No hay forma de evitar la consternación. Por más que uno sepa que la cultura de los EEUU está construida de modo paranoico, que se basa en ver una amenaza en cada hombre de cualquier lugar del mundo y por eso legaliza su necesidad de agredir a todo el mundo, que ha convertido lo monstruoso en normal, el matar a tu semejante como tu condición de vida.
Es así, no hay duda, pero ¿20 pibes baleados? ¿27 vidas cercenadas en un momento? ¿qué hay tras el ojo que apunta y se liga con el movimiento de un dedo que presiona el gatillo a la vista de pibes y pibes y pibes?
Tantos minutos de pantalla y cartelitos hacen creer que la TV de los EEUU se preocupa por los asesinatos. Pero tanto repetir y repetir que "algo así no es posible" muestra el verdadero rostro de la información: lo que nos trata de decir es "no somos así, esto no somos nosotros, pero por si acaso no se metan con nosotros:somos capaces de matar más pibes todavía, como en Libia, como en Afganistán, Irak, allí donde nos sintamos amenazados". Hasta en el refugio de Bin Laden podemos asesinar un pibe ¿se acuerdan de Obama ordenando matar, por celular, desde Brasil?
Pienso todo esto y digo, pienso, porque necesito reafirmar mi humanidad: me alivia confirmar el sentido de salud que ha podido preservar nuestro Pueblo a pesar de tanto genocidio. Quizás por tanto genocidio en nuestro pueblo la memoria se hizo imperativo y sólo la memoria puede exorcizarnos de tanta matanza. Cuando se señala al culpable se libra al inocente aunque ya no sea posible que uno y otro lo sean del todo.
A los del fin de las ideologías, a los de la globalización, a los posibilistas, a los cultores del éxito, a los que están lejos de "una y otra posición", a los que aman el poder del que los oprime: nada de lágrimas por "la tragedia", nada de lágrimas por la "irracionalidad", nade de lágrimas por "lo inexplicable". Ni uno ni otro, sólo una sociedad que hace del asesinato un rito cotidiano puede matar de este modo una y otra vez y mostrarse "sorprendida" antes que vuelva a suceder. En el Malestar en la cultura" Freud afirma el el ingreso de la humanidad en su propio mundo humano en el momento en que lo hijos terminan con la arbitrariedad del padre que se mata a sus hijos. Sólo una sociedad que ha descendido al último escalón de su denigración puede matar a sus pibes.
Y si no alcanza produce miles de motivos fílmicos para matar, hace "The walking dead" y mata muertos porque con los vivos del mundo ya no alcanza.Pienso todo esto y digo, pienso, porque necesito reafirmar mi humanidad: me alivia confirmar el sentido de salud que ha podido preservar nuestro Pueblo a pesar de tanto genocidio. Quizás por tanto genocidio en nuestro pueblo la memoria se hizo imperativo y sólo la memoria puede exorcizarnos de tanta matanza. Cuando se señala al culpable se libra al inocente aunque ya no sea posible que uno y otro lo sean del todo.
A los del fin de las ideologías, a los de la globalización, a los posibilistas, a los cultores del éxito, a los que están lejos de "una y otra posición", a los que aman el poder del que los oprime: nada de lágrimas por "la tragedia", nada de lágrimas por la "irracionalidad", nade de lágrimas por "lo inexplicable". Ni uno ni otro, sólo una sociedad que hace del asesinato un rito cotidiano puede matar de este modo una y otra vez y mostrarse "sorprendida" antes que vuelva a suceder. En el Malestar en la cultura" Freud afirma el el ingreso de la humanidad en su propio mundo humano en el momento en que lo hijos terminan con la arbitrariedad del padre que se mata a sus hijos. Sólo una sociedad que ha descendido al último escalón de su denigración puede matar a sus pibes.
Los EEUU, el imperialismo, deben ser derrotados en todos los frentes tarde o temprano para que el pueblo de los EEUU por fin pueda ser libre de los monstruos que crearon sus ricos y se han convertido en los monstruos de todos.
Para que todos, por fin, dejemos de vivir la vergûenza de vernos reflejados en un inmenso espejo de sangre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario