En estos días, personas tan dispares como el empleado estrella Tenembaum y Luis Zamora, han coincidido en afirmar que el gobierno se ha apropiado de los derechos humanos y que este 24 de marzo ha discurrido casi exclusivamente bajo el signo K.
Ni qué hablar de la derecha opositora, esos naúfragos del poder que han perdido la razón (perdón Cobián y Cadícamo).
No se trata, por supuesto, del reconocimiento de lo hecho por los gobiernos de Néstor y Cristina en los últimos siete años, ni del reconocimiento de que esa gesta necesariamente debía estrechar su relación con los organismos de derechos humanos y con el segmento más activo de la sociedad argentina.
Por el contrario, lo presentan como una gesta perversa iniciada con la anulación de la obediencia debida y el punto final, continuada con el juicio a los genocidas, el encarcelamiento, el apoyo a la búsqueda de los pibes expropiados, el compromiso de la presidenta en el caso del secuestro y sustracción de identidad en que se halla involucrada Ernestina Herrera de Noble. Todas estas y otras acciones de gobierno apuntarían a alguna finalidad oscura, tan oscura que no puede precisarse cuál es. A menos que se coincida con la ex funcionaria de la dictadura, Carrió y se diga que lo hacen para humillar a los militares o para atacar al gran diario apropiador (de Papel Prensa, no me olvido) argentino.
En esta forma de argumentar no entran precisamente los argumentos, sino los prejuicios o antagonismos en que cada uno asienta sus convicciones o intereses.
En consecuencia, en el caso del ex periodista, se manifiesta despojado de su porción de derechos humanos para justificar su ausencia de concentración en la Plaza, una Plaza masiva, participativa, alegre y joven como hace años no se veía. Claro que se guarda de comentar que si hubiera ido a la Plaza más de uno le hubiera preguntado dónde dejó su preocupación por los derechos humanos, que mantuviera, si la memoria no me falla, incluso en la época de los desaguisados de Posse y Macri. O, mucho peor, más de uno le hubiera preguntado hasta dónde piensa llegar en su defensa de la apropiadora, su jefa.
En el caso de Luis, compañero, defensor de presos políticos, laburante y militante, a no dudarlo, sus prejuicios lo ponen en la contradicción de reconocer la masividad, juventud y protagonismo de la concentración del 24 d emarzo y a la vez mantener esta idea de que lo producido en estos siete años no se deriva de la esencia del gobierno K y de su apoyo irrestricto a abuelas y madres.
El problema alcanza toda su dimensión cuando ambos se encuentran en un reportaje, reproducido en parte el viernes por 6-7-8..
Ya se sabe, cuando te encontrarse con los empleados del multimedia o llevás tu agenda y la mantenés o te la ponen ellos. Así que, puesto al micrófono, Zamora acompaña los ataques de Tenebaun al gobierno, ironías y chismes pobres, lamentables, pero que en este caso resultaron eficaces para salirse de las verdaderas coordenadas en que se jugaba este 24 de marzo.
Estoy seguro que Luis sabe que hoy por hoy la memoria y justicia del genocidio pasan por encontrar a los pibes, esclarecer la suerte de miles de compañeros y castigar a genocidas y apropiadores. Y que el caso testigo por excelencia es el de la empleadora de Tenembaun, Herrera de Noble. Pero atrapado en la ola anti - K que le propone el entrevistador deja que esos preciosos minutos del reportaje discurran lejos de la complicidad de Clarín con la dictadura, lejos del secuestro y la apropiación de los pibes, de la de Papel Prensa. Nada más útil para la actualidad amnésica del ex periodista.
Del Teneembaun ya no puede esperarse nada. Su propia imagen queda como ejemplo palpable de la negación de sus dichos: no es que el gobierno se haya apropiado de los Ds. Hs. Es que algunos, para pelear con el gobierno se van acercando a espacios y personajes para los que los Ds. Hs. son mala palabra. Y pagan su ingreso olvidando antiguos reclamos y compromisos.
Confío sin embargo en que esa no sea la realidad de Luis Zamora, por lo que humildemente pido, espero, que pueda ver más allá del árbol que le tapa el bosque y perciba que en esta pelea como en la mayoría de las que hoy se juegan, coincidir con la derecha no es más que ser usado por ella.
Mario Burgos
ES TIEMPO DE CONSTRUIR LO NUEVO En los mejores días, decíamos "Gracias Flaco y Cristina x hacer lo que dijeron que iban a hacer y parecerse tanto a lo que fuimos y somos". Intentamos un continente en que crecer con solidaridad, inclusión, diversidad, equidad y justicia. Hoy la situación es otra: Un gobierno dirigido realizar su "revolución" conservadora, saquear al pueblo, arrasar derechos y legalizar el nuevo estado de situación. AHORA ES TIEMPO DE IMPEDIRLO Y LO HAREMOS RESISTIENDO UNIDOS
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