jueves, 2 de octubre de 2014

CRISTINA: VIENEN POR NOSOTROS

Seguro que much@s vieron los discursos de nuestra presidenta el 1 de octubre en la Rosada. 
Seguro que much@s se sintieron orgullos@s con la claridad y dureza con que Cristina expuso la situación de nuestro país ante la ofensiva buitre externa e interna.                                                             
La creación de la Secretaría de Hábitat es, además de una necesidad de nuestro pueblo, una nueva señal de que nuestro gobierno, Cristina, resuelven para delante. Como la votación del Código Civil, como los cambios en el Banco Central y la tarjeta naranja para Mariva.                       
Pero el discurso en su conjunto, los cuatro, son una clara y terminante exposición de cómo se estrecha el espacio para los gobiernos democráticos y populares del mundo ante la actual ofensiva financiero militar de la alianza EEUU / OTAN
Cristina no pronuncia estos discursos tras unas semanas de reflexión en el Sur ni tras un corto descanso en Chapadmalal. Los pronuncia a menos de una semana de sus intervenciones anticipatorias en Naciones Unidas y el Consejo de seguridad y tras una reunión extensa con el Papa.                      
Está claro que si conservaba alguna expectativa de alivio a la presión internacional contra los gobiernos populares de América Latina, Cristina las perdió todas a la vista de lo que encontró en su visita al Vaticano y tras sus reuniones e intercambios en EEUU.                                                         
Si la derrota del ALCA hace nueve años en Mar del Plata pudo haber marcado el punto más alto de nuestra capacidad de confrontación contra aquellas ofensivas imperiales, la situación actual es la de mayor presión desde la coalición imperial hacia quienes tratan de desengancharse de su política.
La coalición ha multiplicado su presencia y control sobre las áreas petroleras del mundo, unificó a la Europa subdesarrollada con ayuda de Merkel sometiendo a sus gobiernos a la docilidad mediante el manejo de la deuda y los ajustes a medida, consiguió desestabilizar a los gobiernos no adherentes de Medio Oriente y legitimó todas las agresiones contra aquellos que se salen de norma, sean ex creaciones de la CIA, sean insurgencias independientes.                                                                                         

Lejos de debilitar estas posiciones imperialistas, las crisis recurrentes las potencian,  los gobiernos que se sienten amenazados acuerdan con organismos financieros y fuerzas militares peores condiciones cada vez. Necesitados de fondos se convierten en administradores bancarios de quiebras, la democracia institucional va siendo sustituida por reuniones en agencias y países centrales en las cuales se configuran estrategias que luego los poderes locales legalizarán y ejecutarán como propios. Como dijera Zizec en 2012 a los indignados de EEUU "el matrimonio entre la democracia y el capitalismo ha   terminado".  
Es este marco el que reclama al imperialismo ir contra el mal ejemplo que encarnan buena parte de los gobiernos latinoamericanos. Somos una muestra palpable de la ignominia y la ineficacia de los conservadores y socialdemócratas  del resto del mundo a la vez que podemos ilusionar a pueblos cansados de tanto maltrato. 

Por eso, el discurso, los discursos de Cristina, tienen que ser vistos en esta clave: "vienen por nosotros".                                                                      
Las sacudidas de mercado con que el poder financiero y monopólico responde a cada avance de Dilma en las encuestas son otra muestra de cómo viene la mano con nosotros en el mundo. Por ello puede decirse que, tal vez como nunca desde los ´60, nuestra suerte está atada hoy a lo que suceda en Brasil este fin de semana. Si gana Dilma habrá con quienes hacer el "espalda contra espalda" de nuestro Martín Fierro y se incrementarán las esperanzas para el resto de los gobierno hermanos que irán a elecciones este año y el próximo.
La ofensiva interna que padecemos desde mediados del 2013 (sedición policial, movidas cambiarias, retención de cosechas, no liquidación de divisas, inflación inducida, toda la oposición unificada en el “no” parlamentario) indican que el poder concentrado local ha tomado debida nota de la situación y está dispuesto, como en Brasil, hasta a perder plata con tal de recuperar el manejo de las riendas de gobierno.
Como sucede con el marco internacional global, no hay en lo interno ninguna ilusión que hacerse con oligarquía, poder financiero y parte de los monopolios: la única posibilidad de que haya un gobierno democrático y popular en Argentina es que no lo perdamos, la única posibilidad de volver a la derecha a algún plano de racionalidad es impedirle un triunfo electoral y extender esta solución de compromiso que abrimos en 2003 desde el primer día de gobierno de Néstor hasta la fecha: si el gran capital quiere seguir realizando ganancia deberá aceptar que la distribución, la inclusión, la reparación y la ampliación de derechos continúe de la mano del gobierno popular.
Gran problema para los tibios y diferenciados , nada les será dado : o sostienen nuestras banderas o se entregan a la reacción sin contraprestación segura, el punto medio tiende a desaparecer.                     

Tampoco será fácil para nosotros. El mensaje de Cristina es transparente: unidad, organización, movilización, a cada dificultad una propuesta, no aceptar provocaciones, no desmoralizarse ni confundirse con cuestiones secundarias.

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