Tuve la fortuna y el honor de ser compañero de quien llamábamos -llamaban quienes compartían su militancia allá en Córdoba- "Valentín", el Flaco, dirigente de OCPO.
Hoy, lunes 25 de marzo, en la Facultad de Artes, Salón México, Universidad de Córdoba, se hará un homenaje a Rodolfo y otros compañeros secuestrados desparecidos por el terrorismo de Estado.
La foto no alcanza a mostrar el humor ácido y cálido a la vez que lo acompañaba, tampoco su amor por "la gordota" su compañera de vida y militancia, la madre de Luciano.
Sí hay algo que puede verse en la foto: al compartir un momento con Valentín, al escucharlo hablar y percibir su agudeza de análisis, su seguridad, propia de quien ponía el cuerpo al servicio de sus convicciones, uno creía que algo de Él, su rostro, su expresión, había permanecido casi en la infancia mientras el resto crecía hasta hacerse militante.
Hoy en la Plaza cientos miles recordamos a miles.
Me hubiera gustado ver a mi lado la sonrisa del flaco y sus ojos mirando a todas partes, como para no perderse nada de esa multitud en la que sobresalían los pibes de menos de 30, los hijos de la democracia. Hubiera gozado de ese testimonio vivo de que quienes vinieron después y quienes sobrevivimos estamos siendo capaces de pasar la bandera.
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