Que no nos oculte el final del acto todo el esfuerzo, la construcción de identidad y la historia que se juntaron en esa multitud esperanzada.

No hay que perder de vista la vinculación del acto de hoy con la marcha y paro docente. Porque si hay algo que puso al orden del día el paro en parte de la cúpula de la CGT fue la masividad que percibieron en la marcha del lunes, en el acatamiento al paro docente en todo el país de uno de los sectores laborales que más aportó al voto macrista.
Estas son nuestras principales fortalezas: el pueblo se va hartando del gobierno y sus políticas y al juntarse y concretar estos hechos colectivos multiplica hacia los menos movilizados un ánimo de protesta, una expectativa de confrontación posible.
El mismo reclamo, masivo, generalizado de "Poné la fecha..." sintetiza en parte esta situación. En parte digo y perderíamos lo mejor de la jornada de hoy si creyéramos que eso fue lo mejor.
Lo mejor, veo muchos mensajes exitistas, también sectarios, y eso obliga a repetirlo, es cómo va virando un ánimo social que muchos compañeros veían con desencanto hace apenas cuatro o cinco días. (Como decía sobre el pueblo el fantasma, en el Exilio de de Gardel: "creía que estaban entregados, en realidad estaban aguantando"). Si cuenta con margen, el pueblo no se suicida, va buscando y construyendo por dónde ir hasta que el camino se hace masivo y ahí sí se juegan las grandes gestas.
Tuvimos la concentración, vemos que se masifica el reclamo, ahora viene el desafío de que ese ánimo encuentre una direccionalidad política.
No tiene sentido creer que ya existe. La convocatoria, tanto a la sociedad como a las organizaciones sectoriales, la hizo esta misma CGT que no puso fecha .
Que su cúpula haya recibido puteadas no quiere decir en pocos días vayamos a reemplazarla por dirigentes combativos ni que esa conducción sindical va a ser reemplazada por dirigencia política.
No va a ser así por dos motivos.
Uno, porque el lugar en que se le disputa, se gana o se pierde con la burocracia sindical es el ámbito de trabajo. Y en esa batalla venimos tan atrasados que ahí están siguen los burócratas para demostrarlo. Hay centrales y dirigentes genuinos, por cierto, pero ni son mayoría en las conducciones ni cuentan con el mayor poder de convocatoria.
Segundo, porque por fuera de Cristina no hay en Argentina quien ni quienes puedan generar una convocatoria como la de hoy.
Esta es la situación y eso no significa ignorar ni dejar de sentir algún placer porque cientos de miles le hicieron saber a estos burócratas que se están hartando. Sencillamente significa que igual no dejamos de estar en el mismo barco mientras exista la correlación de fuerzas que hoy existe con el macrismo.
Porque la tarea principal de estos días no es, ni estamos en condiciones de concretarla, cambiar masivamente la dirigencia gremial.
Es un árbol, pero no el bosque.
La consigna con que cierra este día es PREPAREMOS EL PARO MÁS MASIVO Y CON EL MAYOR APOYO SOCIAL POSIBLE. Y esto, por más que nos pesen los dirigentes que no ponen fecha, si queremos que el paro salga tan pronto y consensuado como es necesario, habrá que hacerlo reclamando y comprometiendo a la dirigencia de la CGT. Esta o la que resulte de su balance de la concentración.
No hay ingenuidad en esta reflexión: no van a convocar al paro porque se volvieron revolucionarios, convocarán porque los laburantes se les van yendo de las manos y sus cargos dependen de volver a canalizar el descontento.
Y MAÑANA, PARO DE MUJERES
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