miércoles, 31 de octubre de 2012

Mesa debate por la Guerra Guazú en Canal 7

Presencié la Mesa Debate sobre la Guerra Guazú hoy miércoles 31 de octubre en la sede de Canal 7. Participaron, en este orden, Mariano Rodríguez Otero, Gabriel Di Meglio, Norberto Galasso e Hilda Sábato. Resalto algunas observaciones en lo que me parece un evento de gran valor, al dar la posibilidad de poner en palabras un hecho ninguneado o escondido por décadas. Vale la pena ver el video en cuanto lo suban a internet. En tanto, tiro algunas coordenadas

* Rodríguez Otero. A pesar de su inscripción universitaria pareció ser el punto de vista más anticuado. En primer lugar destacó que "los argentinos estamos revisando lo que hicimos", como si la Guerra del Paraguay no formara parte de los muchos intentos de disciplinar al pueblo argentino por vía militar, como si quienes enfrentamos esos intentos hasta hoy, igual debiéramos ser considerados como “bando proguerra” o responsables de algo que nos agrede. La segundo: definió que "los historiadores" (como si esa categoría fuera aplicable a alguien más que Hobsbawm) estarían para cuestionar, derribar mitos, enfrentar dogmas" (nada más alejado de lo que Hobsbawm entendió como su trabajo). No aclaró, eso si cuales dogmas quedan y cuáles hay que cuestionar y por qué. Pero enseguida instaló un mito y se atuvo a él hasta el final: "el autoritario Solano López mandó a morir cientos de miles de pibes en lugar de rendirse". Incluso me lo enrostró tras el cierre con una frase que no logré retener literalmente pero refería a que no se hace grano molido con las mieses, es decir que nada justifica destruir la progenie. Tiene razón quien lo haya dicho: no se hace pan con el grano que va a usarse para la siembra, el más joven, el mejor. Pero cuando se produce una invasión encabezada por esclavistas, con el territorio repartido entre los invasores de antemano, ¿qué esperaba que hicieran todos los que estaban en condiciones de agarrar un arma para defender el territorio y la parcela propios? Sin detenernos mucho en que la niñez no existía casi como concepto entre los criollos y europeos (sí entre originarios, pero eso es otro tema) y por eso no sorprende que Remedios tenga 14 años cuando se casa con San Martín, o que esa sea la edad de San Martín cuando tiene sus primeros combates formando parte del ejército español, cabe decir que este docente universitario hubiera aconsejado a Belgrano desistir del Éxodo o retirarse de Tucumán en lugar de ganarles a los tucumanos el odio de todos los realistas, o le hubiera aconsejado a Tupac Amaru que deje su levantamiento para otro momento o culparía a la OLP de los niños muertos en las intifadas. Esto es, él cree que no fueron las madres paraguayas las que empujaron a sus hijos a resistir antes de ser esclavos (un pueblo que básicamente existía como pequeeño propietario de la tierra que había sido parcelada, a diferencia del gaucho o el originario d enuestro territorio que nunca fueron reconocidos más que como vagos hasta que fueron explusados por le latifundio, que para eso sirvíó la guerra). Eso sí, no aclara cómo cientos de miles ocmbatieron por imposición de Solano López.
* No me quedó clara de fondo la postura de Di Meglio, de Canal Encuentro, sí en lo que hace a relativizar el papel de Gran Bretaña. Aunque Galasso le hizo una lista de los préstamos, inversiones y presencias inglesas en la guerra se mantuvo en la suya.
* Importante presentación de Norberto Galasso, al definir la guerra como una guerra civil regional entre los sectores dominantes del Cono Sur pro- imperio inglés contra sus pueblos. Guerra civil expresada en la alianza de colorados uruguayos, liberales porteños e imperio brasileño contra montoneras e interior argentino, blancos de Uruguay y pueblo y gobierno paraguayo. Abundó en ejemplos aunque sin mucha incidencia en la mesa, sí fue el más respaldado y reconocido por la audiencia.  Del mismo modo,
* Sábato dio una nueva muestra de lo que podemos esperar de la "nueva historiografía" al afirmar que no hubo buenos y malos, víctimas y victimarios sino actores cambiantes. Ah, y que todos los que dirigieron ambos bandos terminaron "derrotados": el imperio cae después en Brasil, Mitre pierde peso en el liberalismo porteño, etc. Es decir que no se hizo la guerra para destruir un mal ejemplo para las fracciones no encuadradas en la salida centralista y probritánica, sino para ¿para?
* Hubo cuestionamientos diversos respecto a posturas que relativizaron responsabilidad de las fuerzas invasoras y a las que relativizaron la incidnecia inglesa.
Respecto al neutralismo de Sábato, al poder intervenir aclaré que nuestros 30000 compañeros asesinados fueron víctimas y que los personeros de la dictadura fueron sus victimarios y genocidas del mismo modo que quienes dirigieron la guerra fueron genocidas y criminales y el pueblo paraguayo su víctima. Y que lejos de abrir mentes, una posición neutral en uno u otro caso ocultaría la cuestión central: el genocidio. Traté de destacar esto en una pregunta / intervención: alguna ciencia social puede creeerse en condiciones de prescindir de la categoría "GENOCIDIO" tras la última dictadura, tras el holocausto, etc? Sábato, la más optimista, calculó que hubo 350 mil muertos en la guerra y el 75% de éstos era paraguayo. Es decir 250 mil, más o menos. Para una población campesina de 130000/1500000 podemos calcular 650000/750000 varones. Restemos menores de 12/14 años, estimamos entonces 375000/480000. La mitad de los varones menores de muertos ¿es un genocidio? Y no contamos los esclavos
Desde la platea alguien me indicó que había entendido la pregunta, que no fue contestada por la mesa, aunque sé que Galasso ya lo hizo mil veces. La smeilla del genocidio originario llamado "campaña al desierto" estuvo en el genocidio al pueblo paraguayo (y lo dice Mansilla en Una Excursión..."). las semilla de sucesivas levas y matanzas, de la Patagonia trágica, del Proceso, estuvieron ahí.
Vale precisar que, como en otros aspectos, el poder político parece saldar lo que el ámbito académico aún no: Cristina Fernández, en su primera reunión protocolar ya siendo presidenta, con los embajadores que la visitaron para felicitarla pidió perdón al pueblo paraguayo a través de su embajador por ese genocidio que, dijo, fue "La guerra de la triple infamia".
Destaco el cierre del moderador, desde el rescate de una historia no desligada de lo moral y lo político, el papel de Pomer aún no alcanzado por otros abordajes y al valorar que esta guerra esté en debate.

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