La andanada es tan masiva que es imposible sustraerse a la mala onda que campea en la mayoría de los medios no-independientes del país. Día a día me ejercito en reconocer en mi pensamiento y mi discurso trazas del discurso oficial -no del gobierno, precisamente- que vienen tejiendo los escribas y opinólogos de la derecha.
Es una gimnasia necesaria para retomar siempre el camino del verdadero interés, el interés del pueblo, que estas usinas tratan de sepultar bajo sus palabras y palabras y palabras.
Ricardo Forster, en su artículo "Los relatos del miedo y la crispación", en Página 12 del 28 de abril, aporta una serie de preguntas que ayudan bastante a evitarnos hablar por boca de ganso y aclararnos los tantos en momentos de confusión. Dice Forster: (La enumeración es mía)
"Que deberíamos discutir con libertad y altura argumentativa:
1-¿qué país desean?
2-¿Qué modelo de sociedad y de Estado defienden?
3-¿Qué piensan de la distribución más equitativa de la riqueza y de la apropiación de rentas extraordinarias?
4-¿Qué políticas económicas están dispuestos a implementar para “salvar a la República” del populismo?
5-¿Qué política de derechos humanos piensan sostener y qué piensan de los juicios contra los militares genocidas?
6- ¿Qué piensan de jueces procesistas que impiden la aplicación de la ley de medios manteniendo, de ese modo, la heredada de la dictadura?
7-¿Cómo lograrán, si asumen una posición progresista, tocar los intereses de las corporaciones económicas sin “crispar” al establishment y sin poder recorrer, como lo hacen ahora a destajo, los programas de televisión que suelen representar esos intereses?
Salvo el punto 7 basta sustituir la tercera persona por la primera para evitar caer en lo mismo que la derecha mediática: opinar cada vez con menor sustento y cada vez con mayor intención golpista."
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