio, rehuían la mirada buscando el límite de esa jaula virtual en que se había convertido para ellos el recinto de sesiones.
Otra sería la situación hoy, si hubiéramos salido triunfantes de ambas cámaras con nuestro propios votos, no alegres porque ninguna deuda alegra, sino fuertes por haber resuelto lo necesario sin desgajarnos innecesariamente.
Porque el principal problema a resolver hoy para sostener la posibilidad de gobernar es ese: la unidad del gobierno popular puesta a defender lo que es del pueblo. Ayer se dijo fuera del senado: las peleas en el gobierno refuerzan la inflación. Y refuerzan, agrego, la derechizacion de un adversario que sólo mantiene una respeto relativo por las instituciones porque gobernamos nosotros. Y refuerzan la presión empresarial para dejarnos pagando en todo o hacernos cómplices de su codicia. Y debilitan al pueblo en todos estos aspectos.
Ayer no sólo se hizo presente lo peor del peor gobierno que nos antecediera hasta 2019, también se vio lo mejor que podemos retomar para salir adelante y evitar la vuelta del neoliberalismo en 2023: unidos, respetando acuerdos y responsabilidades institucionales, no hay ni encuestas, ni corridas, ni oposición que puedan sacarnos de ese camino.



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