domingo, 10 de septiembre de 2017

SANTIAGO Y AQUELLA PATAGONIA: LAS TRAGEDIAS SIEMPRE SE ANTICIPAN

" La pata civil del pogrom contra la comunidad mapuche en alianza con el poder político y las fuerzas de seguridad. Una suerte de "Liga Patriótica" organizada –tal como adelantó Tiempo Argentino el 27 de agosto– por el funcionario del Ministerio de Seguridad, Pablo Noceti, tras ciertas reuniones que mantuvo junto a su jefa, Patricia Bullrich, con referentes de las sociedades rurales de Neuquén, Chubut y Río Negro. Entre ellos resaltaban los terratenientes Néstor Becerra, Julio Crespo Campos, Roberto Jimeno y el administrador general de las estancias del Grupo Benetton, Ronald McDonald.", aporta el artículo de Ragendorfer que publica Tiempo Argentino,  hoy 10 de agosto.
Lo que los griegos llamaron tragedia, ya en su primera escena define un camino inevitable hacia un final igualmente inevitable. Esa es su esencia y su mecánica.
Desde el advenimiento del gobierno Cambiemos, una de las discusiones planteadas entre analistas es si vuelven los '90, vuelve el '55 o el '30. No parece ni muy operativo ni muy pertinente dedicar un par de renglones a un tema así, pero la sorpresa inicial que esta restauración generó en todos los ámbitos, explica en parte estas búsquedas. 
Pues bien, si se verificara la cuarta parte de lo que aporta Ragendorfer en este artículo, la búsqueda puede ir aún más atrás en el tiempo y remontarse a 1921.
Con los fusilamientos de 1921 en Santa Cruz, en lo que se llamó la "Patagonia trágica", se consolidó más de una tendencia en la vida política de nuestro país. 
Por un lado una matanza siniestra a manos del ejército y hordas organizadas por los terratenientes y grandes comerciantes del Sur, por otra parte la recaída oligárquica en las practicas genocidas (habida cuenta de la población total de esa porción de la Patagonia en aquellos momentos, la matanza cobró tintes de genocidio), por otra parte, el principio del fin del primer atisbo de gobierno popular tras la ley Sáenz Peña, además de la consolidación del latifundio, la extranjerización del Sur argentino y de las condiciones de servidumbre para sus trabajadores. 
Pero si el irigoyenismo fue un atisbo de gobierno popular, este gobierno de hoy es la concreción del gobierno de la oligarquía diversificada y las multinacionales. 
Se dice que Irigoyen habría enviado al coronel Varela en un primer viaje para  encontrar una salida no violenta (¿?) a los conflictos que promovían el latifundio y el racismo. En el segundo viaje sabemos qué pasó.
Pues bien, Bulrich se habría salteado la parte negociadora y habría enviado al ex abogado de Etchecolatz a poner en línea represiva a la gendarmería, promover los comandos civiles que hagan lo que las fuerzas legales no y organizar un escarmiento preventivo. El que terminó, este último, con el secuestro y actual situación de desaparición forzada de Santiago Maldonado. 
Las tragedias, como decimos, tienen su curso y final definidos desde el comienzo. 
Cuando los principales poderes de un país fijan un destino de tragedia, la única fuerza capaz de torcerlo es la acción organizada del pueblo. 
En 2012, esa fuerza organizada se expresaba en un gobierno popular que, entre otros logros,  forzó a la FAMILIA BRAUN, en la persona de Federico Braun, propietario de la Estancia Santa Anita, epicentro de las matanzas, a un acuerdo con el Municipio de Calafate y la Comisión de Vecinos por la memoria,  que habilitaba la búsqueda de los cadáveres de los cientos de fusilados en 1921 y comprometía la donación de esos terrenos para que se constituya un ESPACIO DE MEMORIA si esos restos se encontraban.  
En 2017 gobiernan los que de toman revancha de esas concesiones que ahora les parecen imperdonables. Pero nuestras marchas y pronunciamientos muestran un pueblo que resiste.
Ragendorfer describe un comienzo y su descripción permite vislumbrar un final que, de producirse, nos retrotraería de manera ampliada a los sucesos de hace noventa y seis años: genocidio, parapoliciales, fuerzas de seguridad instaladas en prácticas criminales contra el pueblo, más poder para el latifundio, otro paso hacia hacia la servidumbre laboral y el exterminio originario. 
La lucha por la APARICIÓN CON VIDA DE SANTIAGO y el castigo a todos los responsables, cobra con los datos de Ragendofer, una dimensión que nos reclama todo el esfuerzo de las organizaciones y compatriotas que defienden la democracia y aun más: la paz y la vida misma.

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