miércoles, 20 de octubre de 2010

Fue la derecha, Ahora busquemos ejecutores e instigadores

Mariano Ferreyra tenía 23 años y hasta hace algunas horas era un militante, alguien que elige compartir su vida con otros para hacer que algo mejore, para todos. Pero ya no podrá hacerlo, no podrá reclamar, ni siquiera gritar, respirar o huir del asesino que acaba de matarlo.

Veintitrés años, dos menos que mi hija. Me asusta y me entristece pensarlo.

Pero justamente porque me asusta y me llena de furia quiero tenerla clara, saber de qué se trata para hacer lo posible para que no se repita. ¿Cómo se enfrenta esto? Hay que buscar de dónde viene.

Ni “problema gremial”, ni lucha entre activistas, ni "interna gremial", ni "demostración de fuerza", ni "patota gremial", ni patota a secas. Es la derecha que, al no hacer pie, mata. Esta vez son los gordos, los socios, facilitadores y beneficiarios de las privatizaciones. Los gordos que, como buena parte de la derecha, ven que el tiempo se les va en servir cada vez menos para nada y ya no son importantes casi para nadie. Ni les sobra prensa, ni les llueve guita (más allá de su uso discrecional de los fondos de sus gremios o su participación en la privatizada). En muchos lugares son mala palabra, ya no garantizan controlar la CGT, ni “mover “ laburantes. Tampoco los acompaña la impunidad menemista ni hay un gobierno que vaya a tirarles un hueso a cambio de “paz social”. Al contrario: algunos ya ven la cárcel desde adentro, otros tuvieron que aggiornarse y hacerse cargo de muchos reclamos de sus afiliados para que el gobierno no los corra por izquierda y/o por temor a que sus bases empiecen a generar una nueva dirigencia, más emparentada con la tradición de lucha y conquistas de nuestro movimiento obrero, más afines al cabildo abierto del ´51, a la CGT de los Argentinos, a la Falda y Huerta Grande, Tosco y las coordinadoras de trabajadores, nada emparentados con Osinde, con López Rega, con la banelco.

Casa día se incorpora a la vida social, política, ciudadana, una porción de los millones que ellos ayudaron a marginar. Y cada inclusión aporta un poco a limitar el clientelismo, la desmovilización, el aislamiento, la desesperanza. Gracias a esto prosperaron los burócratas y hoy sienten que el clima cambia y pueden terminar como los dinosaurios. Así que actúan

Pedraza, jefe de la Unión Ferroviaria, que en su tiempo se pasó del “ala combativa de los 25” a la asociarse con el desguace de los ferrocarriles, el mismo Pedraza que hace un par de años denunció que le robaron un BMW flamante, se reunió en estos días con Duhalde. Sí, se reunió con el hombre asociado a Magnetto en esto de buscar la bala de plata de la derecha, el último recurso que les permita parar lo inexorable, impedir un nuevo periodo K que de producirse, vislumbran, profundizaría. Por ej. como dijo Duhalde, que “ a fin de año el país esté como en el 2002”

Hoy, “el Cronista”, medio de De Narváez, dio la noticia en la web. Al conocerse el asesinato, la sacó de circulación y luego la tergiversó para que Duhalde, ya ligado a lo de Kostecki y Santillán, no quede asociado a Ferreyra.

El tipo, los tipos, que mató/mataron a Mariano, está quizás menos amortizado ante estos cambios que Pedraza. Quizás sea más estúpido o quizás también a fuerza de hacer trabajos sucios se le haya hecho costumbre y suponga que esa es la forma de impedir que las cosas cambien. Una política que pasa por líder de la oposición se la pasó diciendo que a los Kirchner “la gente los quiere matar” ¿por qué no va él a hacer “su aporte”?

Su jefe ensaya la gran movida y se junta con otros gordos y Duhalde para ver cómo le complican de mil modos la vida al gobierno a ver si con esas complicaciones logran lo que Magnetto y el grupo A no pueden. El tipo / los tipos, en cambio, se sacan y matan. No porque Mariano con esta movida los fuera a voltear en el sindicato: simplemente porque están sintiendo que el piso se les abre a los pies y todo lo que los acerque al fin los saca, los repliega a la única razón de la derecha argentina: la imposición, la fuerza.

A cinco días de un acto multitudinario de la CGT, realizado sin un solo incidente, hoy la derecha ya tiene su muerto porque lo produjo y ahora va a querer usarlo.

Nos queda, a pueblo y gobierno, la gran tarea de aportar a que haya justicia, aplicada a todos los que asesinaron a Mariano. Porque Mariano se lo merece, el pueblo se lo merece, este gobierno -que demostró que se puede gobernar sin reprimir el reclamo- se lo merece. También, aunque parezca menor, porque todos nos merecemos que los asesinos no puedan usar su asesinato como ejemplo del “caos” K

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